Mientras Marruecos amagaba con la ocupación de Ceuta el Congreso de los Diputados en España votaba la Ley Trans. En realidad puede que este sea el mejor resumen no sólo descriptivo sino explicativo de todo. En lo sucedido en las últimas horas Marruecos no abre un frente partiendo de cero, sino que aprovecha un frente ya existente como es la inmigración para activar y exacerbar esa vía usándola como arma. No obstante, entre las causas inmediatas de la agresión no cabe duda que ocupa un lugar importante, o por lo menos ofrece un pretexto importante, el acogimiento hospitalario en España del líder del Frente Polisario, que el pasado mes de noviembre le declaraba la guerra a Marruecos. Interesa analizar el periplo del personaje hasta llegar a Logroño.
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Al parecer, Alemania e Italia rechazaron hacerse cargo de la hospitalización del líder del Polisario, o por lo menos se desentendieron de las peticiones que recibieron cuando el personaje se encontraba en Argel. Fue España la que respondió al llamamiento aunque lo hizo de una manera comprometedora y abstrusa. Brahim Gali llegó en un avión argelino a Zaragoza, desde donde fue trasladado a un hospital en Logroño bajo una identidad falsa, lo que por otro lado no evitó que se enterara Marruecos.
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Todo lo anterior evidencia que llegada a España del líder del Polisario fue el resultado de una operación gubernamental planificada al máximo nivel, en coordinación con otros gobiernos y con documentos falsos. También parece que había dudas respecto a la conveniencia de esta operación y sus consecuencias incluso dentro del gobierno español. De todos los lugares del mundo a los que el líder del Frente Polisario podía haber ido a ser tratado, España era el lugar más comprometedor. De ahí todo el secretismo. De ahí también que ahora no se pueda alegar desconocimiento de los riesgos asumidos ni irresponsabilidad por la situación. ¿Por qué decidió el gobierno meter a España en este lío innecesario que ha puesto de manifiesto nuestra gran vulnerabilidad?
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La respuesta una vez seguramente se puede encontrar en Podemos. Incluso los líderes de Más País han salido como panteras a atacar a Marruecos y defender la llegada a España de Brahim Gali. O sea, que fueron ellos los que impusieron su venida. Irónicamente los líderes de Podemos y Más País no están defendiendo con fiereza los intereses o las fronteras de España, sino la causa polisaria. Con otro personaje de por medio y sin ser ellos los responsables, en similares circunstancias estarían atacando a la Policía, al Ejército y a la Guardia Civil.
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No es lo menos preocupante de toda esta situación que la operación para camuflar la llegada de Brahim Gali haya sido un fracaso absoluto. Con toda probabilidad ya era una malísima idea traer a España a este personaje, pero si a pesar de todo se le trae a escondidas no se puede hacer el ridículo de esta manera. Nada se ha hecho bien.
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Por otro lado resulta llamativo el periplo de Gali desde Argelia hasta Zaragoza y después hasta Logroño. Tal vez haya otras razones, pero el sujeto ha ido de comunidad socialista a comunidad socialista. Puede que para esta operación encubierta de opereta se pensara que resultaba apropiada la máxima colaboración y discreción de los respectivos gobiernos autonómicos implicados en la recepción, traslado y alojamiento del paquete. Quién sabe por tanto si no podía haber acabado también en Pamplona.
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Finalmente, una pequeña búsqueda en Google arroja algunos datos preocupantes. España cuenta con 70 cazas Eurofighter y 86 F-18, frente a los 23 F-16 de Marruecos y los 25 que próximamente recibirá. España cuenta con 327 carros de combate Leopard de diversos tipos frente a los 220 carros Abrams de origen estadounidense que operan los marroquíes similares a los Leopard. Recientemente Marruecos ha anunciado también la compra de 36 helicópteros de combate modelo Apache y de misiles antibuque Harpoon. Salta a la vista que no hay muchos terrenos en los que España se encuentre en una posición de mayor fuerza que Marruecos y nuestra superioridad militar respecto a ellos se reduce por momentos. En una guerra, además, no todo estriba en la capacidad militar material sino en la voluntad de hacer la guerra, la resistencia, la unidad, el relato interior y exterior, la capacidad de asumir bajas o la de ver niños muertos en el telediario provocados por el ejército propio. Podríamos añadir que al frente de nuestro país y ante lo que pueda pasar tenemos a Pedro Sánchez y Ione Belarra, pero no queremos añadir a toda nuestra lista de debilidades el derrotismo. Como punto débil de Marruecos y su naturaleza autocrática la desaparición de su monarca podría dejar decapitada la dirección del país. No es que sea probable o inevitable que algo de esta naturaleza vaya a suceder, pero entretanto a lo mejor merece la pena prepararse con algo más que la Ley Trans para lo que pudiera pasar ante este episodio o alguno futuro similar, a la par que buscamos una alternativa a que el Ejército y la Policía, por maravilloso que quede en las fotos, se conviertan en meras fuerzas dedicadas a acoger, besar, abrazar y hacer entrar en calor con sopita dentro de nuestro territorio a las armas y los escudos humanos del agresor.
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