> N. C. Según pasan los días, se conocen más datos sobre el atentado y sus consecuencias. Son de particular interés las filtraciones acerca de la conducta del Presidente del Gobierno tras los asesinatos de Barajas, sobre todo en las horas si no días en que estuvo ‘desaparecido’, quizá dedicado al avistamiento de linces en el Coto de Doñana. Cuentan que, efectivamente, Zapatero se había creído hasta tal punto su misión ante la Historia que el atentado le dejó sumido en un estado cataléptico. El Presidente no daba crédito a lo que estaba ocurriendo. Su parálisis fue tal que las riendas fueron tomadas por sus colaboradores más cercanos en la cuestión de ETA. Jesús Eguiguren, El Presidente del Partido Socialista de Euskadi tuvo que convertirse provisionalmente en ‘Lehendakari’ del Estado Español y proponer la estrategia que iba a seguir el Gobierno ante el ataque de ETA. Haciendo gala de la ‘visión’ que poseen nuestros políticos, Eguiguren propuso continuar con el ‘proceso’ y dar alguna prueba de buena voluntad a los terroristas para evitar que vuelvan a matar de inmediato. ¿La justificación de esta propuesta? Obviamente, no la protección de los españoles frente al terrorismo. De lo que se trata es que el PSOE concurra a las elecciones autonómicas y municipales sin más muertos a sus espaldas, y así tenga de nuevo la oportunidad de mantener su mayoría y llegar a las legislativas de 2008 con posibilidades de reelección. Esto explica la actitud de los socialistas con respecto a las manifestaciones y su negativa a retomar el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo.