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Hace unos días Diario de Navarra publicaba una interesante carta al director bajo el sugerente título “El gatillo y las balas en el Sadar”.
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Dicha carta relataba la experiencia de un aficionado de Osasuna que pocas fechas antes, asistiendo a un partido en el Sadar, en el tiempo de espera hasta que el equipo salta al campo no pudo evitar que le llamara la atención el tipo de canciones que se escuchaban por megafonía, “algunas de ellas ya con solera en el acompañamiento de los prolegómenos y el descanso de los partidos de Osasuna”.
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Tal como sin duda ustedes ya se están temiendo por el titular, el redactor de la carta que por lo visto no termina de acostumbrarse a estos recitales no se refiere a Enrique y Ana o la discografía de Albano y Romina, sino a canciones de Barricada como “Tirar del gatillo” o “Balas blancas”. En la primera, según el relato de la carta, el “speaker” incluso baja el volumen de la música para que la grada coree el estribillo, mientras que en la segunda la letra indica que hay que romper cabezas y llenar cargadores. Es decir, que “desde el club rojillo se lanza a los oídos de miles y miles de seguidores”, muchos de ellos “niños y niñas de muy corta edad”, una serie de contenidos que quizá no sean los más apropiados desde el punto de vista formativo.
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La carta cita además la ley contra la violencia en el deporte, que en su preámbulo indica una radical incompatibilidad entre el deporte y la violencia, o que a través del deporte se debe lanzar el mensaje de una educación en valores. El autor de la carta duda con razón de que las canciones citadas sean compatibles con el fondo y la forma de la ley y desde luego con los valores que muchos padres quieren transmitir a sus hijos cuando les llevan a un estadio de fútbol.
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El autor remata su escrito citando otro de los clásicos que se puede escuchar por la megafonía: “Nicaragua sandinista”, veterana canción de Kortatu cuya letra reza: “¡Despierta! ¡Dispara! ¡Un gringo en tu casa!”.
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Nos sumamos a la opinión del autor del escrito que considera que este tipo de mensajes sobran en un campo de fútbol. Lo cierto, sin embargo, es que de algún modo hemos llegado a acostumbrarnos a ellos. Es raro que una carta a un diario tenga que venir a recordarnos que es anormal que hayamos llegado a considerar normal todo esto. Por otro lado, la asimilación como normal de todo este tipo de situaciones explica muchas cosas que pasan en nuestra sociedad, dentro y fuera del fútbol. Tal vez sea hora de invertir el proceso y volver a dejar de considerar normales algunas de las cosas a las que ya hace demasiado tiempo que nos hemos acostumbrado.
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4 respuestas
Que ya lo han conseguido….¿tan difícil es de entender?
Osasuna ha muerto, ahora tenemos euskosasuna, al servicio del MLNV y del racismo aranista.
Ay, si hubieran hecho caso a los que decíamos que era mejor haberlo dejado quebrar, recuperar el dinero gastado y empezar desde abajo, o haber hecho del Tudelano el equipo representante de Navarra.
¡¡Ojo, ciudadano!! Que el Tudelano, siguiendo los pasos del Aluvión de Cascante, es ahora filial del At. Bilbao, o sea, ya es tierra conquistada. Como para representar a Navarra.
A ver, el actual speaker de Osasuna ya fue cesado de su cargo de animador del concurso del descanso hace unos 5 años aprox por una obscenidad que vociferó a través del micro, si mal no recuerdo. Es un graciosete con aires chuscos al cual no nos terminamos de acostumbrar en el sadar y su protagonismo no para de subir como la espuma.
Anteriormente fue speaker de otros equipos pamploneses, animó la fiesta del ascenso, colaboró con radios piratas y no piratas locales…
Si preferis ponemos canciones de misa.
Bueno, pensándolo mejor; no. Porque entonces el redactor de la carta criticaría las alusiones y alabanzas a un antiguo elemento de tortura y asesinato, como fue la cruz.
Aparte, las canciones a las que se refiere el artículo, bien conocidas por los navarros de varias generaciones, nada tienen que ver con el enfoque que se pretende dar en el la carta y este posterior artículo de NC. En «No hay tregua» hay un verso que dice texutalmente: «Nunca tendrán las armas la razón», y «Balas blancas» es una canción antiracial.