Estamos hartos de oír que el PSOE es un partido federalista, que cree en una España plural, que por eso se entiende con los separatistas, como si por otro lado el problema de los separatistas fuera que reclaman una España plural. O sea, los separatistas quieren precisamente salir de una España plural y crear unas repúblicas artificiales dirigidas con mano de hierro y uniformizadas culturalmente a martillazos. De frontera autonómica para dentro, no hay nadie más centralista que los nacionalistas vascos o catalanes, pero sigamos con el PSOE.
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Otra de las cosas que estamos hartos de escuchar decir al PSOE es que UPN, por ejemplo, ha vendido su navarrismo porque forma coalición en Navarra Suma con Ciudadanos. Parecido reproche se puede escuchar contra los populares. Sin embargo, lo que debería alarmar a los genuinos defensores de la España plural (o las Españas) y la gestión descentralizada (o autogestión) es lo que está proponiendo el PSOE. En el margen de muy pocos días hemos tenido varios ejemplos claros de cómo el gobierno socialista atropella la capacidad de decisión de los territorios cuando los territorios deciden algo que no le gusta al PSOE. ¿Qué clase de federalismo es ése?
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El segundo ejemplo alarmante es el anuncio de que el PSOE y los comunistas pretenden afrontar una armonización fiscal para igualar los impuestos de patrimonio y sociedades en todos los territorios. Aquí tenemos claramente dos elementos en juego, a cual más preocupante. Primero que la armonización es una igualación al alza. Es decir, que la armonización consiste en subir todos los impuestos al nivel del que los tiene más altos, que seguramente es el peor gestor, el que tiene las cuentas públicas más descuajeringadas, y que trata de compensar su torpeza subiendo los impuestos, lo que le lleva a asfixiar el consumo y espantar a las empresas e inversores, lo que a su vez descuajeringa más la economía y consecuentemente las cuentas públicas… pues bien, su modelo fallido pasa a ser obligatorio para todos los demás territorios. Es como si en una calle donde una tienda va mal, el gobierno obligara a todas las demás tiendas a clonar su mal modelo, para que sus clientes no se vayan al resto de tiendas que van bien.
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Como tercer ejemplo reciente imposible dejar de mencionar con especial preocupación el recurso del gobierno social-comunista al Fuero Nuevo, en el que los que agreden al Fuero Nuevo y los que intentan desdoblarse para presentarse como sus defensores son exactamente los mismos:
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Todo esto además evidencia que la convicción federalista del PSOE es directamente proporcional a la concordancia de los gobiernos territoriales con las ideas del PSOE. O sea, puedes tomar decisiones autónomas siempre que lo que decidas coincida con lo que yo te hubiera ordenado. ¿Qué clase de “federalismo” es eso que más bien habría que llamar tiranía? Uno puede creer en la centralización o en la descentralización, pero respetar la descentrealización sólo del que piensa como yo, la descentralización selectiva, no es creer en un modelo u otro, es ser un dictador.
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