Hace años que todos los canales de televisión y todos los medios en general, con cierta periodicidad, abordan el drama escandaloso del robo masivo de bebés, supuestamente sucedido entre los años 50 y 90. La historia tiene todos los ingredientes para suscitar la emocionalidad y mantener enganchado al espectador, que por otra parte asiste pasmado a que haya podido suceder algo así en España. Por supuesto no se puede dudar de la veracidad de algo que todos los medios abordan con la misma certeza y seguridad. Pues bien, a lo mejor sí que conviene dudar.
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Hace unos días se ha producido la primera sentencia en España relacionada con el “robo de bebés”, concretamente la que se ha saldado con la absolución del doctor Vela por el robo de un bebé el cual entregó a otra familia fingiendo un parto que jamás sucedió. La absolución se produce por prescripción aunque el tribunal considera que sí existió el robo de un bebé. El caso, sin embargo, está lejos de venir a corroborar la supuesta trama del robo de bebés. En realidad, aunque el tribunal da por hecho el robo del bebé por no existir constancia del consentimiento de los padres, de lo que no existe constancia es precisamente del robo y de que no se tratara de una chica joven embarazada, pro ejemplo, que no podía o no quería hacerse cargo del hijo, ni aflorar su situación siguiendo los trámites legales para darlo en adopción, sino que decidió entregar el bebé anónimamente por medio del doctor.
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Al mismo tiempo, ampliando la noticia de la sentencia, leemos un interesante artículo en el diario El País el cual revela que las investigaciones que se van desarrollando en relación a la supuesta trama de robos de bebés van avanzando por otros derroteros, y el análisis del ADN de 81 casos examinados descarta el robo de bebés. Por el contrario, los análisis genéticos ordenados por la justicia vienen certificando primero que las madres a las que se decía que su bebé había muerto durante el parto efectivamente habían muerto, había restos en las tumbas y los restos eran de los hijos cuyos padres pensaban que se los habían sustraído.
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El modus operandi de la supuesta trama
En 2012, tras recibir una denuncia colectiva de más de 250 familias (los medios han amplificado la cifra de posibles robos hasta cientos de miles), la Fiscalía General del Estado describió el supuesto modus operandi de la trama indicando que consistiría en informar a la madre y a sus familiares de que el bebé al que había dado a luz había fallecido durante el parto, ofreciéndose el centro hospitalario a hacerse cargo de los restos, cuando realmente el niño habría sido entregado a otras personas.
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Obviamente las tumbas de esos niños “robados” deberían estar vacías, por lo que desde 2010 la Fiscalía ha iniciado 2.100 diligencias de investigación de presuntos robos de bebés. La mayor parte, refiere El País, se ha archivado por falta de pruebas o porque, tras 40 años, ni siquiera existían los registros hospitalarios, no vivían los posibles testigos ni se sabía por dónde empezar a buscar. Pero varios cientos de casos sí han llegado a la vía judicial y en 120 de ellos se ha ordenado abrir las sepulturas de los bebés para ver si estaban vacías, procediéndose caso de encontrar restos y resultaba posible a la identificación de su ADN.
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Pues bien, según un informe técnico del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), con motivo de la visita a España en 2017 de una delegación del Parlamento Europeo para investigar la presunta mafia, se concluyó que ninguno de estos análisis ha servido para confirmar un sólo robo.
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No en todos los casos se pudo realizar el examen de ADN, pero en los 81 casos en los que se realizó el examen los científicos pudieron identificar a los bebés como hijos de los padres que los buscaban. En conjunto, no se ha verificado ningún robo y, pese a las dificultades para poder realizar las pruebas, en los casos en los que se han podido realizar el examen de ADN lo que se ha confirmado es tanto que las tumbas no estaban vacías como que los niños enterrados eran efectivamente los hijos de los padres que pensaban que podían haber sido robados y seguir vivos.
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El artículo termina recordando que en 1976, la tasa de mortalidad neonatal precoz superaba los nueve bebés por cada 1.000 nacidos, y que pensar que un niño no falleció, sino que fue robado, es la última esperanza para muchos padres de volver a ver a su hijo con vida.
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Naturalmente no se puede descartar que en 50 años en España no haya habido ningún robo de bebés, pero da la impresión de que nos encontramos ante un inmenso globo mediático. Uno de esos de los que ahora, de todos esos medios que dedicaron aire y aire para inflarlo, seguramente muy pocos dedicaran el mismo tiempo para contar que todo era un bulo. Las investigaciones, más que el robo de bebés, apuntan a mujeres que no podían hacerse cargo de sus hijos y los entregaban voluntariamente, aunque de manera anónima e irregular, a parejas que en cambio buscaban un hijo en adopción, en una sociedad en la que existía un fuerte estigma hacia las mujeres que se quedaban embarazadas tras un “desliz” y resultaba difícil realizar todo el proceso de adopción legalmente y a la luz.
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Según el director del Instituto de Medicina Legal de Murcia, Rafael Bañón, el cual ha participado en cuatro exhumaciones, al investigar si había restos de los bebés supuestamente robados “Nos hemos encontrado lo que esperábamos: a los hijos de los denunciantes”. Los bebés supuestamente sustraídos estaban en sus tumbas. “Creo que no ha habido un robo sistemático de recién nacidos en España, sino un problema de adopciones irregulares”, opina el forense. La sentencia del caso del doctor Vela, en este sentido, cita una investigación policial que concluyó que existía “una trama” en la que aparecía un centro de acogida para madres solteras, Villa Teresita, donde mantenían a las jóvenes durante el embarazo a cambio de que dieran luego sus bebés en adopción.
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Sin restar nada a la precariedad procedimental y a las inseguridades que podían darse tras muchos casos, o a que robar un bebé nunca sería aceptable si es lo que sucedió en alguna ocasión, otra cosa es que aquel trasiego de niños indeseados nos escandalice ahora más que su eliminación, que es la sencilla alternativa que ofrece la sociedad actual a través del aborto.
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Un comentario
Certerísimo el último párrafo contra el cinismo de muchos (y muchas, claro).
Pero como suponían que iban poder acusar a capellanes de estar en el ajo …