El debate sobre el atropello a los dos ancianos sigue desarrollándose, generando polémica y dando a luz nuevos datos.
Por ejemplo, ahora sabemos que los hechos tuvieron lugar en la calle Duque de Ahumada, poco después de haber terminado la carrera de San Silvestre, de donde la concejal de Bildu venía de entregar los trofeos. Maider Beloki, según lo que se ha publicado, habría tenido su coche aparcado en el reservado de la calle que se aprecia en la foto. Desde allí echó marcha atrás con su vehículo atropellando a los dos ancianos, que se quedaron esperando atención médica en la calle, sentados en unas sillas del bar Niza. Las siguientes dos fotos ilustran la zona donde se produjeron los hechos. Téngase en cuenta en todo momento que esto no pretende ser un atestado policial ni un acta notarial, sino una mera recreación periodística intentando ubicar los hechos en el mapa a partir de las declaraciones y los datos que se han ido conociendo, entre los que pudiera haber alguna laguna o imprecisión.
La agente que se ha situado en el centro de la polémica, Maite González Gabari, conocida por diversos enfrentamientos con sus superiores en la etapa de Simón Santamaría, o por haber protagonizado escraches contra el domicilio de Enrique Maya, concedió ayer una entrevista a Radio Euskadi en la que volvió a relatar su versión de los hechos.
Según esta agente, al llegar al lugar del atropello lo primero que hizo fue acercarse a los ancianos, comprobar su estado y preguntarles por lo sucedido. En este sentido, según González Gabari, los propios ancianos «admitían que habían cruzado mal en una zona que no tiene paso de peatones» y «entendían que habían sido los que habían cruzado despistados». La agente añade en su relato el detalle de que los otros dos policías acompañaron y trasladaron al anciano a urgencias para que acompañara a su mujer, o que la anciana quiso darle un beso a ella al despedirse, por lo bien tratada que se había sentido.
Un momento para pensar, antes de echar la culpa a los abuelos
Aunque la agente, a la par que subraya lo amable que fue con ellos parece derivar toda la responsabilidad del atropello a los ancianos, e incluso aunque estos llegaran a creer ser culpables, llama la atención que el atropello, sin embargo, parece haberse cometido en una zona residencial (véase imagen), donde los peatones tienen preferencia, con la concejal de Bildu echando marcha atrás. En tal caso, salvo que el atropello hubiera sucedido en un lugar mucho más lejano al reservado o ya en otra calle, seguramente sería más que discutible que los ancianos fueran los culpables del atropello, aunque así lo creyeran ellos mismos. También puede resultar interesante recordar lo que dice el Reglamento de Circulación sobre la marcha atrás (Arts 80 y 81), porque es muy restrictivo en cuanto a las circunstancias (que no se pueda seguir hacia delante, que sea complementaria de otra maniobra que la exija…), precauciones (incluyendo la de detenerse y salir del vehículo a mirar o pedir ayuda en caso necesario) o longitud del trayecto (15 metros en algunos casos). Todo ello asumiendo que los hechos relatados son correctos y que el lugar del atropello es el señalado.
Obviamente desconocemos los detalles, cuánto había echado marcha atrás la concejal, el lugar totalmente exacto del atropello, la cantidad de gente que había en el lugar, si la concejal de Bildu llevaba prisa, si estaba nerviosa o si estaba distraída por cualquier otro motivo. Lo bueno es que la propia agente habla de una cámara de seguridad en la que todo habría quedado grabado, precisamente por tener lugar el hecho enfrente del portal de Enrique Maya.
Al margen de todo lo anterior, un aspecto llamativo de la entrevista de la agente es que, además de admitir que reconoció a la concejal Maider Beloki en cuanto la vio, en todo momento y en reiteradas ocasiones se refiere a ella por su nombre de pila, como si mantuviera con ella una cierta familiaridad. O tal vez sólo sea la forma de expresarse de la agente, cuando dice «mis compañeros se dedicaron a identificar a Maider y pedirle la documentación del vehículo», o «Maider sí que mientras yo estaba hablando con los heridos me dijo oye, pues es que vengo justo de entregar los trofeos de la San Silvestre», o cuando reitera que «mientras yo atendía a los heridos mis compañeros pasaban los datos del vehículo de Maider«.
Gracias a la cuenta de Twitter de la agente, parece descartable en cambio que sea simpatizante de Bildu. Aunque sus antipatías seguramente son bastante comunes respecto a las de esta formación, sus posibles simpatías apuntan quizá en otra dirección.
Cabe insistir una vez más en que la clave del desenlace de este asunto puede estar en cuál es la actuación habitual de los agentes cuando se produce un atropello con víctimas. González Gabari aseguró que en el 90% de los atestados no se hace la prueba de alcoholemia. También informó que había solicitado ese dato estadístico para respaldar su actuación, de modo que esperemos que el dato llegue y se pueda verificar si lleva razón o no.
Lo más inteligente hubiera sido hacer la alcoholemia
Lo que una vez más se vuelve a confirmar es que, si la concejal de Bildu no había bebido, la decisión más inteligente, tanto para ella como para la agente, hubiera sido cumplir la orden dada por Simón Santamaría, de modo que se hubiera hecho la prueba disipando toda duda, tanto sobre el estado de la concejal como sobre si había existido ningún trato de favor por parte de la agente. Si es inusual hacer la prueba, alguien podría pensar que hubiera sido discriminatorio hacer la prueba a la concejal, pero en este caso la propia concejal hubiera resultado beneficiada, de ser cierta su versión.
Puede que todo haya sido correcto, pero eso lo sabremos cuando se conozca toda la información
Lo que no tiene sentido es pretender que no sea noticia que una concejal de Bildu atropelle a dos ancianos, que no se pueda hablar sobre ello, que no se pueda pedir más información, o que no surjan preguntas sobre cuestiones que han quedado abiertas al menos por la propia decisión de una de las afectadas por la polémica, al haber decidido, acaso legítimamente, no hacer la prueba de alcoholemia.
6 respuestas
Estoy seguro que habiendo una cámara rápidamente este ayuntamiento,transparerente y demokrático, está preparando su pase a todos los medios, para aclarar sin lugar a dudas…jajajaja. Yo sigo como el 28 de Diciembre, y es que la inercia me puede.
Seguro que en esa cinta, que tardarán unos días en manipularla y recortarla, se oye hasta ‘Asirón ejecución’ aunque no grabe audio.
El Gran Hermano ha llegado, maneja la pasta, la poli, y las cámaras. Con suerte los abuelos no van a ser acusados de escrachar el coche de la konzejala.
Parece ser que, la única duda que tiene Asirón para expedientar a la entrevistada agente de la P.M, es si tenía que haber hecho soplar a Enrique Maya o a Esperanza Aguirre.
No tengo datos concretos del caso pero si que me llama poderosamente la atención el diferente actuar de la policía municipal con el Sr. Ignacio Polo y con la Sra. Maider Beloki.
Me explico. En el caso Polo los policías se apostaron a ver si el ebrio concejal se metia en el coche e infringia el Código de Circulación (o el Penal si la tasa de alcoholemia era elevada).
En el caso Beloki los policías son todo bondad y comprensión y se aprestan a exculpar a la concejal evitandole incluso la incomodidad de soplar el alcoholímetro como a los demás mortales.
Lo de este Ayuntamiento cada vez recuerda más a las múltiples películas sobre la corrupción policial en EEUU. De hecho el alcalde recibe a matones y es comprensivo con un grupo de gansters que asesinó mil personas incluyendo mujeres embarazadas,niños,atracó bancos,robó nóminas de empresas,secuestro,chantajeó.
Si no estoy equivocada ese aparcamiento está reservado para el Hotel Europa con una duración de 15 minutos. Creo que el vehículo, si estaba aparcado ahí, debería haber sido multado y retirado por la grúa y nada de lo sucedido hubiera pasado. De todas formas no se ha comentado nada del asunto y de la denuncia, no ?
Me parece alucinante que esta agente de la policía municipal haya dicho esto. A la luz de lo visto, parece evidente que la culpa no es de las personas atropelladas, que caminaban por una zona habilitada para ello.
Es tremendo cuando se pretende disculpar por motivos políticos a un concejal por una falta suya. Ya dije en su día que no se debe usar políticamente un accidente, pero que la reacción del ayuntamiento no es de recibo. Y tampoco, creo, de esta agente al hacer estas declaraciones nada menos que en una entrevista. Como si todos pretendiesen sacarle la cara al ayuntamiento.
Y al revés, que cuando la falta es de quien no resulta de mi agrado le persigamos con saña. Yo no sé si la palabra prevaricación es de aplicación, siquiera moralmente, pero se le acerca.
Repugnante.