En honor del Gobierno de España hay que decir que el récord absoluto de incompetencia se lo lleva de calle Francia. Ayer las redes propagaban las imágenes de los chalecos amarillos manifestándose masivamente contra el gobierno de Macrón, pero es que el gobierno de Macrón no ha tenido mejor idea este fin de semana que celebrar unas elecciones. ¿En qué clase de mundo paralelo vive Macrón? Si el gobierno español no se enteraba de lo que pasaba en Italia, el gobierno francés no parece enterarse en absoluto de lo que pasa ni en Italia ni en España. Con la población italiana y española en cuarentena, con las reuniones y hasta los paseos por la calle prohibidos, al gobierno francés se le ocurre citar a toda la población en los colegios electorales. Los que estaban locos no eran los romanos, pero tampoco la mayoría de los franceses, de hecho sólo han votado el 45%, lo que además del coronavirus genera una crisis de legitimidad y un terremoto político.
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Distinto caso es el de Boris Johnson en Inglaterra, al menos hasta las últimas horas. El caso de Boris Johnson resulta peculiar porque podría pensarse que casi ha decidido no hacer nada contra el coronavirus, como un completo inconsciente, sólo que en el caso del líder británico sabemos que no ha adoptado esa decisión por inconsciencia sino siendo plenamente consciente de la amenaza. Por otro lado Boris Johnson se ha preocupado de dar una gran visibilidad a sus dos mayores asesores frente a la crisis coronavírica: Patrick Vallance y Chris Whitty. Vallance es un reputado científico que ha sido jefe de I+D de la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline, mientras que Whitty es un médico y epidemiólogo experto en enfermedades infecciosas.
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Como prueba de que el gobierno inglés no ignora la gravedad de la amenaza, algunas de las cifras que ha expuesto forman parte de las más atroces hasta ahora publicadas. Un informe secreto de la Public Health England (PHE), filtrado por The Guardian, prevé que en el peor de los escenarios hasta el 80% de la población se espera que resulte infectada en los próximos 12 meses y hasta el 15% (7.9 millones de personas) necesiten hospitalización. Con esos porcentajes de infectados, se calcula un 1% de defunciones, unas 531.000 personas que Whitty, uno de los anteriormente citados asesores, rebaja al 0,6% y a 318.000 fallecidos, una cifra descomunal en todo caso. Entonces, ¿por qué han sugerido sus asesores a Boris Johnson que no haga nada frente al coronavirus?
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La razón es que no tienen claro que lo que está haciendo España, por ejemplo, vaya a servir para nada. Las diferencias entre un escenario de no hacer nada y un escenario de una cuarentena que tampoco es una estricta cuarentena (la gente en gran medida sigue trabajando y yendo a comprar), podría ser inapreciable. Lo que en cambio podría no ser inapreciable es el devastador efecto sobre la economía de dejar cuasiparalizado el país indefinidamente. Incluso asumiendo que se frenara el ritmo de propagación de la enfermedad gracias a la cuarentena, la propagación volvería a activarse en cuanto se levantara. Al final no todo el mundo tiene claro si el número de muertos sería muy distinto en un escenario u otro. Es decir, Boris Johnson no está apostando por la pasividad o por una reacción más gradual por no ser consciente de la gravedad del problema, sino porque sus asesores le han venido a decir (y no son unos asesores cualesquiera) que en realidad el resultado humanitario al final va a ser casi el mismo en cualquiera de los dos escenarios.
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