El contrato del hermano de Uxue: todo legal, ¿pero también bonito?

Según publica navarra .com  y Diario de Navarra,  el Gobierno de Navarra ha adjudicado sin concurso al hermano de Uxue Barkos un proyecto por más 30.000 euros. Javier Barcos habría sido «invitado» por el gobierno foral a presentar su propuesta por el Gobierno, resultando adjudicatario de una remodelación en el Instituto de Huarte por el Departamento de Educación sin concurso público.

Ante esta información cabe preguntarse si, asumiendo que todo es tal cual se relata, hay algo ilegal. Cabe preguntarse también si se trata de una práctica peculiar o si por el contrario es frecuente y podrían citarse otros ejemplos de contrataciones similares por parte de otros gobiernos.

En favor del hermano de la presidenta hay que decir que, si se repasa la hemeroteca, su nombre aparece también asociado a la reforma de centros educativos ya con el gobierno de Yolanda Barcina. Cabe preguntarse si estas contrataciones se hicieron o no a dedo y por lo demás es evidente que no es el hermano de Yolanda Barcina, pero al menos no es que Javier Barcos haya empezado a recibir encargos justo coincidiendo con el cambio de gobierno.

Dando por hecho por tanto que lo sucedido pueda ser legal, cabe preguntarse y mucha gente ha empezado a hacerlo en las redes sociales si es en cambio bonito. Porque en los últimos años se vienen acumulando sucesos que se acaban declarando legales pero que al mismo tiempo han suscitado un comprensible rechazo a la inmensa mayoría de los navarros.

En el caso de Uxue Barkos, la presidenta va acumulando sucedidos como declarar ingresos inferiores a los realmente percibidos en un momento de fuerte debate sobre la cuantía y justificación de los sueldos públicos, que además Barcos acumulaba, cobrar dietas por reuniones de cuya existencia real no existe constancia alguna, cobrar por esas reuniones mediante declaraciones que ni siquiera fueron firmadas por ella, sino por terceros que salvo en un caso no advertían que estaban firmando por ausencia de Barcos y que directamente imitaron su firma, o pedir subvenciones como diputada para una empresa de la que era accionista, añadiéndose a este hecho el no haber incluido esas acciones en su declaración de ingresos y patrimonio. Si se aprobaba la subvención, la presidenta y otras personas evitaban tener que poner dinero de su bolsillo, o al menos más dinero, para financiar esa empresa, lo que aparentemente convertía a Barcos en clara persona interesada cuando votaba.

Como pregunta final, se podría plantear también si la vara de medir a Uxue Barcos es igual que la que se ha utilizado para criticar, cuestionar o incluso demoler a nivel de imagen pública a otros políticos navarros con comportamientos legales pero poco bonitos.

Si la vara de medir es distinta para unos políticos u otros según su ideología habría que concluir dos cosas:

1-Que si a ciertos políticos, por su ideología o por lo que sea, se les baja la exigencia respecto al nivel de honradez y ejemplaridad, no sería raro que esos políticos, al darse cuenta de ello, se volvieran más corruptos que aquellos a los que se les exige más.

2-Que si sólo se denuncia la corrupción de los rivales políticos, de lo que realmente se trata no es de luchar contra la corrupción.

En espera de más datos y aclaraciones que sin duda deberían producirse respecto a este caso, una vez más juzguen ustedes mismos.

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