Llama la atención, sin embargo, que se considere como un ejemplo de progreso al consumista y un reaccionario al ahorrador. O que se considere el ahorro una especie de tacha. E incluso que fiscalmente se penalice la inversión, considerando más progresista gastar el dinero o guardarlo improductivamente bajo un colchón que invertirlo y obtener una renta (o perderlo). Sólo de esta manera puede entenderse el discurso de Lizarbe, que parece identificar como potentados a todos los ahorradores navarros. Paradójicamente, la ministra de Educación Mercedes Cabrera y su marido son conocidos por mantener sus ahorros en una SICAV cuyos beneficios cotizan al 1%. El pequeño inconveniente de estas sociedades es que su capital mínimo ha de ser de 2,4 millones de euros. También es conocido el caso de la SICAV de Pedro Almodóvar y su productora El Deseo S.A. Que por cierto acaba de perder 200.000 euros en uno de los fondos afectados por el escándalo de el expresidente del NASDAQ, Bernard Madoff. Por el contrario, los pequeños y sufridos ahorradores navarros, que no tienen su dinero en SICAVs que coticen al 1%, pasarán a tributar del 15% al 18%. Hay que subirles los impuestos porque hubiera sido poco progresista reducir gastos.