¿Transfobia o una simple crítica lógica a la ideología de género en una clase de biología? Hace unos días se conocía a través de los medios que el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, tras la denuncia de una familia, investiga si una profesora de instituto en Tafalla, a la que se ha suspendido cautelarmente, ha cometido una falta considerada muy grave por unos supuestos comentarios en clase de carácter transfóbico.
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Los hechos tuvieron lugar en septiembre, cuando se debatía la presentación de una Ley LGBT por parte de Podemos en el Congreso. La profesora de Biología suspendida se refirió en clase a este debate hablando de la determinación genética del sexo, señalando que la “reasignación de sexo” requiere un tratamiento hormonal de por vida provocando alteraciones irreversibles en un aparato reproductor previamente sano, y cuestionando que los menores puedan acceder a este tratamiento sin permiso paterno ni consejo médico, o firmar un consentimiento para la reasignación quirúrgica de sexo.
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Resultaría un tanto extraño calificar de transfobia este discurso porque, de hecho, el Congreso rechazó mayoritariamente la Ley LGBT presentada por Podemos en buena medida a causa de estos mismos argumentos.
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Se acusa además a la profesora de haberse referido a un alumno de otro curso en términos vejatorios o despectivos, pero la profesora niega tajantemente que se haya dirigido nunca a ese alumno, que ni siquiera es de su clase, faltándole al respeto. Ni al él ni a ningún otro alumno o a cualquier otra persona en su situación. La profesora sostiene que se limitó a realizar consideraciones generales en el sentido antes expuesto sobre el debate que estaba teniendo lugar en el Congreso.
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Respeto y verdad
En relación a todo lo anterior, tan importante es el respeto que se le debe a un niño con un problema como el que merece la libertad de expresión. No hay que elegir el uno o el otro derecho, son exigibles y compatibles los dos. Es por ello que burlarse de un niño, cosa que la profesora niega haber hecho, sería reprochable, pero igual de intolerable sería tratar de amordazar a una profesora o a cualquier persona mediante una acusación, la de transfobia, si ésta consiste simplemente en discutir el más mínimo planteamiento de la llamada ideología de género, cuya solidez intelectual se basa precisamente en la persecución de cualquiera que la cuestione.
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Es de temer que la profesora suspendida vaya a salir malparada de este trance en cualquier caso, personal y /o profesionalmente, sea cual sea el resultado de la investigación, y que también en cualquier caso se habrá mandado a todos los profesores un claro mensaje respecto a las consecuencias de hacer el más mínimo comentario que cuestione el actual pensamiento único obligatorio del que forma parte la ideología de género. Se podría sospechar por ello que éste sea precisamente el sentido del expediente abierto contra la profesora. ¿Quién dijo que no funcionaba la inspección educativa a la vista de ciertas escenas que se repiten habitualmente en los colegios navarros? Pues resulta que funciona perfectamente, si se toca el tabú adecuado. Si no pasa nada ante otro tipo de situaciones significa entonces que esas otras no merecen ninguna intervención, no hay denuncias o no hay tabú, no que el gobierno no tenga poder o falle la inspección.
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4 respuestas
Son escasisimos los casos de profesores suspendidos. Sin embargo con esta profesora el mensaje es claro:
«podeis hacer lo que querais excepto hacer que los alumnos se cuestionen la ideología oficial del Estado».
La herejia no será tolerada, se activa la caza de brujas.
¿Y qué hacen los demás padres de los alumnos de Tafalla?
¿Callar? Lo pagarán sus hijos, y ellos en sus hijos. Fui director de ese instituto hace años. Supongo que algunos de esos padres eran alumnos del Instituto entonces. Lo mejor que pueden tener vuestros hijos es profesoras y profesores que digan lo que creen que deben decir en conciencia. Si no defendéis a esa profesora, dejáis indefensos a vuestros hijos, y eso es peor que la cobardía, que ya es bastante.
Por cierto que de aquel Instituto salió bachiller Enrique Martín. ¿Les suena? Vayan a ganar los partidos, como él, y no a perderlos.
Completamente de acuerdo con Vd., D. José Andrés. Lo que quiero preguntarle, como conocedor del percal, es como cree que actuaría la Inspección si, llegado el caso, en ese Instituto a un profesor le da por explicar las excelencias de euskalherria o pone «a parir» al capitalismo y algún padre denuncia esos hechos.
Los demás profesores debieran defender a su colega si fueran honestos. Y el chaval tiene que ser castigado por mentiroso. Más le valdría sobrellevar con discreción su situación.