La batalla lingüística para imponer el euskera se libra hasta bajo tierra. Si repasamos la hemeroteca, la imposición lingüistica del euskera en los parkings subterráneos ha generado ya varios episodios pasados. Uno de ellos, aunque aparentemente sólo puntual, fue el de Telpark, la aplicación que permite pagar la zona azul desde el móvil, sin tener que pagar en efectivo y sin tener que ir hasta el parquímetro a retirar el tique. Se trata de una aplicación que opera en todas las grandes ciudades pero cuyos usuarios, de repente, un día de octubre de 2018 empezaron a ver en Pamplona que interactuaba con ellos en bilingüe, aunque priorizando el vascuence y sin que hubiera la opción de elegir sólo español.
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Más llamativo y significativo es el hecho de que a continuación se denunciara que en el parking de la Plaza del Castillo la rotulación fuera en bilingüe pero primero en euskera. Y no sólo es ya que el euskera se anteponga al español, sino que las indicaciones en español tienen menos intensidad o una letra más pequeña que las indicaciones en vascuence.
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El último hecho del que ha tenido noticia la redacción de NC es que en el parking de la zona hospitalaria los carteles que se han colocado explicando las medidas de precaución contra el coronavirus son bilingües y, como en el caso del parking de la Plaza del Castillo, las indicaciones en español además de relegadas tras el euskera están escritas con una letra más débil o menos intensa, por lo que llaman menos la atención y resulta más difícil leerlas.
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Como puede apreciarse en el cartel fotografiado, la empresa que gestiona el parking de la zona hospitalaria es empark, la misma que gestiona el parking de la Plaza del Castillo.
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Frente a los estudios que indican que sólo el 2,9% de la población de Pamplona utiliza el vascuence, el nacionalismo vasco pretende crear un paisaje urbano y administrativo en el que el euskera no sólo ocupe el 50% del campo visual, sino que ocupe un lugar preferente y destacado, desplazando al español que queda relegado y camuflado. Se trata de crear la apariencia de la existencia de una comunidad bilingüe donde no existe ese bilingüismo. Se trata de normalizar la presencia del euskera en el paisaje urbano. Y se trata de crear ese paisaje urbano artificial y esa normalización mental y visual para justificar la demanda de oficialización, la exigencia de su conocimiento en las oposiciones y contrataciones, más todas las demás medidas de sobre-representación del euskera ya sea en el terreno educativo, administrativo, mediático y por supuesto presupuestario.
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La cuestión es que el nacionalismo se preocupa extraordinariamente de crear donde puede ese falso paisaje urbano y esa falsa apariencia de comunidad bilingüe. ¿Se equivoca el nacionalismo trabajando tanto por imponer su cartelería y su paisaje urbano euskaldún o nos equivocamos nosotros al no darle importancia, no hacerlo retroceder y dejarlo estar?
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3 respuestas
El euskonazismo es un no parar . Si encima les cae un puestecico, un cargo, un chollete, una subvención, para qué quieren más.
La rotulación prevalente en vasco repele. Genera un sentimiento de autodefensa y de alerta.
Está tardando Maya en devolver a la Chantrea su auténtico nombre. Tampoco debe de darle importancia según parece. Los aberzales viven obsesionados hasta el punto de que algunos llevan mascarilla con tejido a cuadros azules, característico de las servilletas guipuzcoanas anudadas al cuello en las fiestas locales.
Pero sobre todo, ese vascuence engrandecido inmerecidamente genera rencor y ganas de revancha..