La cita del diario de todos los navarros es una entre otras varias que realizan afirmaciones como que “El Papa propicia la enfermedad y muerte entre grandes sufrimientos de millones y millones de personas” (opinión aparecida en El Comercio) o que “Miles de personas morirán por seguir las consignas de Ratzinger” (opinión aparecida en El Espectador).
Llama la atención este derroche de hostilidad delirante cuando no es que los católicos practicantes se caractericen precisamente por ser un grupo de riesgo.
Lo mismo que se dice del Papa, por pura coherencia, habría que aplicárselo a alguien que dijera: “Recuerda, ¡el sexo mas seguro, es no practicar sexo!”. Sólo que en este caso la cita no es de Benedicto XVI sino de UNICEF.
UNICEF, por su parte, se limita a seguir el consenso científico denominado ABC: abstienence (abstinencia), be faithful (fidelidad), use a condom (condón). En realidad, el condón es la estrategia menos segura de las tres citadas, por lo que poco sentido tiene omitir las otras dos en cualquier consideración relativa a las enfermedades de transmisión sexual, mucho menos presentarla como la más segura, siquiera para que cada cual tome después una decisión responsable e informada.
Incluso un estudio de la American Foundation for AIDS Research (Amfar) mostraba la diferente protección del preservativo según su uso en condiciones reales e ideales, cifrando el segundo supuesto (el más optimista) en un rango que sólo va del 80% al 95%.
Por último les dejamos con la pregunta sobre el problema del SIDA en Africa que se le realizó al Papa y su respuesta literal y sin mutilaciones:
P. Santidad, entre los muchos males que afligen a África, destaca el de la difusión del sida. La postura de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra él a menudo no se considera realista ni eficaz. ¿Afrontará este tema durante el viaje? (Philippe Visseyrias de France 2).
R. "Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos, con sus diversas realidades. Pienso en la Comunidad de San Egidio que hace mucho, visible e invisiblemente, en la lucha contra el sida, en los Camilos, en tantas otras cosas, en todas las religiosas que están al servicio de los enfermos… Diría que no se puede superar este problema del sida sólo con dinero, aunque éste sea necesario; pero si no hay alma, si los africanos no ayudan (comprometiendo la responsabilidad personal), no se puede solucionar este flagelo distribuyendo preservativos; al contrario, aumentan el problema. La solución sólo puede ser doble: la primera, una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que conlleve una nueva forma de comportarse el uno con el otro; y la segunda, una verdadera amistad también y sobre todo con las personas que sufren; una disponibilidad, aun a costa de sacrificios, con renuncias personales, a estar con los que sufren. Éstos son los factores que ayudan y que traen progresos visibles.
Por tanto, yo diría que nuestras dos fuerzas son éstas: renovar al hombre interiormente, darle fuerza espiritual y humana para un comportamiento correcto con respecto a su propio cuerpo y al de los demás, y esa capacidad de sufrir con los que sufren, de permanecer presente en las situaciones de prueba. Me parece que ésta es la respuesta correcta, y la Iglesia hace esto; así da una contribución muy grande e importante. Damos las gracias a todos los que lo hacen".