Los dirigentes socialistas se reunieron con Batasuna en julio del 2006. El Tribunal procesará también al lehendakari Ibarreche, que llegó a reunirse con Batasuna incluso en enero del 2007, después del atentado mortal de ETA en Barajas.
Cuando los socialistas se reunieron con Batasuna, se hallaba en pleno desarrollo el último proceso-trampa de ETA. En dicho proceso, los socialistas aceptaron sentarse en una mesa a negociar secretamente con Batasuna ilegalizada unos contenidos políticos que, si satisfacían las exigencias de ETA, permitieran alcanzar un acuerdo de paz en otra mesa paralela. Todo ello bajo la falsa premisa de haber verificado una voluntad inequívoca de ETA de abandonar la violencia.
El sector lizarbista tilda a la acusación, Foro Ermua y Asociación Dignidad y Justicia, de ser “asociaciones extremistas de derecha” que “lejos de buscar la aplicación de una justicia objetiva, persiguen un objetivo político de criminalización de aquellas iniciativas que, desde el respeto a la legalidad, han buscado y siguen buscando la desaparición definitiva de la violencia terrorista”. Si ha habido o no respeto a la legalidad en este caso es, precisamente, lo que pretende determinar el Tribunal.
El gobierno de la CAV, entretanto, ha recusado como está convirtiéndose en costumbre a dos de los tres magistrados del Tribunal por considerarlos “contaminados”.