Anda la izquierda empeñada una vez más en investigar los casos de pederastia en la Iglesia Católica, pero sólo los casos de pederastia en la Iglesia Católica. O sea, que lo que le preocupa realmente a la izquierda no es la pederastia. Si a alguien le preocupan solamente las violaciones cometidos por los pelirrojos salta a la vista que no le preocupa tanto perseguir a los violadores como a los pelirrojos. Bueno, algo así es lo que le sucede a la izquierda con la Iglesia Católica. Ya puestos a demonizar colectivos, por pura estadística, seguramente es mucho mayor el conjunto de pederastas que votan a la izquierda, les gusta el fútbol o ven La Sexta que el conjunto de pederastas sacerdotes. Resulta muy llamativo que el 0,2% de los casos de pederastia reciba el 99,8% de la atención mediática y el 100% de la atención política de la izquierda.
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Toca pederastia en el seno de la Iglesia. Me parece muy bien. Es una lacra, un pecado abominable que debe quedar investigado, castigado por los hombres y reparado en la medida de lo posible. Lo dice el mismo Evangelio en Lc 17, 2.
Pero que el árbol no nos haga no ver el bosque. pic.twitter.com/UYx4mowVfp
— CENTINELA en la noche 🇪🇸 (@unanisete) February 5, 2022
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Naturalmente nadie plantea que no se persiga a los pederastas. Ni fuera ni dentro de la Iglesia. Hay lunáticos que defienden que se normalice la pederastia, pero no están en la Iglesia Católica. Para un católico la pederastia no sólo es un delito, es además un pecado gravísimo. Para otros es sólo un delito. Obviamente puede haber católicos, incluso sacerdotes, que maten o violen, pero matarán y violarán en contra de toda la doctrina, los mandamientos y el discurso de la Iglesia Católica. Hasta la Iglesia puede haber cometido errores a la hora de gestionar los casos y las denuncias, como de hecho ha reconocido y pedido perdón por ello. Pero por haberse separado de su propia doctrina o no haber sido rigurosa y exigente, no por haber seguido su doctrina y haber sido rigurosa y exigente con ella.
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Cuando hablamos de delitos, por otro lado, es la Justicia la que debe encargarse del caso, no la Iglesia, ni los políticos, ni sólo los políticos de izquierdas. Los parlamentos no se pueden convertir en unos juzgados paralelos. Sin duda la izquierda pretende tener a la Iglesia sometida a una constante persecución política y mediática. No a los pederastas, sino a la Iglesia. La izquierda aplica a la Iglesia un rigor que no se aplica a sí misma o a otras instituciones públicas y privadas en casos parecidos. No es casual. Hay una batalla ideológica detrás. El aborto. La ideología de género. La eutanasia. La Iglesia es un estorbo global para la agenda política de la izquierda y para imponer esa agenda vale lo mismo la persuasión que la persecución y la imposición.
Un comentario
Y el 0,2 % de los afiliados controlan el 100% de los partidos políticos…
¡Ay las logias!