Las escuelas infantiles públicas de Pamplona, según informa Diario de Navarra, han recibido 1.449 preinscripciones para el curso que viene (2021/22) en el proceso abierto del 1 al 15 de marzo. De ellas, 1197 (83%) han solicitado una escuela infantil del Ayuntamiento de Pamplona como primera opción y 252 (17%) se han inclinado por una escuela infantil del Gobierno de Navarra. Entre todas ellas ofrecían 736 plazas vacantes. La mayoría de las solicitudes han sido para jornada completa 1.370 (95%), ya que solo 79 (5%) han optado por la media jornada.
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Lo más interesante, sin embargo, es que de las 1.197 solicitudes en las escuelas infantiles del Ayuntamiento, la mayoría han optado por castellano 510 (43%) o castellano con inglés 427 (39%). Para el modelo lingüístico de euskera se han recibido 157 solicitudes (13%) y para euskera con inglés, que se ofertaba por primera vez, 58 (5%).
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Como puede apreciarse, el 82% de las solicitudes han demandado español o español con inglés y sólo el 18% euskera o euskera con inglés. Esto contrasta bastante con los discursos de quienes en 2016 imponían ilegalmente el cambio de modelo lingüístico de varias escuelas infantiles de Pamplona, echando a patadas a las familias que habían elegido el español y celebrando su atropello con una chocolatada en la plaza del Monasterio de Azuelo. En el nobilísimo cartel anunciador de aquel dulce evento aparecían los logotipos del Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona, Sortzen, AEK, IKA, AET o Karrikiri.
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Como todo el mundo sabe aquella decisión del cuatripartito fue posteriormente declarada ilegal por los tribunales, aunque como suele suceder en estos casos ni se evitó todo el mal sufrido por las familias castellanoparlantes atropelladas, ni los atropelladores se vieron forzados a extraer la moraleja de que habían ganado menos que lo perdido. La imposición del euskera, en todo caso, es bien real y a menudo, además, ilegal.
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Lo que al menos vienen a ilustrar las cifras es que el discurso bajo el que se han justificado este y otros atropellos, el de la enorme demanda insatisfecha del euskera, es un mito. No sólo lo vemos en este caso sino en general en la demanda de modelo D para toda Navarra, que sustancialmente viene siendo la misma desde 2015, cuando los nacionalistas aterrizaron en el gobierno. Es verdad que hay una demanda insatisfecha, pero de colegios concertados y en inglés y castellano. O de educación diferenciada. La demanda social real ya vemos que en realidad no les importa. Se la inventan para imponer su modelo y la ignoran para aplastar el del vecino.
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