Es por ello que, conociendo ahora la enorme carga de menosprecio que atribuye a este término, nos hubiera extrañado que Diario de Noticias no lo hubiera utilizado a discreción cuando de lo que se trataba era de desalojar a UPN del gobierno de Navarra. De esta forma nos pusimos a buscar en la hemeroteca, a ver si éramos unos malpensados o Diario de Noticias reprochaba a los partidos españolistas de la CAV el mismo menosprecio que él mismo había utilizado antes contra ellos en Navarra.
La primera referencia que nos encontramos relativa al “desalojo” del gobierno de UPN, sin embargo, fue la de Patxi Zabaleta. A lo largo de una entrevista, haciendo gala de esa fina dialéctica de hombre de estado que le caracteriza, Zabaleta asegura que “Aralar tiene en Navarra la obligación de ejercer la oposición. Tiene que marcar las pautas que enmarcan la imagen de una alternativa de poder, que pueda desalojar de la diputación a las fuerzas neo-franquistas”. Casi estamos por asegurar que esto lo dice con un cierto menosprecio.
Poco más nos costó encontrar, como nos temíamos, el uso de este término por el propio Noticias. Precisamente en otra entrevista a Zabaleta en este medio, el entrevistador le pregunta “¿Piensa NaBai volver a la carga tras las elecciones e intentar la coalición con el PSN para desalojar a UPN?”. El entrevistador, acaso previendo un resultado catastrófico para el PSOE en Navarra, se refería a las Generales de marzo del 2008.
Pero es que el término “desalojo”, con toda su carga de desprecio, lo encontramos incluso en un delicioso editorial (a la luz de los acontecimientos actuales de la CAV) del propio diario . En su caso, sin embargo, se refiere en mayo del 2007 a la creación de un pacto para “desalojar” a Yolanda Barcina al frente de la alcaldía de Pamplona: “Si la voluntad de la mayoría ha optado por desalojar a la derecha de la alcaldía, el resultado de las urnas, democrático y absolutamente legal, aconseja que no hay que desaprovechar la ocasión.”
Todo lo cual nos lleva a concluir que, o bien el Noticias atribuye una carga de desprecio a la palabra “desalojo” sólo cuando simpatiza con los desalojados, o bien no tiene empacho alguno en hacer gala de todo ese desprecio cuando no simpatiza con los afectados. Llamativo en ambos casos.