El Defensor del Pueblo de Navarra es bastante útil, después de todo

Según marca el protocolo de los actos forales, los expresidentes navarros presentes se sientan por su orden uno junto a otro, del más antiguo al último, a continuación de los miembros del actual gobierno. Las rencillas personales, sin embargo, provocaron aparentemente el pasado jueves una notable quiebra del protocolo, al punto de que no fue posible sentar a Miguel Sanz y Jaime Ignacio del Burgo Juntos. La pregunta es quién decidió separar a los expresidentes como si en vez de personas civilizadas fueran aficionados al fútbol ultras. Del Burgo despejaba en parte la ecuación mediante una carta al director en Diario de Noticias el pasado sábado, aclarando que “no me produce la menor contrariedad tener a mi lado al expresidente Sanz” y lamentando “tener que perder el tiempo en estas ridículas pequeñeces”. Entretanto ha quedado demostrado que la discutida figura del Defensor del Pueblo de Navarra, con cerca de un millón de euros anuales de presupuesto, sí que efectivamente resulta imprescindible a los navarros.