Han pasado ya unos cuantos días desde que el coronavirus entró en nuestras vidas a través de los telediarios. El coronavirus es uno de esos cisnes negros que puede significar desde casi nada a el final de la humanidad, o algo así es lo que se puede deducir siguiendo las noticias de los medios. En realidad la balanza está bastante inclinada hacia el lado de que puede ser el final de la humanidad porque nadie haría click o seguiría escuchando por algo que signifique casi nada, así que los vendedores de noticias tienden con carácter general a cargar bastante las tintas. ¿Recuerdan ustedes las gripes A, porcina, aviar…? ¿Los millones de euros gastados en vacunas que alguien vendió?
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Por otro lado, no es metafísicamente imposible el surgimiento de un virus que diezme a la humanidad. O que mañana nos desintegre un meteorito. O que nos traguen las aguas o nos cozamos dentro del cráneo en virtud del calentamiento global. Tampoco es posible saber cuál de estas cosas puede suceder antes y si, por tanto, toda la preocupación por todas las demás puede resultar estéril, por no decir absurda, al irrumpir cualquiera de las otras acabando con todos nosotros mientras mirábamos en otra dirección. Claro está que podría suceder también que no sucediera ningún apocalipsis, que por otro lado suele ser lo habitual, y que todo se resolviera como otras veces con un récord de visitas en las webs de los principales medios y millones de vacunas sin usar languideciendo en algún almacén.
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Desde luego no intentaremos ejercer como profetas en un asunto tan serio, ni en uno ni en otro sentido, pero de entre toda la avalancha de noticias hay dos datos que quizá merezca la pena reseñar, siquiera para contextualizar todo el resto de noticias con las que nos empiezan a abrumar.
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El primer dato es que ayer murió la primera persona fuera de China infectada por el coronavirus. Este dato es importante porque, al ser China una dictadura comunista, cabe dudar totalmente de toda la información que llegue desde allá. Si levantan 10 hospitales en dos días en una ciudad y nos lo enseñan por todos los canales puede que el gobierno chino sólo nos esté intentado decir que en China las cosas se hacen a lo grande, que los recursos son increíbles, que el gobierno esta volcado con el problema y que los dirigentes son estupendos. Otra posibilidad es que estén aterrados, que haya 1.000 veces más de muertos que lo que nos han contado y que semejante despliegue de recursos sólo se pueda entender bajo una amenaza devastadora. ¿Por qué es importante entonces que ayer se produjera el primer fallecimiento fuera de China? Pues porque puede que China mienta, pero tenemos casi 200 afectados fuera de China y sólo ayer murió 1. Es decir, al menos no estaríamos hablando de un virus que mata al 90%, al 50% o ni siquiera al 10% de los infectados. Si mañana empieza usted a toser, no pierda aún la esperanza.
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El segundo dato significativo para contextualizar todas las noticias sobre el coronavirus es que la gripe común, la humilde gripe común, mata cada año a entre 500.000 y un millón de personas en el mundo. En el tiempo en que el coronavirus ha matado a 200 personas acaparando todos los medios, seguramente la gripe común ha matado a 20.000 personas sin que ello mereciera la especial atención de los medios. Curiosamente contra la gripe común sí hay vacuna, aunque sólo una pequeña parte de la población, incluso de la población vulnerable, se vacune cada año contra la gripe. Mientras esperamos con el alma en vilo que alguien encuentre una vacuna contra el coronavirus, es mucho más probable que quien nos liquide sea la gripe común contra la que sí que existe una vacuna la cual por cierto casi no nos ponemos.
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Evidentemente no se trata de minimizar el asunto o restar importancia a la muerte de ya más de 300 personas, sino de poner esa cifra o la que podamos tener dentro de unas semanas en contexto. Por otra lado, si alguien ya estaba aterrado por esas 300 muertes, saber que al año mueren más de 500.000 personas de gripe común puede ser una forma muy extraña de sentirse más tranquilo. Pero como el miedo es irracional a veces lo que nos aterra es la pequeña amenaza desacostumbrada frente a la gran amenaza rutinaria. A fin de cuentas hemos dormido bastante tranquilos hasta ahora pese a que la gripe mata cada año en España a unas 15.000 personas. Por otro lado, aunque son muchas más que las 300 personas muertas en China por el nuevo virus, 15.000 muertos no dejan de ser un 0,03% de muertos respecto a los 47 millones de españoles vivos. Eso sí, es pero que mucho más probable morir de gripe común a que nos toque el Gordo de la lotería, aunque lo más probable de hecho es que ni nos toque la lotería ni nos mate la gripe. La ilusión y el miedo se alimentan en gran medida de la irracionalidad y a través de la ilusión y el miedo irracionales, por poco útil que resulte saberlo, se nos vende lo mismo un partido político que un billete de lotería que un boletín de noticias. Eso sí, a alguien le toca la lotería: es la cuota de realidad pero también el fundamento del truco.
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