El nacionalismo vasco ha celebrado este fin de semana en Salinas de Pamplona su peculiar visión de la derrota en la batalla de Noáín, hace 5 siglos. Gracias a ese derrota hay parlamento foral y somos una comunidad diferenciada con sus propios fueros, en vez de un territorio sin autogobierno diluido en un departamento francés e inscrito en una república centralista. De la educación en euskera y el euskera como mérito para ser funcionario republicano ni hablamos. Mejor no hablamos porque, entre otras cosas, a lo mejor empezaba a multiplicarse el número de navarros que se sumaban al lamento de esa derrota.
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[ACTUALIZACIÓN] Decenas de personas han conmemorado esta mañana el 500 aniversario de la batalla de #Noain. Un acto de carácter festivo que ha servido para recordar el último intento de recuperar la soberanía del reino de #Navarra https://t.co/IIkVdWOxbZ
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) July 4, 2021
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Con la escasa necesidad de disimulo que caracteriza a la izquierda abertzale por estos pagos, el manifiesto de la celebración lo leyó Joseba Asirón, el historiador que se inventó lo de “Asirón ejecución” en una plaza rodeada de periodistas con cámaras y micrófonos, como para fiarse de sus peroratas sobre eventos de hace 500 años. Para que por otra parte no quede ninguna duda de que el acto era un acto del nacionalismo vasco, no del nacionalismo navarro. Si los agramonteses levantaran la cabeza y vieran la ikurriña se quedarían atónitos, antes y después de que se les explicara qué significa.
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Atónitos también nos quedamos ante la denuncia de UPN de que el Gobierno de Navarra presidido por María Chivite patrocinaba los actos del nacionalismo vasco anexionista e independentista copados por Bildu. Está bien que el nacionalismo le imponga al PSN estos pequeños peajes, además de los grandes, para que se vea quién manda. De hecho a veces lo más humillante está en los detalles.
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A esto se dedica el Gobierno de Chivite
👇👇 pic.twitter.com/AkrytjE01x— UPN (@upn_navarra) July 4, 2021
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Recordemos que hace escasas fechas se presentaba en el Parlamento de Navarra, dándole la correspondiente promoción, el libro previamente subvencionado sobre las cartas de Maya. Ahora el Gobierno de Navarra se convierte en una entidad colaboradora de una celebración nacionalista. La semana pasada, durante el debate en el Congreso sobre los indultos a los golpistas, Pedro Sánchez le preguntaba a Pablo Casado, parafraseando a Azaña, si su alternativa para Cataluña era bombardear Cataluña cada 50 años. En los tiempos que corren, al parecer, procedería más bien dejar de bombardear con dinero al nacionalismo. ¿Pero cómo vamos a derrotar a los nacionalistas cubriéndoles de billetes? Ser nacionalista en España es ya casi una forma de vida. En España se cobra por odiar a España. ¿Y todavía nos preguntamos por qué no vamos ganando?
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