¿Cuál es el análisis a un mes vista de las consecuencias de la bonificación gubernamental (aunque adelantada por las gasolineras) de 20 céntimos por cada litro de combustible?
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Las consecuencias de la medida todavía resultarían un tanto precipitadas, por no hablar de la dificultad para tratar de disociar el efecto específico de esta medida de otros efectos posibles sobre el precio. De todos modos conocemos algunos datos y como poco resulta interesante exponerlos.
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Para empezar, sólo hasta marzo el gobierno recaudó a través del Impuesto Especial de Hidrocarburos el doble de lo que prevé pagar por la bonificación de los 20 céntimos por cada litro de combustible. Es decir, parece que el gobierno nos está haciendo un regalo cuando nos da 20 céntimos, pero lo que hace es cobrarnos 40 céntimos para devolvernos 20. Estamos apañados si el gobierno nos hace muchos de estos regalos.
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La recaudación hasta marzo del impuesto especial a hidrocarburos se eleva hasta los 2.854 millones frente a los 1.423 millones que se estiman gastar en las bonificaciones a la gasolinahttps://t.co/3meDugDFej
— Vozpópuli (@voz_populi) May 3, 2022
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Por otro lado, el Impuesto Especial de Hidrocarburos es sólo una parte de la historia. Además tenemos el IVA. El estado recauda unos 20.000 millones anuales por los impuestos al combustible, frente a los sólo 1.423 que calcula como coste de las bonificaciones de 20 céntimos.
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Aunque el gobierno nos vende la idea de que nos ha bajado los impuestos como al reducir a la mitad el IVA sobre la electricidad, lo cierto es que lo único que hace es mantener los impuestos. Es decir, si rebajas el IVA a la mitad pero el precio se duplica, la recaudación es igual. No se trata por tanto de una rebaja de impuestos sino de su mero mantenimiento. En el caso de la gasolina, por cierto, no se ha reducido el IVA pese a las subidas de precios, con lo que de hecho estamos soportando un aumento de impuestos. No ya los conductores sino todos, ya que el aumento de los impuestos sobre los combustibles afectan a la cadena de distribución de todos los productos de la cesta de la compra y a la inflación. Lo que por cierto nos lleva a la cuestión del precio de la gasolina.
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Una de las incertiumbres de la bonificación de los 20 céntimos era si no serviría para generar más inflación sobre el precio del combustible. Ya hemos visto en otros momentos diversos planes «renove» en diversos sectores que para lo que servían era para sostener o inflar los precios en esos sectores.
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Como se aprecia en el gráfico y señalábamos al principio, lo que se observa es que los precios han seguido subiendo desde la adopción de la bonificación de los 20 céntimos, aunque resulta muy difícil saber hasta qué punto esto puede ser fruto de la bonificación. La subida del precio de los combustibles, provocada en todo o en parte por la bonificación, en todo caso, se va comiendo los efectos de la bonificación.
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