En pleno conflicto por la firma de un convenio, con la Volkswagen pensando en redirigir la producción del Polo de Landaben a Bratislava, el presidente Sanz habló de “la mano negra de los abertzales” que, de forma aparentemente deliberada, impedían cualquier fórmula de acuerdo sobre el convenio. La revista Epoca publicaba un artículo con el significativo título: “LAB dinamita la Volkswagen Navarra”. Era abril del año pasado, y la teoría de "la mano negra" se ha ido abriendo paso a la luz de los recientes acontecimientos en Sysmo.
Una desestabilización deliberada, en opinión de la UGT.
El cierre de Sysmo, una de las empresas auxiliares de Volkswagen, y la incomprensible actitud del sindicato ELA, ha llevado al líder sindical de la UGT en Navarra, Lorenzo Ríos, a afirmar que “no sabemos si la estrategia de confrontación sin salida, propugnada por ambos sindicatos abertzales al margen del Comité, ha sido simplemente un error de cálculo sobre la capacidad de reacción de la multinacional Volkswagen o una vía consciente para desestabilizar el sector del auto”. En la web de la UGT se puede leer cómo la actuación de los sindicatos abertzales es considerada “una estrategia para intentar desestabilizar Volkswagen Navarra y el parque de proveedores, desde un interés político que nada tiene que ver con los trabajadores de Sysmo”.
“Descerebrados”, para CC.OO.
En la web de la Federación Minerometalúrgica de CCOO, aún se pueden encontrar juicios más duros respecto a ELA y LAB en Navarra: “Las intervenciones de ELA y LAB, especialmente del primero, a lo largo del proceso han ido dirigidas a buscar la confrontación, especialmente con VW Navarra (donde curiosamente ELA no tiene representación ni responsabilidad alguna)”.
“ELA y LAB han dado la puntilla a los trabajadores de Sysmo. Es posible, con esa facilidad que les caracteriza, que ahora empiecen a lanzar balones fuera tratando de responsabilizar a otros de sus errores y de una estrategia sindical, cada vez más radicalizada, que sólo busca la confrontación como medio de conseguir sus objetivos político-sindicales. Los trabajadores de Sysmo se merecen algo mejor que lo que estos “descerebrados” les han dado. El juego de ELA y LAB nos ha atado de pies y manos y ha cerrado cualquier intento o posibilidad de buscar una alternativa”.
CCOO cree, además, que la actuación de ELA y LAB no constituye un hecho aislado, sino que obedece a una estrategia deliberada que pretenden extender a todas las empresas del sector: "mucho nos tememos, y ojalá nos equivoquemos, que ELA va a tratar de extender esta estrategia de confrontación a otras empresas del sector. Desde la Federación Minerometalúrgica de CC.OO. de Navarra, denunciamos la irresponsabilidad de unos sindicatos, ELA y LAB, más empeñados en defender su propia estrategia que los puestos de trabajo de aquellos a los que dicen representar".
Nafarroa Bai
La coalición anexionista, por boca de Txentxo Jiménez, se situó al lado de los sindicatos nacionalistas, atribuyendo la situación de Sysmo a una supuesta “negativa de la dirección de la empresa a una solución negociada”, que a continuación tachó de “antisocial e irresponsable”. Jiménez precisó que Nafarroa Bai hacía “responsables a los directivos de la empresa Sysmo de las consecuencias que de la prolongación de la misma se puedan realizar”.
¿Por qué?
Parece difícil entender la postura de los sindicatos abertzales. Todo el mundo, de la derecha a la izquierda, parece apreciar una voluntad deliberada por parte de estos sindicatos de crear conflictos e incluso provocar cierres en virtud de una inconfesable estrategia política. Una estrategia en clave nacionalista que sólo parece tener sentido si se considera que, de cara a provocar un cambio en el gobierno o en el status de Navarra, una sociedad convulsa y en crisis puede ser más propicia al cambio que otra próspera y estable. Sólo así se entendería una política deliberadamente dirigida a producir el cierre de la Volkswagen.