Desmontando a Pachi.

La figura de Pachi Zabaleta es clave en la política navarra. Primero en Herri Batasuna, como miembro de la Mesa Nacional de la formación ilegalizada y portavoz de su grupo municipal en Pamplona. Más tarde como uno de los fundadores y máximo dirigente de Aralar. Finalmente, como cabeza de lista y parlamentario de Nafarroa Bai. En opinión de muchos, Zabaleta es la cabeza pensante de Nafarroa Bai, el hombre alrededor del cual se aglutina ese conglomerado que, en opinión de alguno de los partidos que lo forman, constituye “el instrumento de los abertzales en Navarra”. En esta ocasión, por tanto, hemos decidido diseccionar el ideario de Aralar, el partido que no sólo pilota Zabaleta, sino que de algún modo es su creación.

Zabaleta no es transversal.

Artículo 1 de los estatutos de Aralar:

ARALAR es un movimiento político y social vasco que tiene como objetivos:
1. La independencia nacional de Euskal Herria, negada hoy por los Gobiernos de España y
Francia, mantener y desarrollar las señas de identidad de Euskal Herria (cultura, idioma…)
y la unificación de sus siete Territorios Históricos.

Navarra, capital Vitoria.

El ámbito de actuación territorial para ARALAR es el configurado por los territorios históricos de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.

Idioma, el euskera.

En el artículo 11, se establece que “el idioma de ARALAR es el euskara”. Una postura respecto a la lengua que, sin duda, suscitaría jugosos comentarios de Aralar desde un planteamiento opuesto.

Limitación de mandatos.

El artículo 16 de los estatutos declara que Aralar “entiende que los cargos públicos o cargos internos de la organización deben dar con su comportamiento testimonio de una nueva forma de participar en política, que recupere el concepto de esa participación como servicio y no como carrera o proyecto personal. Entiende además necesario introducir dentro de la organización la limitación de los mandatos de las personas que ocupan cargos públicos y/o de responsabilidad”.

En 2006, Zabaleta fue reelegido por tercera vez consecutiva como coordinador y máximo dirigente de Aralar. Su candidatura fue la única presentada, por lo que hablar de elección podría parecer un exceso. Bien es cierto que los estatutos no establecen cuál es el límite del mandato; simplemente mencionan ese límite, sin fijarlo en 8, 12 ó 40 años.

Reinventando la democracia.

Resulta interesante saber que, cuando Aralar habla de democracia, no lo hace en el sentido tradicional del término. Tampoco reconoce el carácter democrático del sistema actual. En realidad, niega el carácter de democracias reales a todos los países de nuestro entorno europeo, proponiendo un nuevo modelo de democracia del que no aporta detalles. No es extraño, sin embargo, que determinado tipo de regímenes totalitarios se justifiquen negando el carácter democrático de los países occidentales, asegurando ser ellos quienes realmente constituyen una auténtica democracia. Los países del extinto Pacto de Varsovia utilizaban dicho discurso, aún empleado por dictaduras socialistas como la cubana. Si no obstante existe algún régimen político en el mundo, presente o pasado, similar al modelo democrático al que Aralar aspira, Aralar no lo detalla.

Artículo 17: “ARALAR tiene como objetivo fundamental alcanzar una sociedad democrática. Para ello ARALAR entiende que se debe trascender de las democracias formales que existen en nuestro entorno europeo y superando sus evidentes carencias y límites, avanzar hacia una democracia real en la que los derechos y libertades dejen de ser una proclama constitucional y se conviertan en una realidad constatable”.

No considerando una democracia al régimen contra el que ETA utiliza la violencia, evidentemente resulta complicado condenar esa violencia desde un punto de vista moral, salvo que se niegue la posibilidad de utilizar la violencia para luchar contra una dictadura, cosa que Aralar no hace. De ahí, quizá, la “reprobación” estratégica de la violencia más que la “condena” moral efectiva.

Insistir en el modelo socialista.

Artículo 19. ARALAR pretende desde su modestia, partiendo de los viejos valores que permitieron el nacimiento de la hermosa apuesta por el socialismo, contribuir a crear una alternativa al capitalismo. ARALAR se autocalifica con orgullo como socialista, asumiendo la tendencia a luchar permanentemente por mayores cotas de justicia social y de reparto de la riqueza desde la solidaridad y el compromiso social.

Lejos de ser un proyecto innovador, salvo en el autoetiquetado, Aralar reivindica “los viejos valores que permitieron el nacimiento de la hermosa apuesta por el socialismo”. Esa hermosa apuesta nunca se tradujo en un régimen distinto de los occidentales que no fuera totalitario, pobre e injusto. El catálogo de ejemplos es abundante y variado. La alternativa al capitalismo de Aralar es por tanto o completamente desconocida o, por el contrario, demasiado conocida.

Apoyo a la objeción.

Los objetores de conciencia contra la EpC o el aborto, en cambio, sí que pueden contar en su reivindicación la colaboración de Arala, que en el artículo 22.3 declara que “ve con simpatía a los sectores que propugnan la desobediencia civil como método de lucha y les muestra su respaldo, aun consciente de las dificultades que entraña la apuesta”. Evidentemente lo objetores no practican la desobediencia civil sino que ejercen un derecho reconocido por la Constitución y los tribunales internacionales, cuánto más podrán contar con la colaboración activa de Zabaleta.

Todos los etarras a la calle.

Con o sin delitos de sangre, el partido de Zabaleta no ve otro final al terrorismo que un proceso de diálogo y la amnistía de todos los terroristas. Artículo 22.4: “A fin de poder superar la violencia generada por el conflicto que sufre Euskal Herria, ARALAR impulsa la paz a través de la normalización y profundización democráticas, por medio del diálogo y la negociación. Esa normalización debería conllevar, además de la amnistía de los presos/as, una indemnización a todos los afectados por el conflicto de uno y otro lado”. Aralar es, por otra parte, uno de los privilegiados colectivos que no ha sido víctima de ningún asesinato a lo largo de la historia asesina del terrorismo etarra.

Financiación.

Otro de los capítulos llamativos de los estatutos de Aralar es el de la financiación.

En su artículo 100, Aralar “entiende que la principal vía de financiación de la actividad política debe ser la financiación pública. Esta apuesta se debe a la creencia de que la actividad política es una actividad loable que debe ser institucionalmente reconocida y apoyada, y en segundo lugar porque la financiación pública racional y democrática potencia el pluralismo, la igualdad de oportunidades entre organizaciones políticas y la independencia frente a los poderes económicos.”

En virtud de esta política, en la que Aralar es tan poco alternativo, tradicional y conservador como todo el resto de partidos del arco parlamentario. Se vé que el nuevo socialismo, sea lo que sea, no empieza por este capítulo. Todos y cada uno de los contribuyentes nos convertimos en militantes obligatorios de Aralar sin voz ni voto, a los que tan sólo se nos reconoce la obligación de pagar las cuentas de Zabaleta. Y para esto no hay una casilla en el IRPF ni derecho a decidir del pueblo navarro.

En el artículo 106, paradójicamente, se abre la puerta a todo tipo de vías de financiación adicionales: “los recursos económicos de ARALAR procederán de: 1. Las subvenciones públicas. 2. Las aportaciones de los cargos públicos e institucionales. 3. Las cotizaciones de militantes y simpatizantes. 4. Los donativos o aportaciones de particulares. 5. La venta de materiales políticos o simbólicos de la organización, así como lo derivado de la colocación de txoznas, rifas… 6. Recursos financieros. 7. Otras vías de financiación legal”.

Sí al trasvase.

El artículo 104, además, prevé que el dinero para Aralar de los contribuyentes navarros pueda, por ejemplo, servir para financiar a Aralar en la CAV: “La solidaridad entre territorios y entre órganos de ARALAR constituye otro de los principios económicos básicos. Esto significa que las carencias de un órgano o territorio deben ser suplidas por las reservas de otro”.

Fuente: Estatutos de Aralar.

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