Don Mikel Gotzon Santamaría (Bilbao, 1957), nuestro entrevistado de hoy, es Doctor en Filosofía, especializado en Metafísica y Antropología. Además ha escrito obras técnicas de investigación como «Acción, persona y libertad», y otras de divulgación como «Saber amar con el cuerpo», «Qué y quiénes somos» o «Un bicho que busca a Dios». Ha sido profesor de metafísica y antropología en Roma y en Pamplona.
Don Mikel, ¿cuál es la doctrina de la Iglesia sobre el preservativo y cómo se justifica?
Según la moral cristiana, el preservativo, como cualquier anticonceptivo, falsea la verdad del amor matrimonial. El acto sexual es la expresión natural de la mutua entrega. Marido y mujer se entregan y reciben el uno al otro, y lo físico ha de expresar y realizar la unión afectiva y la entrega personal del uno al otro. Darse entero y recibir entero al otro, tal y como es hoy, aquí y ahora. El plastiquito de por medio pone muy claramente de manifiesto que la expresión fisica no transmite ni realiza una entrega total ni un aceptación del otro tal y como es hoy…
Como ves, estamos hablando de cuidar o estropear el amor matrimonial. Nada que ver con lo que hacen dos compañeros que se enrollan un viernes por la noche, o lo que hace un tío que se va de putas. Ahí no hay ningún amor matrimonial que haya que cuidar o que se pueda estropear. Por tanto, en sí mismo, el uso del preservativo no estropea nada. No se puede matar a un muerto.
Pero, cuando hablamos del condón como modo de reducir el contagio de enfermedades, de lo que estamos hablando es de actividad sexual promiscua y casual, que es ya de por sí un pecado. En ese tipo de actividad sexual, si hay riesgo de enfermedad, será obligatorio usar el condón. Porque si no, al pecado contra el sexto mandamiento, se añade un pecado contra el quinto, porque se atenta contra la salud propia y ajena.
¿Qué es exactamente lo que ha dicho el Papa sobre los condones?
Exactamente no lo sé. En algún sitio he visto publicado el texto literal. Pero, si he entendido bien, dice lo que es sabido desde siempre, y lo que te acabo de explicar: cuando estamos hablando de actividad sexual ocasional y promiscua, el uso del preservativo es un comienzo de responsabilidad moral. Se hace un pecado, pero se evita otro.
¿Se diferencia en algo lo que ha dicho ahora el Papa con lo decía la Iglesia antes? ¿Hay un vuelco? ¿Hay una revolución? ¿Hay algo o no hay nada?
No hay nada nuevo en lo que dice el Papa. Es la aplicación de la moral fundamental católica al caso particular de una actividad sexual promiscua con riesgo de transmisión de enfermedades.
El problema es que, durante más de veinte años, se ha permitido un error grave en la opinión pública mundial. Todo el mundo “sabe” que, cuando se habla de Sida y de reducir el contagio, “la Iglesia dice que no al uso del condón”. En realidad, la moral cristiana dice lo contrario, pero una mala política de comunicación ha hecho posible que este error sea, desde hace muchos años, un dato cierto para todos, también para muchos católicos que deberían conocer los principios básicos de la moral cristiana. Yo llevo veinte años, desde la primera campaña que se hizo en España, explicando lo que te acabo de decir. Y advirtiendo del error grave que se está cometiendo al no explicar con claridad este punto de la moral cristiana.
A estas alturas, cuando la doctrina de siempre salta a la opinión pública, es inevitable que todo el mundo piense que la Iglesia ha cambiado de doctrina. Y eso es un daño grave a la credibilidad del Magisterio. Habrá algunos responsables de comunicación que tendrán que dar cuenta a Dios de este daño. Y del daño que haya podido causar el no haber transmitido adecuadamente la moral cristiana.
El año pasado, el Papa declaró que la distribución de condones en Africa no sólo no resolvería el problema del SIDA, sino que lo agravaría. ¿Es compatible lo que acaba de decir el Papa con lo que dijo el año pasado?
Es obvio que sí. Una cosa es que, si de vas de putas, tengas obligación de usar condón. Otra cosa es que la campaña que presenta el condón como “sexo seguro” sea dañina, tanto para la salud, como para el modo de vivir la sexualidad, porque esa falsa seguridad aumenta las conductas de riesgo, y, al final, el resultado médico es negativo. Si yo tuviera responsabilidad en este campo, me vería obligado en conciencia a hacer una campaña de publicidad directa en todas las casas de putas, los productos eróticos y pornográficos, etc. El mensaje es muy sencillo: “si haces el guarro y te la juegas, por lo menos, póntelo». En esa frase está todo dicho, la verdad médica y la doctrina moral cristiana.
¿Qué opina de que se responsabilice a la Iglesia de que haya gente que muera en Africa por no apoyar el uso del preservativo?
Es una memez. De hecho, la Iglesia se está limitando a decir la verdad científica: el condón no es sexo seguro, busca la fidelidad, pero si lo haces, te la juegas, y es mejor que reduzcas el riesgo con el condón.
¿Hay alguien más fuera de la Iglesia Católica que tampoco considere el condón como una panacea?
Los expertos que han estudiado las diversas campañas, han llegado a la conclusión de que la insistencia en fomentar y repartir preservativos no ha reducido la incidencia del sida en casi ningún sitio. Sólo en lugares como Tailandia, donde el origen principal de la enfermedad era el turismo sexual y la prostitución. Los estudios de Harvard sobre la cuestión son concluyentes. Y The Lancet publicó en 2004 un estudio firmado por 140 expertos en el que dice lo mismo.
¿Qué piensa del enfoque sobre la sexualidad conocido como estrategia ABC (Abstinence-Be faithful-Condom/ Abstinencia- Fidelidad- Condón)
Yo no diría que es un “enfoque de la sexualidad”. Es el resumen de la campaña más barata y exitosa de la historia del sida. Se aplicó a finales de los 80 en Uganda. Y es el mayor éxito en la historia de la lucha contra el sida. En 1990 la incidencia del sida en Uganda era del 15%. En 2003, había bajado al 4%. En estos últimos años, los países ricos se han empeñado en meter dinero para fomentar los preservativos en Uganda. ¿Resultado? El sida ha vuelto a aumentar en ese país.
¿Cree que en general los medios suelen reflejar fielmente lo que realmente dice el Papa o lo que realmente piensa la Iglesia?
Los medios reflejan lo aue dice la Iglesia tan bien o tan mal como cualquier otra cosa. El periodista tiene que hablar y escribir mucho sobre todo, así que no sabe más que lo que le dicen. Es responsabilidad de los responsables de comunicación el conocer el lenguaje de los medios y transmitir la doctrina cristiana adecuadamente. Si una declaración está en un lenguaje teológico muy riguroso pero muy técnico, por tanto incomprensible, el periodista no entenderá nada. Verá una frase que le choca y la pondrá en el titular. Algunos tendrían que enterarse de que los mensajes de la Iglesia llegan a la gente, y a los fieles cristianos, a través de los periodistas, y aprender a comunicar adecuadamente.
34 respuestas
Mac, ¿qué quieres que diga? ¿Que si haces un pecado contra el sexto, hagas además un pecado contra el quinto porque te juegas contagiarte y contagiar a otros?
Un ejemplo te puede ayudar a entender. Según la moral católica, «es pecado bajarse antes de tiempo», porque estropea la verdad del amor matrimonial. Según eso, ¿también al violador le dirás que «es pecado bajarse antes de tiempo»? ¿Le dirás que se quede ahí hasta el final? Piensa un poco y te darás cuenta de que es el mismo caso: eso mismo que es malo, porque estropea el amor matrimonial, quizás es exigido cuando uno está pecando contra el sexto. Porque no hay allí ningún amor matrimonial que el condón estropee, pero sí hay un daño grave contra la salud propia y ajena que es obligación evitar.
Si haces un pecado contra el sexto, no hagas, además, otro contra el quinto. Esto ha sido publicado, con estas mismas palabras, hace muchos años. Lo decía uno de los teólogos del Vaticano en una entrevista que quizás leíste en su tiempo… Pero no hace falta que «lo diga» nadie: es puro sentido común, aplicación de la moral fundamental católica a este caso particular.
Hace años, el asunto no se había planteado, así que no tienes la «solución del caso» en los clásicos manuales. Pero para eso está la moral fundamental, para darte los criterios básicos que luego has de aplicar a la variedad de circunstancias de la vida.
Quizá te sea útil estudiar la diferencia entre el «objeto material» y el «objeto formal» en el acto moral. Es un asunto básico de la moral católica. Te permitirá entender este asunto… y otros muchos.
D. Mikel, hay un daño grave para la salud y la vida al confiar en los condones. Si hay ETS no las previene, solo disminuye el peligro de contagio en algunas, es muy inseguro: lo que usted ha afirmado es una invitación a obrar ligereza, por decir algo suave, también en le quinto.
¡Siempre entendí que el condom implicaba vulneraba el quinto! ¡que se lo pregunten a los que contrajeron SIDA y otras ETS!
Mi sentido común y lo que se va estudiando en el terreno me dice que es peligroso hablar así y que en modo alguno puede aconsejarse con tanta ligereza.
Saludos
Mac, ¿qué es, según tú, lo que yo he aconsejado? Porque no he «aconsejado» nada. Me he limitado a recordar lo que exige la moral cristiana de siempre en asuntos graves.
Parece que te has olvidado de todo un párrafo en mi entrevista, en el que recuerdo, precisamente, que la campaña de promoción del condón no es eficaz para reducir la extensión del sida. Y recuerdo que la eficacia se ha dado al promover la abstencion y la fidelidad.
Pero lo uno no quita lo otro. ¿Recuerdas el eslogan que proponía en la entrevista?
«Si haces el guarro, y te la juegas, por lo menos póntelo».
¿Tienes algo que objetar?
¿No queda claro que hay que evitar las relaciones promiscuas?
¿No queda claro que te la juegas?
No llames ligereza a lo que se separa de tu opinión…
Lo que es peligroso es no decir la verdad.
Insiste en promover la abstención y la fidelidad.
Recuerda que, aún con condón, te la juegas.
Pero no digas que, SI LO HACES, hay que hacerlo sin condón y arriesgar el contagio propio y ajeno.
Porque es una tontería. Contrario al sentido común, y contrario a la moral católica.
No digo ligereza, digo contrario a la moral católica.
Esto es lo que dicho en la entrevista. No he «aconsejado» nada. He descrito un punto de la moral católica. Quizás puedes volver a leerla… y quizás entiendas que, si dices la verdad, permites a los otros ejercer su libertad con responsabilidad. No puedes sustituir el juicio prudencial de conciencia de los otros con el tuyo. Diles la verdad de lo que hay. Y reza para que actúen bien. Otra cosa, no ayuda a la gente a hacer el bien. Caritas in veritate: la caridad en la verdad.
Don Mikel, qué gusto verle por aquí. Para mí no hay duda posible en lo que ud dice, fuera del matrimonio, no digamos con sexo mercenario, o de ocasión.
Permitame que muestre mi disgusto y disconformidad con lo que dice respecto al matrimonio, Resulta que es más grave que dos esposos utilicen un medio de barrera que usar un método como el Billings, muy perfeccionado.
Expliquemé que diferencia hay entre dos mujeres que van a mantener relaciones cono sus respectivos cónyuges y que, para evitar un embarazo que no desean, una (la A) acude al calendario para comprobar que no se trata de un dia fertil (en cuyo caso sugiere al esposo que deberá abstenerse, aunque a lo mejor sea el único dia en varios que puedan tener tiempo, que no esté cansado, etc… La otra (la llamaremos B) usa un método de barrera, sea prepservtivo,sea diafragma, sea condón femenino, en fin, lo qeu Ud. quiera.
Ni A ni B quieren quedarse embarazadas. Supongamos que quieren tres hijos, y los tienen. Ninguna de las dos lo quiere -al menos en ese momento-. Ambas aceptarían un embarazo si fallan los cálculos o los medios contraceptivos empleados (no abortarían de ninguna manera).
Ambas son católicas practicantes.
Según la doctrina moralque parece que Ud. defiende, el condón/similar no puede usarse licitamente en los casos descritos. De modo que unos esposos (A) se entregan plenamente, en el otro (los B) «un plastiquito» se interpone en su amor, de modo que su entrega física, espiritual y moral que curiosamente perciben ambos como algo real, algo que les reconcilia y que reciben gozosamente como un auténtico don de Dios, en realidad, no es más que un fraude: han consumado un grave pecado; se han utilizado uno a otro, y han torcido los planes divinos.
Para mi la diferencia unica entre A y B es que unos pueden tener relaciones cuando pueden y les place, y los otros no; que unos consiguen algo más de seguridad que otros. Que unos están sujetos a una ley externa, que los domina o condiciona moralmente, y los otros están liberados de esa ley, porque en conciencia, y tras un discernimiento conjunto que lleva su tiempo, no les parece que haya causa moral que justifique una prohibición tal.
A mi (ya tengo canas, y dos hijos, y una mujer con la que llevo casado unos cuantos años) esa doctrina moral me parece un absurdo escandaloso, que no se puede sostener hoy día ante una persona de cultura media.
A mi me consta, por mi entorno y lo que veo en la cultura al respecto de mis coetáneos y puedo captar de la realidad, de mis conocimientos y de la experiencia que me da la vida, que hay mucho mejores razones para apoyar el discernimiento de los esposos para decidir qué van a hacer con su vida, y cuántos hijos y cuándo los van a tener. Que esa libertad que tenemos los seres humanos es un don de Dios, y que estamos obligados moralmente a defender nuestra libertad de los que pretenden imponernos graves cargas morales sin justificación suficiente. Y esto tanto en el ámbito político (haciendo ciudadanos indepencientes, con capacidad de juicio y capacidad de decidir autonomamente, y por tanto de NO plegarse al poder) como en el religioso.
¿Puede explicarnos a los católicos que no podemos entender qué hay de malo en regular la fertilidad de una pareja, con palabras sencillas y sin apelar a conceptos doctorales; (es decir, para una persona con una formación media -no para un doctor en moral católica ni un canonista- por qué cuernos el matrimonio B «falsea la verdad del amor matrimonial» (¡nada menos!).
Soy todo ojos…
D. Mikel, sus argumentos me recuerdan aquello que dice un amigo mío de su edad y con un par de doctorados más: «si pierdes la cartera que no la encuentra un moralista».
Una pregunta, ¿un chuloputas actúa contra la moral católica si no provee de condones a todo el mundo que pasa por el local? ¿Tenemos obligación de tener en los comercios dispensadores de condones so pena de ir contra al moral católica?
Lo que ha puesto me parece cuanto menos imprudente. La verdad de lo que hay llevo diciéndola muchos años y la llevan diciendo médicos honrados. El adicto al sexo homosexual es un caso no extrapolable y además el propio Papa ha dicho otra cosa distinta de la que usted habla.
En fin, lamento colaborar desde hace 25 años en los sitios en que usted enseña.
Saludos
D. Mikel, sus argumentos me recuerdan aquello que dice un amigo mío de su edad y con un par de doctorados más: «si pierdes la cartera que no la encuentra un moralista».
Una pregunta, ¿un chuloputas actúa contra la moral católica si no provee de condones a todo el mundo que pasa por el local? ¿Tenemos obligación de tener en los comercios dispensadores de condones so pena de ir contra al moral católica?
Lo que ha puesto me parece cuanto menos imprudente. La verdad de lo que hay llevo diciéndola muchos años y la llevan diciendo médicos honrados. El adicto al sexo homosexual es un caso no extrapolable y además el propio Papa ha dicho otra cosa distinta de la que usted habla.
En fin, lamento colaborar desde hace 25 años en los sitios en que usted enseña.
Saludos
Lo que expone este Doctor sencillamente no es conforme a la doctrina de la Iglesia.
El condón modifica la especie del pecado de fornicación. Es decir, el condón añade inmoralidad específica al acto de por sí inmoral de fornicar (fuera del matrimonio, obviamente). Esta ha sido la enseñanza constante de la Iglesia.
Tomasito: don Mikel tiene razón: al acto de fornicar no le añade nada el uso del condón: más aún, se requiere, si se respeta al otro, pues además podríamos contagiar, lo que obviamente es más grave que usar un condón.
En donde no tiene razón esa doctrina «oficial» de «La» iglesia es en relación co el uso en el matrimonio de ese u otros sistemas. He leído a «ortodoxos» que niegan incluso la licitud del métdodo del ritmo, condenan el uso de los días no fértiles, si la intencion de los cónyuges es no tener hijos, y por tanto, emplean «utilitariamente» la relacion conyugal, aunque produzca realmente un beneficio unitivo y afectivo en los cónyuges.
A mi eso me parece que va contra lo bueno. Lo mejor -decía el refrán- es enemigo de lo bueno. Efectivamente: Medir todo y calcular todo, hasta el picogramo, me parece que denota un ánimo angustiado por «considerarse en orden» ánimo depresivo en el que un Cristiano, salvado por un Dios amoroso, no debería tener.
En fin: si Dios nos perdona, y hace signo de su perdón, nada menos que de la muerte de su hijo en cruz, que nos pongamos nosotros -con la mejor intencion del mundo- en plan ultratiquismiquis por lo que hacen dos cónyuges que se quieran en el dormitorio, libre y gozosamente, me parece triste y fuera de lugar.
Anarco.- La he leído. Y también los documentos previos en los que la mayoría de los asesores papales informaron a Pablo VI sobre la necesidad de un cambio. Esa doctrina es excesiva y hay que cambiarla. Cuanto antes o haga la Iglesia, antes recuperará un punto de autoridad ante la gente.
¿Ud no puede defenderla? Hágalo, ya que ha leído la Humanae Vitae. Pero hágalo con razones, no con la inquisición (el que no opine como el Gran inquisidor, anatema sunt), la acepción de personas, (qué malo, tonto y ciego es Kung ¿eh?, y seguro que es Masón) ¿O solo puede apoyarse en la Autoridad del Papa?
¿Estos son los fundamentos doctrinales de su postura: obedece o si no vas a la «seño»?
Después no se queje de que los políticos hagan y deshagan a su antojo sin el control de nadie. Solo llevan el mismo criterio blando con el poder y duro con el discrepante que Ud propone. O tomamos todos la responsabilidad de formarnos y discernir, o estamos perdidos.
Spurgus:
Buenos días. La «Humanae Vitae» se puede comprar en las librerías. ¿donde se pueden leer los documentos previos en los que la mayoría de los asesores papales…etc, etc? ¿no será Ud un Cardenal disfrazado?
¿Y esa alusión a la inquisición? ¡ a ver si va a ser Ud el del santo Oficio y se ha descubierto solo!
Yo creo que la Iglesia sigue teniendo la misma autoridad y ya desde el principio se le discutía, no hay más que ver las cartas de San Pablo.
Spurgus, la mayoría de los católicos me temo que no leemos tanto, pero la Iglesia sigue vigente después de 20 siglos gracias al Espíritu Santo y no gracias a Kung.
Y no entiendo que tienen que ver los políticos en todo esto. Me temo que ha sido un calentón.
Bueno, todo desde el cariño y el respeto.
Cordialmente.
Anarco.- Pero piense lo que dice, hombre. En el año 30, personas que tienen su mismo concepto de la autoridad y de la libertad, y de la razón (vamos: que no se discute nada, y punto) liquidaron a un tipo que se atrevió a poner en solfa los principios de una casta sacerdotal, (¿le suena de quién hablo?) amenazando «la verdad» que éstos tenían como monopolio absoluto… no al revés.
A veces me parece que en lugar de con cristianos, hablo con Taoístas, creyentes vudú,o animistas del centro de áfrica… Claro, cuando les hablan en «otro idioma», no entienden de qué se habla.
Por cierto; sigue Ud. sin aportar ni una razón contra mis razones. Mis intentos por fundamentarlas racionalmente chocan con un muro defensivo (todo es soberbia: qué razón tiene). Peros su argumento se agota en su primo de zumosol: como si la autoridad no hubiera emitido dictámenes equivocados en tantas cosas… Como si no hubiera que defenderse, cautelosamente, del poder. Yo invoco a su libertad, a su capacidad de juicio.
Hola spurgus,
Contrariamente a lo que usted dice, estoy casi seguro de que ningún comando de la guardia vaticana irrumpe en su dormitorio para supervisar las aproximaciones a su señora.
Y si a usted le da igual lo que diga la Iglesia, y la guardia vaticana no irrumpe de manera regular en su dormitorio, ¿para qué reclama entonces la bendición del Papa para ponerse la gomita?
¿Necesita usted la aprobación del Papa?¿Entonces qué reclama?
No hay quien le entienda, spurgus.
Anarco.- Si, Gran Inquisidor, lo que diga Ud. bwana- Mándeme el carnet de réprobo a por email. Me dicen en el infierno -que tengo linea directa- que vale en pdf.
Napoleón.- Muy agudo con lo del comando vaticano. A Ud no le molesta que el Papa le diga los hijos que ud puede tener. A mí si. Me parece una intolerable intromisión en mi intimidad.
A mí no me da igual lo que diga la Iglesia,porque soy Católico. ¿O a Ud le da igual si dijera -como dijo- que la luna es una esfera perfecta y el cielo es una cúpula que separa las aguas sobre la tierra? ¿o que la democracia es un grave error (syllabus)? ¿O que la autoridad del poder viene de Dios y por tanto, sólo a Dios ha de rendir cuentas el rey? ¿o que no hay salvación fuera de la Iglesia? ¿o que la teoría de la Evolución es un grave error? ¿o que la mujer desciende del varón?¿o que el varón es superior en discernimiento y en derechos a la mujer? ¿o que el tiempo en el purgatorio se puede «comprar a Dios» comprando una bula?
Pues todas estas cosas las ha dicho en diversos momentos la Santa Iglesia Católica. Junto con grandes aciertos, en lo esencial, que es el mensaje de fe, ha enviado otros erróneos al contraponer la ciencia y la revelación como si fueran iguales, y en moral, en derecho, en política, etc.. ¿Por qué cierran sus oídos a quienes reclamamos una postura flexible y razonada en temas de actualidad hoy, y sin embargo, reconocemos los errores pasados?
Oiga, Napoleón. Cuando Galileo publicó su estudio que desmentia la teoría geocéntrica, el santo Oficio lachó sus tesis como «una insensatez, un absurdo en filosofía, y formalmente herética».
Yo no soy Galileo, claro, pero cuando la Iglesia dice respecto al sexo en el matrimonio que: «Usar este don divino destruyendo su significado y su finalidad, aun sólo parcialmente, es contradecir la naturaleza del hombre y de la mujer y sus más íntimas relaciones, y por lo mismo
es contradecir también el plan de Dios y su voluntad»… me parece que está yendo muy lejos, demasiado lejos.
Pero Spurgus, aclárese.
Se queja usted de que la Iglesia se meta (según usted) en la intimidad de su alcoba mientras que por otro lado reclama que la Iglesia apruebe lo que usted hace en la intimidad de su alcoba.
Espero que por lo menos, como en el caso de Galileo, haya algo que se mueva. :p
Saludos.
Ja, ja, pero cómo tergiversa Ud. los argumentos. No manipule tanto, hombre. Sea leal. Aclarese Ud: ¿la Iglesia ha dicho esas papa-nateces que yo mencionaba en mi escrito? ¿si o no?
No se meta conmigo, que yo no soy nadie; en cambio, defienda esas doctrinas que al parecer, a Ud. no le molestan (total, no es astrónomo, ni médico, ni físico, ni biólogo, ni político, ni nada que «choque» con la Iglesia.
Su argumento es rechazable porque es falaz. Yo no necesito ni que Ud. ni el Papa aprueben lo que hago con mi señora o cuántos hijos tengo, como no necesito que me reconozca la teoría heliocéntrica. Y como tampoco necesito ser víctima del terrorismo para arremeter contra ETA y pedir que se ilegalice. Puedo hacerlo desde mi condición de ciudadano libre.
A Ud no le molesta, por lo visto, una moral sexual pacata, determinada por personas célibes y cerrada a la realidad, que lleva a una culpabilización irremediable de un montón de gente.
Recuerde la oración del rvdo. Martin Niemöller
Primero fueron a por los judíos,
y yo no hablé porque no era judío.
Después fueron a por los comunistas,
y yo no hablé porque no era comunista.
Después fueron a por los católicos,
y yo no hablé porque era protestante.
Después fueron a por mí,
y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí.
Esto fue dicho para los totalitarismos nazi y estalinista. Naturalmente, no los comparo con nuestro problema, Pero vale para cualquier imposición contra la libertad. Y la libertad siempre está en juego.
Como soy católico (hasta que Anarco me arroje literalmente al infierno) quiero que la Iglesia Católica deje que decir cosas de enorme gravedad que no puede defender porque van contra la razón, la ciencia (la medicina, la psicología) y «el espíritu de los tiempos», y contra la conciencia inviolable de las personas.
Un placer, como siempre.