Era el año 1.989 y el tren de alta velocidad francés (TGV) iba a llegar a Hendaya. Es un hecho poco conocido que, en aquel momento, Batasuna presentó dos mociones con idéntico texto en los ayuntamientos de Irún (1989) y Fuenterrabía (1990), exigiendo al gobierno español que completara el trazado entre Irún y Hendaya. El mundillo batasuno exigía entonces a Felipe González, literalmente, que “tanto la red de comunicación viaria de Europa con el Estado, como el tren de alta velocidad (TAV) pasen por Irún, tanto por razones históricas como económicas"
Lo que ayer era blanco, hoy es negro.
En 1.989, Batasuna alegó “factores objetivos” para exigir la llegada de la alta velocidad hasta Irún. A diferencia de ahora, consideraba en aquel momento que la CAV se encontraba en el "lugar idóneo" para la conexión y que debía considerarse como "zona prioritaria de comunicación viaria y ferroviaria" con Europa. En otro punto del texto se criticaba “la política del PSOE de desertización económica y marginación de Irún y el conjunto de Euskadi”. Paradójicamente, el trazado del AVE realizará exactamente esa misma conexión entre Irún y el TGV que entonces se demandaba. Más paradójico todavía: sus planteamientos de 1989 y 1990, aparte de a todos los demás, hoy podrían costarle la vida al autor del texto. En algún momento posterior a aquella fecha ETA cambió de opinión, más bien de estrategia, respecto al AVE. La cuestión es, entre quienes ahora se oponen al AVE, cuántos de ellos no cambiaron de opinión a la vez que ETA.