Diario de Navarra daba cuenta ayer de la última ofensiva que prepara el cuatripartito contra la Iglesia Católica. Geroa, Podemos, IU y Bildu pedirán en el Parlamento foral el próximo día 7 que el ejecutivo inicie una campaña contra la iglesia destinada a poner en cuestión de forma generalizada todos los bienes inscritos a su nombre. En caso de que esta ofensiva no tenga recorrido en el ámbito judicial, el tetrapartito propone desviar la ofensiva al terreno financiero y cortar las ayudas al mantenimiento y restauración de las ermitas y templos.
Esta campaña cae sobre terreno abonado, ya que hace años que los medios de la izquierda vienen acusando a la Iglesia de algo tan absurdo como haber robado las iglesias. Es por ello que seguramente conviene refrescar algunas consideraciones de cara a esta futura campaña-
La propiedad
La propiedad es un hecho anterior al registro. El registro es una forma de dar seguridad jurídica y publicidad a la propiedad. El registro no crea la propiedad sino que la refleja. Si un día ardiera el registro, eso no quiere decir que todos los propietarios perderían la propiedad de los bienes registrados. De la misma manera, el registro no es causa de la propiedad sino más bien su consecuencia.
Inmatricular
El concepto de inmatriculación se refiere a la primera inscripción de un bien en el registro de propiedad. Sólo se pueden inmatricular bienes que no están previamente registrados, lo que nos lleva al siguiente punto.
La Iglesia no se apropia de bienes ajenos
La Iglesia no puede inmatricular inmuebles que están registrados por otras personas o por otras instituciones. La Iglesia, por tanto, no se apropia de nada ni puede registrar los inmuebles que le parezca. La Iglesia no puede inmatricular El Sadar, El Corte Inglés, el piso de un particular ni la ikastola de la esquina. La Iglesia no puede inscribir bienes que ya estén registrados a nombre de un propietario, incluyendo el estado, las comunidades autónomas o los municipios, quienes además pueden inmatricular, como también señalábamos, en igualdad de condiciones que la Iglesia. En todo caso, toda entidad o particular que pueda alegar la propiedad de un bien inmatriculado por la Iglesia siempre puede recurrir la inmatriculación ante la Justicia.
Sólo muy recientemente la propiedad se encuentra debidamente documentada
Aunque actualmente el más mínimo trámite en nuestras vidas mueve en la administración montañas de papeles, no ha sido así en el pasado. El Real Decreto que empezó a regular el Registro de la Propiedad data de 1.863. El mundo en el que hace 150 años o más cada propiedad se encontraba perfectamente documentada y registrada con títulos escritos y depositados en un registro público es sencillamente imaginario. El propio Real Decreto citado, incluso siendo el encargado de regular el funcionamiento del Registro de la Propiedad, por otra parte declaraba en su preámbulo la innecesariedad de inscribir los templos destinados al culto, porque “no es indispensable que estén señalados con un número en el Registro para que sea notorio su estado civil”. Y efectivamente nadie ha cuestionado la propiedad de los bienes de la Iglesia (ni siquiera quienes los amortizaron) hasta el momento presente, en el que algunas instancias anticatólicas pretenden crear la ficción de que nunca se ha sabido a quién han pertenecido los templos, conventos, ermitas u otros bienes de la Iglesia.
La usucapión
En relación con lo anterior, en un mundo donde no todo estaba inscrito ni ordenado, la legislación civil siempre ha contemplado la forma de otorgar seguridad jurídica al poseedor de un bien cuya titularidad no estaba documentada (ni por él ni por otro) pero cuyo dominio sobre ese bien se prolongaba durante un amplio espacio de tiempo. Esta figura jurídica, llamada usucapión, se describe a partir del artículo 1.941 del Código Civil y establece la adquisición de la propiedad de los bienes inmuebles por el poseedor al cabo de 30 años de posesión incluso “sin necesidad de título ni de buena fe”. Bajo ningún concepto cabe confundir esta figura con la “ocupación”, ya que precisamente ésta se ejecuta sobre un bien registrado o del que es titular un propietario. Por la misma razón tampoco cabe comparar la ocupación con la inmatriculación, cuya característica principal es precisamente la de constituir la primera inscripción en el registro o la de haber estado la Iglesia, a veces desde tiempo inmemorial, en posesión del bien inmatriculado. Los bienes del estado son imprescriptibles, pero obviamente siempre que el estado (que puede registrar con la misma facilidad que la Iglesia) pueda demostrar que es propietario. Todo esto quiere decir que, más allá de las proclamas mediáticas o políticas incendiarias, en el campo jurídico el debate real no está de hecho tanto en la propiedad misma de los inmuebles de la Iglesia, sino en su capacidad para seguir inscribiéndolos por un procedimiento particular.
La Justicia da la razón a la Iglesia
Según informaba el Diario de Navarra, Geroa Bai, Podemos, Bildu e IU afirman en la motivación de su iniciativa que nos encontramos ante un “escándalo monumental” y que la Iglesia Católica “ha hurtado el patrimonio material e inmaterial” de la Comunidad Foral. De este modo, los templos “en muchísimas ocasiones habían sido levantados por los habitantes del respectivo pueblo o ciudad, hurtando a la ciudadanía un bien propio en favor de la jerarquía católica y el patrimonio eclasiástico”.
El tetrapartito emplea palabras muy gruesas hablando de que la Iglesia ha robado esto y lo otro, pero si semejantes palabras estarían fuera de lugar en cualquier caso, mucho más ahora que los tribunales ya se han pronunciado en múltiples casos y consistentemente en favor de la Iglesia.
De hecho, si la propiedad de todos esos inmuebles es de la Iglesia y determinadas formaciones políticas pretenden arrebatárselos, serían esas formaciones las que quizá merecieran esos semejantes calificativos, que se aplican al que acusa injustamente de ladrón o al que quiere quedarse con lo que es de otro.
En el caso de Navarra, según lo publicado por el Diario, están pendientes de que se pronuncie la Justicia sobre su propiedad cuatro ermitas en Sangüesa y la ermita de Muskilda. La Justicia ya se ha pronunciado y ha acabado dando la razón a la Iglesia en los casos de la ermita del Pilar en Garísoain, la de San Gregorio en Irañeta, y la de San Juan Evangelista de Huarte. Retrocediendo más en el tiempo, en 1992 la Iglesia ganó un litigio sobre la propiedad de la ermita de San Martín a la Junta del Valle de Aézcoa. En 2003 la Iglesia ganó un litigio a un particular por la propiedad de la iglesia de Eransus. En 2009 la Iglesia también culminó favorablemente la disputa por el registro de la ermita de Santa Lucía, en Irurre, y el de la casa y centro parroquial de Azcona.
A la luz de toda esta jurisprudencia favorable a la Iglesia, da la impresión de que son determinados partidos los empeñados en quedarse con unos bienes que no son suyos, sino de la Iglesia, y no la Iglesia la que intenta quedarse con propiedades que son de los pueblos.
Los presupuestos laicistas inciden además en un planteamiento bastante paradójico, como es pretender estatalizar la propiedad de los templos en nombre de la laicidad del estado y después cedérselos a la iglesia para el culto. ¿Qué clase de estado laico pretende convertirse en el propietario de las iglesias? Por otro lado, estatalizar los bienes de la Iglesia y no cedérselos luego a la iglesia sería un auténtico fraude a quienes levantaron los templos. Salta a la vista que, cuando se construyeron los templos y ermitas de Navarra, nadie puso dinero pensando en que acabaran convertidos en batzokis, en herriko tabernas, en talleres de txalaparta o en locales okupas.
La Iglesia inmatricula sus bienes para protegerse
Da la impresión de que quienes han empezado una cruzada para arrebatar sus bienes a la iglesia son los principales culpables de las inmatriculaciones ante las que protestan. Su actitud hostil anima y justifica las inmatriculaciones. La Iglesia, básicamente, se limita a registrar sus bienes para protegerse de posibles ataques como haría cualquiera. Las inmatriculaciones más recientes, a la luz de los hechos, no son más que una reacción justificada ante la agresividad de sectores que, más que defensores del laicismo o la aconfesionalidad del estado, podrían calificarse más bien como anticatólicos.
Que el foco de debate no esté sobre los parados, la imposición del vascuence, el déficit o las listas de espera
Atendiendo a los datos objetivos, Navarra está peor ahora que cuando el tetrapartito ganó las elecciones, por lo menos en una serie de parámetros fundamentales. El reyno de leche y miel se resiste a hacerse real. Si la situación según el cuatripartito era catastrófica cuando gobernaba UPN, ahora habría que concluir que debe ser peor aún que catastrófica.
Recientemente reflexionábamos sobre el hecho de que los partidos populistas, cuando llegan al poder, se tropiezan con el muro de la realidad. Es por ello que su acción de gobierno deja de centrarse en lo económico para convertirse en una política de gestos. Esto explica que la llegada del reyno de leche y miel se haya sustituido por un rosario de ocurrencias como ir a los actos protocolarios vestido de Spiderman, quitar la bandera de la UE o fastidiar a los católicos. Se trata de que el foco de debate no esté sobre los parados, la imposición del vascuence, el déficit o las listas de espera, sino sobre la ermita de Nuestra Señora de la Lora en Sangüesa. Y si cuela, pues cuela.
6 respuestas
Va a ser que los bienes de la Iglesia….van a ser de la Iglesia.
Esta melonada no es de quien la cuenta, sino de los que no lo entienden. O no quieren entender.
Allá vosotros, pero a mi lo que si me parece cutre es que un medio que pretende ser serio, cree juegos de palabras para tiutlar sus artículos como el que ilustra este.
Eso de «cutrepartirto» es una licencia válida a nivel de comentarista, pero chirría un poco a nivel de redactor.
¿Emplearán estos gobernantes «de progreso» ese mismo criterio con los inmuebles del patrimonio nacional, o de carácter público, regalados en su día a los sindicatos?.
¿Aplicarán el mismo tratamiento fiscal que pretenden imponer a la Iglesia Católica, a los partidos políticos, sindicatos, oenegés o fundaciones de lo más variopinto?.
Se admiten apuestas.
Ahí están queriendo imitar al andaluz Juan Alvarez Mendizabal y al navarro Pascual Madoz . La Desamortización nacionalizó los bienes partiendo al menos que eran de la Iglesia e intentaban un saneamiento de la Hacienda a costa de ellos , se hizo de aquella manera y la Constitución de 1837 se señaló una asignación al clero. Aparte claro está que al menos el andaluz entendía de finanzas y el navarro era un buen jurista, pero estos de ahora me parece que no descuellan por su conocimiento de la situación de esos inmuebles de la Iglesia.
Estos de ahora parten de la enormidad que la Iglesia ha arrebatado bienes al pueblo, es decir los ha usurpado, y que los ha inscrito a su nombre en el Registro de la Propiedad. El NC ha explicado claramente lo que es la usucapión en el Código Civil así como sobre ocupación e inmatriculación. Y que nadie puede inmatricular un inmueble o finca que sea propiedad de otra persona. Lo que ha hecho la Iglesia es inscribir lo que es suyo y que lo que le han dejado, pues muchos inmuebles están catalogados como municipales . Podrán estos blasonar de buenos administradores cuando los bienes comunales en muchos sitios han desparecido o bienes incluso propios, o el Estado y por ende ahora la Comunidades autónomas que muchas veces no se enteran lo que pasa o ha pasado con las cañadas reales, los descansaderos, las veredas, los cordeles, etc .
La pieza más grande que quieren otros ahora en Andalucía es la catedral de Córdoba, pese a que le ha sido denegada las peticiones por la justicia cordobesa y como si fueran los descendientes directos de los abderramanes que por cierto esos si que expropiaron la basílica de san Vicente Mártir, mediante una oferta que no podían rechazar los cristianos cordobeses de la época salvo terminar con su cabeza en una pica o en los muros del alcázar o en las puertas de las murallas.
Un caso de dominio en concepto de dueño durante cerca de 800 años por parte de la iglesia y dicen esos laicistas indocumentados que se ha apropiado la Iglesia. O no saben historia, o no saben derecho o no saben nada, salvo difundir tonterías. Bueno, a ver si son tan tíos y les piden que la iglesia entregue la Catedral de Sevilla, la Giralda y el Patio de los Naranjos.
Eso de al Cesar lo que es del César , y a Dios lo que es de Dios no va con ellos. Nada “to pa er pueblo”. Cuando se quiera ya vendo o concedo a quien quiero o como los de la China comunista inmuebles del estado y del partido, curas y obispos patrióticos , todos al ordeno y mando de los comités del partido. Pues la verdad las ermitas y las iglesias prefiero que estén en manos de la iglesia que esos de todo para el pueblo que terminan cediéndolo a los amiguetes para jugar al tute o al chamelo, charlas sobre el género del cangrejo rojo, o sobre el papel de los gudaris o las brigadas internacionales como parte de la lucha revolucionaria , todo ello bajo un estupendo mural del fusilador Guevara.
Efectivamente es que esos señores nada saben. Profesionalmente muchos y muchas son un cero a la izquierda.
Pero sobre todo tienen mala baba, no programa electoral ni buscan el Bien Común.
Está claro que, también en la práctica, es verdad eso de «O Conmigo o contra Mí». (Elevamos mucho la conversación pero, «eso», que es así).
Se ha desarrollado durante mucho tiempo una porción de la clase media bien comida y bien servida, militante del ateísmo práctico, que sabe cuidarse a sí misma y llenar su propio vacío con cierto o más rencor. Seguramente que sus padres serán o son muy diferentes a ellos. ¡Qué kambio, qué kambiazo!
Es el kambio -decimos- el invento a voluntad del Euzcadi socialista e independiente. Este es el nuevo Altar al que hay que doblegar todo, todito, todo. Ellos no se doblegarán ante Dios-Jaungoikoa, ni el estudio serio y sacrificado de las cosas, ni ante sus padres y abuelos, ni ante eso de dar gratis hasta de lo que se necesita para vivir -claro está- que para eso son «muy ellos». Lo que doblegarán será la fama, el ahorro sacrificado, la devoción, la fortuna, la honra y la decencia de los demás. Pero no doblegarán nuestro amor por la justicia y por el saber, ni nuestra confianza en la Iglesia y en sus administradores.
Las palabras bonitas con las que intentan justificar sus fechorías, son eso, palabras y sonidos guturales. Lo de bonitas es porque se trata de palabras que son de todos y universales: pueblo, justicia… Las usan como palabras huecas para que resuenen a su antojo. ¿Qué es para ellos el pueblo, si además «el pueblo» ni les vota -cuenten, cuenten-, si nada de lo que hacen han dicho que iban a hacerlo, si…?
Pero, bueno: no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, ni peor sordo que lo mismo pero sobre el oír.
Tienen mala baba y dan penita-pena. Pero a sufrirlos toca. Que el pueblo haga de notario fiel y levante acta de lo que desean hacer tales gentes. Quedarán para la posteridad.
Y que el Sr. Innerarity, vasco-basquísimo de toda la vida, ponga algo de orden en sus filas, no admita que los peneuvistas echen carnaza a los marxistas, y recuerde eso que escribía:
«La libertad es cosa de héroes cuando la cultura en la que vivimos trata de imponer sutilmente la tiranía de la provisionalidad. Tener convicciones fuertes -entre las que se ha de contar también la de no imponer nada a nadie- en una cultura hipotética es el verdadero heroísmo de nuestro tiempo. Se trata de negarse a derivar las propias convicciones de los consensos fácticos, de la moda y de la opinión dominante. Un heroísmo así no es incompatible con la normalidad, es perfectamente democrático; lo único que no soporta es vivir de prestado, inercialmente, lo que equivaldría a no tomarse en serio la propia libertad» (Libertad como pasión, Pamplona, Eunsa, 1992, p. 47)
(-¡Oh Eunsa, querida Iruña, qué lejos quedaste!)
Aplique Vd. -si quiere-, aplíquese. ¡Pero qué se va a aplicar si el poder tienta -eso dicen- hasta a los nacional/separatistas de Bilbo! Ya lo decía aitaborce Federiko a Cunchillos en la puerta de etxea Garralda, cuando éste quería atraerle al nacionalismo: «Esos os mandarán desde Bilbao». ¡Razón tenías, aitaborce! Tanta razón como que el Sr. Innerarity no parece ser un héroe.
Ni uno es héroe, ni alguno de ellos es profesionalmente capaz. Y sobra babita, que las barbitas ya no nos dan miedo como cuando de chavales (se veía cada pedazo de barba a lo Tolstoi, Bakunin y Marx…). En fin, paciencia tenemos. R. de A.
Perdonen de nuevo lo largo:otra vez sale largo (el texto), ¡qué leche!. RdeA