Si por un lado se reduce el sueldo de los asalariados del sector público un 5%, pero por otro lado aumenta un 5% el número de asalariados del sector público, no estamos recortando ningún gasto. Hasta aquí la lógica. Por consiguiente, hemos querido creer que esto no podía estar pasando. No obstante, hemos querido comprobarlo.
Verificar este punto resulta tan sencillo como visitar la web de Instituto Nacional de Estadística y buscar los datos. Unos datos que demuestran que, desde que Zapatero ganó las elecciones en plena crisis, el número de asalariados del sector público ha aumentado en 215.200 personas, un 7,4%. Pero es que en el primer trimestre de este mismo año, hasta donde llegan los datos de la EPA, el número de asalariados del sector público ha seguido creciendo. Concretamente en 22.700 personas, un 0,7% sólo en los tres primeros meses del año. Cae por su base que no vamos a recortar el gasto aunque rebajemos los salarios si al mismo tiempo sigue aumentando el número de funcionarios. Que es justo lo que observamos que está pasando.
Hemos tenido la curiosidad de comprobar si esto mismo estaba pasando también en Navarra. Afortunadamente, el número de asalariados del sector público en la Comunidad Foral ha descendido durante el último año. Es decir, que si el Gobierno de Navarra rebajara el sueldo a los funcionarios sí que estaría ahorrando.
No podemos pagar su sueldo a los funcionarios que ya tenemos, pero seguimos contratando a más.
Naturalmente los inversores internacionales tienen a la vista estos mismos cuadros y comprueban que la política económica del gobierno socialista, más allá de ser buena o mala (a la vista están los resultados), ni siquiera es lógica. Y al dinero, por alguna extraña razón, parece que le gusta la lógica.