El Gobierno de Navarra anuncia para junio de 2017 la reversión de las cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra, que volverán a ser atendidas por empleados públicos. Habrán pasado por tanto dos años sin que el cuatripartito haga nada respecto a una situación en la que, supuestamente, se estaban dando de comer a los pacientes no sólo alimentos mal cocinados, sino infectados con restos fecales. Casualmente, aunque el servicio sigue en manos de Mediterránea de Catering, desde que el cuatripartito ganó las elecciones han desaparecido milagrosamente las quejas, las noticias y hasta las bacterias. Da la impresión de que el cuatripartito necesita hacer algo al respecto no porque ahora haya un problema con las comidas, sino porque no hacer nada equivaldría a reconocer que los problemas anteriores con la comidas eran básicamente inventados.
El cuatripartito gastará 750.000 euros más en que todo siga igual
Los cambios anunciados por el cuatripartito, sin embargo, son mucho más aparentes que reales, al menos para los pacientes. Según explicó ayer el consejero de Salud, Fernando Domínguez, el sobrecoste que se va a producir «se debe a los convenios colectivos ya que las empresas privadas en principio tienen recogido un mayor número de horas por trabajador en la jornada laboral que en la función pública, por lo que el número de trabajadores que se tiene que emplear es mayor«. Es decir, el incremento de costes se va a destinar básicamente a gasto de personal, no a comprar comida de más calidad. Adiós también a la idea de que el sistema público era un ahorro.
Además se recompran las cocinas a Mediterránea de Catering y se mantiene el sistema de línea fría, por lo que la comida va a ser la misma, la cocina va a ser la misma y el sistema de cocinado va a ser el mismo. Eso sí, el Gobierno de Navarra dice ahora que este sistema es un avance, que mejora la calidad de la comida y garantiza la ausencia de organismos microbacterianos, cuando al pasar a la línea fría se nos dijo que la comida estaba llena de bacterias fecales.
Por si fuera poco, la reversión sólo será parcial puesto que se mantendrá la externalización de diversos servicios, como el de emplatado o limpieza.
Da la impresión de que todo era una gran mentira, que se va a ofrecer la misma comida, en las mismas cocinas, con el mismo sistema, y que se trata de un paripé para hacer ver al electorado que se ha arreglado un problema que básicamente era pura propaganda. La prueba es que las quejas de las comidas cesaron mágicamente en cuanto el cuatripartito ganó las elecciones, aunque la comida durante este año y medio ha sido la misma, o que el sistema de preparación de la comida y el gasto en alimentos va a ser el mismo.
Entretanto, la comida en el Hospital Reina Sofía de Tudela está pacíficamente externalizada y nadie dice nada, acaso porque la empresa encargada de servir las comidas no es Mediterránea de Catering sino Ausolan-Jangarria, una filial del grupo Eroski. En la CAV también está externalizada la comida en la mayor parte de hospitales (Hospital Universitario de Cruces, Hospital Universitario de Basurto, Galdakao. San Eloy), colegios y residencias, en este caso a la empresa Eurest.
Hay que hacer algo, aunque sea sin prisas, porque no hacer nada equivaldría a reconocer o que el problema era inventado o que el cuatripartito seguía dando de comer mierda a los pacientes. Eso sí, esta reversión para solucionar un problema imaginario nos va a costar 750.000 euros para seguir dando la misma comida, con el mismo sistema, cocinada en las mismas cocinas, con un coste de personal más alto. Los pacientes van a comer lo mismo, pero a los contribuyentes nos va a costar más dinero pagarlo.
2 respuestas
Vamos, que la comida va a ser la misma pero servida por funcionarios que cobran más sueldo y trabajan menos horas que el sector privado. No se, pero eso me suena más a despilfarro que a otra cosa, rayando en la malversación de fondos y en la prevaricación.
Como decía aquél: en dos palabras, sin – vergüenzas