Esperemos que Pablo e Irene no lo estén pasando tan mal como bien lo estamos pasando el resto con el culebrón de su chalet. ¿Cómo salir de este lío? Pablo e Irene han decidido que la salida es que las bases moradas decidan. Si las bases deciden que no es hipocresía, no es hipocresía tener un casoplón y ser comunista. ¿O sí que lo es? ¿Tiene que ver lo que digan las bases para que sea o no hipocresía? ¿Qué es corrupción en el PNV? ¿Lo que decidan las bases del PNV? Desde luego una consulta entre las bases podemitas puede que legitime a Pablo e Irene entre las bases podemitas, pero desde luego no ante el resto de votantes y el conjunto de la población. Eso por no hablar del carácter un tanto esotérico de las bases y consultas podemitas, en las que nunca está claro quién ha votado o cuántas veces o con qué quorum o qué son exactamente las bases podemitas.
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El compromiso con la moral lo tiene uno consigo mismo
Cuando uno cree que algo está mal, no lo hace. O, por el contrario, cuando uno cree que no hay ningún mal en hacer algo entonces lo hace, pero no convoca un referéndum. El voto de una mayoría se seguidores no convierte lo malo en bueno. Uno no espera a ver qué opina la mayoría para decidir si algo está bien o mal. Es más, si uno cree que algo está mal, no lo hace aunque una mayoría se lo pida. Y viceversa. ¿Cómo se lo tiene que montar uno para hacer las cosas bien en la vida cuando está sólo o no puede ir montando un referéndum para cada paso que da? Si Hitler hubiera pedido a las bases del partido nazi que votaran si estaba bien gasear a los judíos, ¿le hubiera legitimado un resultado positivo?
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¿Consulta o chantaje?
Más que una consulta, por otro lado, podría pensarse que ante lo que estamos realmente es ante un chantaje. O me dais la bendición u os dejo tirados con el partido descalabrado. O cerráis filas en torno a la compra de mi chalet o vosotros veréis la crisis que abrís dentro de la formación. No os pregunto porque piense que vosotros podéis decidir los kilates de la pulsera de Irene, os pregunto porque pienso que no podéis prescindir de mí.
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Las bases podemitas no pueden decidir dónde tiene que vivir uno
En cualquier caso es una malísima idea tratar de corregir un error cometiendo un error todavía mayor. Que un comunista se compre un chateau puede ser una cuestión anecdótica, ilustrativa y desenmascaradora pero poco grave y desde luego nada infrecuente entre comunistas. Dejar que una cohorte de frikis decidan dónde tiene uno que vivir o qué casa se tiene que comprar, eso sí que es grave. La solución de Pablo Iglesias para el escándalo mediático que ha cometido no puede ser dejar su vida en manos de sus hooligans o sus haters. Igual que decimos que un comunista no se puede comprar un castillo, sostenemos que ni el gobierno, ni el partido, ni el sindicato, ni el vecino del cuarto puede decidir dónde vivimos o qué casa compramos. La de problemas que uno debe evitarse al dejar de ser comunista.
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Las bases podemitas tampoco pueden decidir la moral
Es decir, lo de que el gran timonel comunista se compre un palacete o está bien o está mal. No puede ser que las bases decidan caso por caso. No puede ser que las bases aprueben que Iglesias se compre un palacete pero que desaprueben que Errejón se compre un palacete. Tiene que haber un criterio común, un principio moral previo a la consulta. Pero si es una cuestión de principios, entonces sobran las consultas. ¿O van a supervisar las bases de Podemos mediante consulta todas las compras de sus líderes y, si no es cuestión de principios previos a las consultas, dictaminar que algo está bien o está mal según quien sea el líder, según su carisma, según lo imprescindible que parezca y según la capacidad de chantajear al electorado que tenga?
3 respuestas
Esto es lo mismo que los referéndum que se montan los dictadores.
Con el agravante de que si sale que no, el macho Alfa no dejará el casoplón.
Siempre habrá Monederos, Echeniques y demás borreguitos de segundo escalón que lo justificarán.
A no ser que todo sea un montaje para demostrar que ellos sí son guays.
Una semana tienen las bases podemitas para pensar y decidir sobre si dejan vivir en su dacha al Zar morado y su zarina o si los destronan a trompicones. ¿Solo una semana?… poco tiempo me parece para resolver semejante problemón. Veo un resultado incierto, tan incierto como los plebiscitos que plantea «al pueblo» cualquier dirigente comunista, llámese Stalin, Castro o Maduro. De todas formas, que tengan cuidado las bases que, como digan que sí a la nueva morada del jefe, no sería extraño que «Coleta morada» se creciera y a continuación les pidiera una aportación «voluntaria» para ir pagando la hipoteca.
También me hago otra inocente pregunta: Ellos, tan demócratas ¿Cómo no consultaron a las bases antes de comprar el dichoso chalecito?.
Resumiendo. No tienen vergüenza.
Hay demasiados puntos para analizar en este caso bolivariano.