El aborto, la gran decepción del PP

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¿Nos creemos o no nos creemos que la defensa de la vida es una cosa importante?

¿Es o no es una vida humana lo que se elimina cuando se comete un aborto?

Si no lo es, ¿para qué limitar su eliminación con unos plazos? ¿Para qué poner ningún obstáculo? ¿Para qué perder siquiera el tiempo hablando de ello?

Si lo es, actuemos en consecuencia.

La reforma de la ley del aborto en defensa de la vida es algo que, si nos lo creemos, hay que hacerla el primer día de trabajo en cuanto cruzamos la puerta de la Moncloa. No hay ninguna otra medida que sea más importante ni urgente en el resto de la legislatura.

Si uno no cree que abortar es eliminar una vida humana, o lo cree pero le da igual, entonces por lo menos tiene que preguntarse si considera importante conservar el voto del electorado provida.

Puede que el PP, además de decidir que no cree demasiado en la defensa de la vida (si cree todavía es peor que se haya rajado), haya decidido además o a la vez que el voto provida es despreciable, o que los provida votan al PP como autómatas. No obstante, ¿a qué porcentaje de voto puede renunciar el PP y seguir conservando su mayoría absoluta?

Hay una cosa muy atractiva que tiene la izquierda o que tienen los partidos nacionalistas: que defienden sus convicciones. ¿Cuáles son las convicciones del PP?

A la vista de lo hecho a lo largo de toda esta legislatura, ¿cuáles son las convicciones que se deduce que tiene el PP no ya en la defensa de la vida, sino casi en cualquier cosa?

A lo mejor los malos resultados que arrojan las encuestas para el PP tienen mucho que ver con esto.

Porque puede que el PP considere más importantes las encuestas que los principios y que traicione los unos por las otras, ¿pero cuál es el resultado?

¿Ha subido la expectativa de voto del PP gracias a la traición a sus principios?

¿Cuánto voto abortista ha captado el PP para compensar la pérdida de voto provida?

En realidad, muy agradecido le puede estar el PP a Pablo Iglesias. Es probable que sin el temor a Podemos la pérdida de votos del PP todavía fuera mayor.

En cuanto a la reforma de la Ley del Aborto que al final propone el PP, el parto de los montes ha quedado reducido a un par de maniobras de distracción para tratar de disimular su traición.

Por un lado obligar a las menores de 16 años a que informen a sus padres para poder abortar. Al parecer el PP ha llegado a la conclusión de que esta medida es popular en las encuestas. A la política se puede llegar con dos perspectivas: seguir a la corriente o cambiar la dirección de la corriente, liderar o secundar, está claro que tipo de partido es el PP y qué tipo de líder es Rajoy. ¿Y las cosas impopulares que ha tenido que hacer el PP? Da la impresión de que son el resultado de una disyuntiva en la que siempre había otra opción que era aún más impopular. Paradójicamente, cuanto más teme el PP tomar decisiones impopulares más impopular se vuelve el partido. Puede que algunas cosas no sean tan impopulares como cree o que a nadie le gusten los políticos que se cantean.

Queda como última esperanza el recurso que el propio PP presentó en su día contra la ley de Zapatero ante el TC. Es decir, que no queda esperanza sabiendo quién nombra los magistrados del TC. ¿Quiénes votarán ahora contra la ley? ¿Los nombrados por el PSOE o los nombrados por el PP?

Por otra parte, el PP ha promovido un plan de apoyo a las mujeres embarazadas que está muy bien. Que va en la buena dirección. Que de hecho es insuficiente y habría que aumentar. Pero que estando muy bien es otra cosa que lo que el PP había prometido. Es como si el PP hubiera prometido una ley para limitar las armas de fuego, y acabara aprobando una ley para extender la venta de chalecos antibala.

Pero hay todavía una razón más para que las dos medidas aprobadas por el PP no basten en absoluto para satisfacer al votante provida.

Da la impresión de que estas dos medidas se tomaron el mismo día en que se decidió traicionar al votante provida.

Da la impresión de que ese mismo día los asesores del presidente en una mano llevaban el texto que traicionaba a los votantes y en la otra las medidas para tratar de engatusarlos y retener su voto.

La maniobra es tan obvia y tan burda que intentar entusiasmarnos con ellas resulta ridículo.

Más aún.

Estas medidas no sólo no son una derogación de la ley del aborto actual sino que son la consecuencia de haber decidido respaldarla. Como decíamos, para minimizar el daño electoral seguramente se decidió aprobar estas medidas el mismo día en que se decidió conservar la actual ley del aborto. Estas medidas serían entonces la respuesta a la pregunta de qué podemos hacer después de tirar a la basura la reforma provida para que el electorado no nos castigue demasiado. Y considerándolas desde este punto de vista, aunque las medidas sean positivas, frente a las expectativas que teníamos y teniendo en cuenta que las están utilizando para engatusarnos, casi parecen hasta perversas.

Hemos hablado constantemente a lo largo de este artículo del PP, pero quizá interesaría matizar y precisar que quizá sería más apropiado hablar de la cúpula del PP, no de los cientos de miles de personas que ocupan cargos o militan en el PP, muchos de ellos provida, muchos de ellos críticos, a los que no obstante sería bueno poder oír.

http://www.navarraconfidencial.com/2010/07/02/por-que-estamos-en-contra-del-aborto/