Dinero público + subvenciones + políticos = ¿Tasubinsa?

Tasubinsa (Talleres Auxiliares de Subcontratación Industria Navarra S.A.) es una sociedad anónima, sin ánimo de lucro, cuyo objeto social es la integración laboral y social de personas con discapacidad intelectual,a las que se ofrece trabajo y formación.

Para entender la situación, sin embargo, conviene saber también que Tasubinsa es propiedad de ANFAS (78%) yFUNDOSA (22%), a pesar de lo cual ANFAS sólo ostenta 4 de los 13 puestos del consejo de la empresa.

¿Y cómo es esto?

Pues al menos en parte porque ANFAS pone en marcha la sociedad gracias al apoyo financiero del Gobierno de Navarra el cual, a cambio, para vigilar las ayudas y subvenciones se hace con 3 puestos en el consejo de Tasubinsa. En este contexto en el que tenemos de un lado una actividad encomiable, por tanto difícilmente criticable, por otro dineros públicos que al cabo del año superan los 7 millones de euros, entre ayudas y subvenciones,y finalmente políticos y gestores de dinero que no es suyo sino del contribuyente. En definitiva, se dan todos los ingredientes para la aparición de zonas oscuras, gestiones discutibles y posibles irregularidades.

Como así de hecho puede haber sido, o al menos se ha denunciado.

Un tanto tapado por la crisis institucional, desatada por la comisión de investigación del caso Nieves-Goicoechea, más la posibilidad de una moción de censura, ha pasado un tanto inadvertido el caso de Tasubinsa. Sueldos estratosféricos, abusos con las tarjetas de crédito, ayudas que se cobraban dos veces, cursos de formación inexistentes por los que se facturaban grandes cantidades… El caso ya se encuentra en los tribunales, denuncia de por medio contra la cúpula de Tasubinsa por parte de un nutrido grupo de trabajadores.

Casualmente, o a la vista de la situación, los tres representantes del Gobierno de Navarra en el consejo de administración han decidido abandonar sus cargos. La decisión coincide con el escándalo, pero la presencia de los políticos en Tasubinsa parece cuestionable desde hace muchos años, teniendo en cuenta que su justificación se basa en una inversión amortizada que data de los ochenta.

Evidentemente la Justicia determinará las responsabilidades penales si las hay en este caso. No obstante, la situación desencadenada nos hace reflexionar una vez más en los peligros de financiar un sector cualquiera con dinero público, aunque en este caso pueda estar totalmente justificado. De un lado porque toda intervención pública debe tratar de evitar la expulsión del resto de jugadores del mercado. Por otra parte porque, si la intervención subsidiaria del estado se requiere y se justifica, continuamente nos encontramos con los problemas derivados (aparte de la politización) de que alguien gestione un dinero que no es suyo vigilado por un supervisor que a su vez tampoco es el dueño del dinero. La naturaleza humana muestra una y otra vez que somos muy celosos vigilando nuestro dinero (y allá nosotros si no lo somos), pero que generalmente las exigencias se relajan mucho cuando se trata del dinero ajeno. Es decir, cuando se trata del sector público. Y entonces allá los otros. Es decir, los contribuyentes. O sea, nosotros.

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7 respuestas

  1. Se os olvidan unos cuantos ingredientes en la receta del titular, amigos de NC. La solidadaridad, la atención a la discapacidad a cualquier precio y sin hacer preguntas son la vaselina que hace que casi cualquier cosa entre en casi cualquier sitio.Y a todo el que hace la mas mínima objeción se le salta al cuello. Hace años una asociación de padres de hijos con una concreta enfermedad tuvo la originalísima idea de hacer…¡¡un calendario!!. A una servidora se le ocurrió comentar, en DN, que las fotos de papas y niños abrazandose estaban muy vistas, que había mas poses que lo hubieran hecho mas original… Casi me comen!! Esa es la atmosfera, de trágala y de aplauso obligado, que rodea los fenómenos asociativos en torno a ciertas deficiencias y enfermedades. Luego pasa lo que pasa y aún se duda del porqué..

  2. Lo peor del Franquismo no es que hizo, sino lo que dejó, no se si intencionadamente o no, que es el profundo franquismo sociológico de una sociedad que no sabe moverse sin el bastoncito del estado, el perro lazarillo de los políticos y el GPS de la subvención. Ríanse ustedes del «atado y bien atado», como comparar el chiguagua de Paris Hilton con un dóberman chiflado.
    Por más que se muestre y demuestre que cuanto más estado, más corrupción porque la tarte es mayor y se multiplica la disponibilidad a cometer el delito de corrupción…por más que se explique, siempre hay alguien que seguirá diciendo que hay que defender a los débiles, y tal. Los débiles se defienden asociándose entre ellos de manera libre, como el resto. Y por la solidaridad y caridad de los que les quieren.
    Meter políticos en la ecuación no mejora nada y al final pasa lo esperable.
    Seguro que ahora la izquierda propone un Comité de Supervisión de Tasubinsa para «que no ocurran estas cosas…»
    El Comité no lo duden, estará trufado de políticos.

  3. El problema real de fondo en Tasubinsa es la guerra de poder interna. Una lástima que algunos utilicen a Tasubinsa para esto.

  4. A partir del antepenúltimo párrafo el articulista habla de «Nasubinsa» y no Tasubinsa… Error inocente o ya de rondón le damos una colleja a la Empresa Pública de Suelo y Vivienda?

  5. hace unos. años fue aspace. ahora. tasubinsa. .. no. estaria mal q los señorea gobernantes. metieran. mano. en eatos llamados centros especiales de empleo. lo único. q hacen es explotar. a los trabajadores con sueldos. miserios. y llemarse ellos los bolsillos

  6. Yo creo, que por estos lares, los mayores latrocinios se han cometido y se siguen cometiendo, con la excusa del euskera (u otro idioma localmente controlable), la normalización y las construcciones nazionales. Y encima con una rentabilidad económica y social nula.

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