El traje, el vestido, el banquete, los invitados… todo ello es algo secundario. El arzobispo, respecto a las primeras comuniones tan frecuentes en estas fechas, recuerda en su última carta a los fieles que: “conviene tener presente que al ser un momento profundamente religioso y espiritual se ha de procurar en todo lo posible que los niños no se distraigan y desorienten. Muchas veces hay mayor preocupación por el banquete o por la atención a los invitados que por el gran don de la primera Comunión donde Jesucristo se hace presente en el Sacramento; si se deja muy en segundo lugar este gran acontecimiento, se caería en un grave error y olvido pues todo quedaría en una superficial ceremonia que no produciría los frutos propios de la celebración bien vivida.”
El arzobispo señala además el domingo como día más adecuado para esta celebración, ya que “la fiesta de los cristianos es el domingo, día que nos hace recordar y vivir la Resurrección de Cristo y nos une a la familia que es la Iglesia”. Por ello, monseñor ruega “que se procure vivir el acontecimiento de la Comunión en el domingo y así demos la oportunidad a los niños que lo vivan con ilusión y se comprometan a participar en la Misa de los domingos en lo sucesivo”.
Pueden leer la carta completa en este enlace.