La recuperación de Irún y Fuenterrabía para el territorio navarro no es una cuestión nueva. Históricamente tiene sentido y se ha hablado de ello en diversas ocasiones, también en este confidencial, si bien nunca en los tiempos recientes se ha planteado seriamente desde las instituciones navarras y ni siquiera por parte de los partidos. Es un error. La vieja estrategia del rompeolas contra el nacionalismo se ha convertido en la Línea Maginot contra el nacionalismo, a la vista los resultados. Contra el nacionalismo hay que pasar siempre a la ofensiva.
X
Medio en serio medio en broma, con su brillantez habitual, un artículo de Ancín en navarra.com volvía a plantear hace unos días la recuperación de Irún y Fuenterrabía. En otro artículo posterior, más trabajado históricamente, Javier Aliaga recogía el guante y aportaba numerosos datos que abonaban esta reclamación justa, feminista, ecológica, democrática, social y nada descabellada.
X
Tan poco descabellado es el planteamiento que, tan recientemente como en 1936, los ayuntamientos de Irún y Fuenterrabía enviaron una comisión mixta, compuesta por los concejales J. Senén Amunárriz y Angel Azequiolaza de Fuenterrabía, así como de otros cuatro concejales de Irún, a visitar el día 21 de septiembre el Ayuntamiento de Pamplona y entregar al día siguiente en la Diputación Foral un escrito solicitando la incorporación a Navarra de Irún y Fuenterrabía. La historia resulta polítcamente incorrecta por diversos conceptos. En primer lugar porque muestra la desafección de aquellas localidades carlistas al frentepopulismo filosoviético de la República y su adhesión voluntaria, en cambio, al alzamiento franquista. En segundo lugar porque la incorporación (que hubiera dado a Navarra salida al mar y aislado a la CAV de Francia) se frustró precisamente por decisión del propio régimen franquista y a causa de presiones guipuzcoanas. En tercer lugar porque, a diferencia de los actuales intentos de colgar banderas vascas en los ayuntamientos de Navarra, se trató de una ocasión insólita en la que fueron unas localidades vascas las que quisieron colgar en sus ayuntamientos la bandera de Navarra.
X
En definitiva, que andamos desenterrando a Franco y resulta que Irún y Fuenterrabía forman parte de la CAV y no de Navarra por culpa de Franco.
X
De todos modos, queremos ser absolutamente escrupulosos con los vecinos de Irún y Fuenterrabía. Propondríamos algo así como que en el estatuto vasco se incluya una disposición transitoria previendo que, si la mayoría en cada ayuntamiento así lo dispone, se celebre un referéndum para que se puedan incorporar a Navarra.
X
Si son demócratas, o por lo menos coherentes, tendrán que aceptarlo
De antemano sabemos que podemos contar con el apoyo de PNV, Podemos, IU y Bildu para incluir esa disposición transitoria en el estatuto vasco, ya que si la Disposición Transitoria Cuarta es estupenda y supone una garantía democrática y una ampliación de derechos para los navarros, pues una disposición transitoria como la descrita sería también en virtud de la misma lógica una idea estupenda, una garantía democrática y una ampliación de derechos para los iruneses y fuenterribenses. Ya están tardando.
X
x
Un comentario
No es mala idea. Si todos los ayuntamientos vascos decidiesen incorporarse a Navarra ya no haría falta la transitoria de la Constitución. Y Pamplona sería, por fin, la capital de sus sueños húmedos. Y tendrían ya una historia propia. No le encuentro ninguna desventaja, se mire por donde se mire.