El fracaso de la fiscalidad navarra y el éxito de la de Madrid

El Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas (REAF) acaba de presentar el informe “Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2021”. La presentación del informe ha sido objeto de diversos titulares en los medios navarros, no en vano la fiscalidad es uno de los principales caballos de batalla de la política de cualquier gobierno. Casi podría decirse que la fiscalidad ya lo dice todo sobre un gobierno.

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Buceando un poco más en profundidad sobre los datos, concretamente en los relativos al IRPF, en la presentación del informe se incluyó una tabla bastante ilustrativa mediante la que resulta sencillo tanto ver lo que los navarros de distintos niveles de renta pagan por el impuesto sobre la renta como compararlo con lo que están pagando el resto de las comunidades españolas.

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Los datos resultan bastante perturbadores porque Navarra, con sus fueros y su capacidad de autogestión, resulta que es una de las comunidades con un IRPF más alto para los ricos, exactamente la segunda con el IRPF más alto para los ricos por detrás de la Comunidad Valenciana, pero es que también es una de las comunidades con impuestos más altos para los pobres, o digamos al menos para los trabajadores normales con ingresos modestos.

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Concretamente, Navarra es la comunidad española con el IRPF más alto para las rentas de 16.000 euros. Es decir, tras casi 6 años de gobiernos progresistas somos la comunidad en que la gente con menos renta tiene los impuestos más altos. Lo de que subían los impuestos a los ricos para bajárselos a los pobres fue un mito. Nos han enchufado los impuestos más altos a todos.

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En la tabla comparativa también se puede apreciar que un trabajador que cobra 16.000 euros, con la progresista Chivite en el poder, paga 1.179 euros, mientras que ese mismo trabajador en Madrid, con la impresentable y ultraderechista Ayuso en el gobierno, sólo pagaría 864 euros. Qué buena es Chivite, qué mala es Ayuso. No se entiende cómo la gente sencilla también vota a Ayuso.

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Puede observarse asimismo en la tabla que las comunidades con los impuestos más altos o más bajos de cada tramo está marcadas con una ventana de fondo rojo o verde. Navarra y la Comunidad Valenciana se reparten casi todas las ventanas rojas. Navarra tiene todas las ventanas rojas para los contribuyentes de clase baja o de clase media-alta. No hay ni una ventana verde en Navarra.

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La comparativa resulta todavía más sangrante cuando comparamos la situación de Navarra con la del País Vasco. Una vez más se demuestra cómo el nacionalismo vasco aplica una política para Navarra y otra para la CAV. Las ventanas verdes que vemos en la CAV son las que querríamos ver en Navarra. Está claro que el nacionalismo que nos ha gobernado 4 años aplica en la CAV y en Navarra políticas fiscales totalmente distintas. ¿Dónde está aplicando las políticas que realmente le parecen las buenas?

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Comprobado que el infierno fiscal navarro tiene carácter general y que el sentido del Fuero ha sido totalmente pervertido, tan sólo queda añadir que, como se podía dar por supuesto, Navarra no sólo es la comunidad con impuestos más altos por abajo sino también por arriba. Para las rentas altas ya no somos un lugar al que ir sino un lagar del que mejor marcharse. Madrid practica ahora con éxito la política con la que Navarra se puso al frente del crecimiento en España durante décadas. Impuestos bajos para todo el mundo con el fin de estimular el éxito, el gasto, el crecimiento y la inversión productiva. Impuestos bajos también para la inversión y el ahorro. Impuestos bajos para atraer a las empresas y a las grandes contribuyentes. El resultado no es sólo más prosperidad sino también una recaudación más elevada. Del IRPF Madrid recauda 3.280 euros por habitante frente a los 2.227 que recauda Navarra.

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Naturalmente todas las premisas fiscales de la izquierda española y todos sus equívocos parten de la idea de que un estado próspero y social tiene que tener una elevada fiscalidad. El problema es que interpretan la realidad justo al revés de como la lógica indica que debería hacerse. Es decir, que Suecia tenga unos impuestos altos es una consecuencia de que Suecia sea un país rico, no a la inversa. La izquierda, por el contrario, se cree que enriquecerse es una consecuencia de subir los impuestos. Esto es un poco como pensar que comprarse un castillo es la causa de hacerse rico en vez de su consecuencia. Para poder pagar impuestos suecos hace falta tener sueldos suecos. Lo que hace la izquierda española es poner impuestos suecos con salarios españoles. El fracaso está asegurado y siempre vamos a tener una presión fiscal menor que los suecos porque, con los mismos impuestos, ellos recaudan mucho más. La razón es que si un 80% de los suecos y un 20% de los españoles cobran más de 30.000 euros, poniendo los mismos impuestos a los españoles y los suecos que cobran más de 30.000 euros ellos nos ganarán 4 a 1. Con unos impuestos excesivos para nuestros ingresos, lo único que conseguimos es estrangular el ahorro, la inversión y el consumo, que es como jamás llegaremos a ser tan ricos como los suecos. Otro debate si llegados a ser tan ricos como los suecos queremos pagar tantos impuestos como ellos, pero antes de pensar en comer como un león primero hay que dejar de ser un ratón.

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