“Los siete hábitos de la gente altamente eficiente” es uno esos libritos que han vendido 25 millones de copias en todo el mundo y que han convertido a su autor en uno de los “speakers”, “coachers”, consultores o como queramos llamarlo, más conocidos en el mundo.
El caso es que, al margen del personaje, su famoso libro contiene una serie de reflexiones que podrían aplicarse también al nacionalismo. Más concretamente el apartado que se refiere a la dependencia, la independencia y lainterdependencia.
Covey explica que todos empezamos nuestra vida como niños totalmente dependientes de otros. Somos dirigidos, educados y sustentados completamente por otros. Sin sus cuidados sólo viviríamos unas horas, o a lo sumo unos pocos días. Después, muy gradualmente a lo largo de los meses y años siguientes, poco a poco nos vamos volviendo más independientes física, mental, emocional y económicamente, hasta que básicamente nos volvemos capaces de hacernos cargo de nuestra persona de una manera autosuficiente.
No obstante, según el autor, cuando seguimos creciendo y madurando cada vez tomamos más conciencia de que los más altos logros de nuestra naturaleza tienen que ver con las relaciones con los otros y que la vida humana, fundamentalmente, también es interdependiente.
La dependencia sería el paradigma del tú: tú cuidas de mí; tú haces o no haces lo que debes hacer por mí; yo te culpo a ti por los resultados.
La independencia es el paradigma del yo: yo puedo hacerlo, yo soy responsable, yo me basto a mí mismo, yo puedo elegir.
La interdependencia es el paradigma del nosotros: nosotros podemos hacerlo, nosotros podemos cooperar, nosotros podemos combinar nuestros talentos y aptitudes para crear juntos algo más importante.
Las personas interdependientes combinan sus esfuerzos con los esfuerzos de otros para lograr un éxito mayor.
La independencia, según esta tesis que hemos reproducido de manera casi literal, es mucho más madura que la dependencia.
De hecho, el paradigma social corriente (y el autor aquí obviamente no habla de España, ni de Cataluña, ni del País Vasco) entroniza la independencia: “es la meta confesada de muchos individuos y movimientos sociales. La mayoría del material acerca del autoperfeccionamiento pone la independencia sobre un pedestal, como si la comunicación, el trabajo de equipo y la cooperación fueran valores inferiores”.
Covey considera que gran parte del énfasis actual en la independencia es una reacción contra la dependencia (que otros nos controlen, nos definan, nos usen y nos manipulen), pero que en el fondo atascarse en la independencia viene a convertirse casi en otra forma de dependencia o debilidad basada en el temor a los demás, al temor a compartir, a la renuncia preventiva a construir cosas que los demás puedan estropear.
La tesis del libro es que el concepto de interdependencia es mucho más maduro, más avanzado. Presupone la independencia (“La interdependencia es una elección que sólo está al alcance de las personas independientes. Las personas dependientes no pueden optar por ser interdependientes. No tienen el carácter necesario para hacerlo, no son lo bastante dueñas de sí mismas”), pero la supera. La interdependencia es un paso más allá. Como personas interdependientes tenemos la oportunidad de compartir profunda y significativamente con otros, logrando además acceso a los amplios recursos y potenciales de otros seres humanos.
Sin duda que Stephen R. Covey no estaba pensando en Cataluña o en los nacionalistas al escribir todo esto, pero sin embargo parece que se les podría aplicar perfectamente la tesis del libro. La verdadera alternativa no es entre dependencia o independencia, sino entre independencia o interdependencia, entre autodeterminación o codeterminación. Y estamos bastante convencidos de que Covey no pensaba en España porque entonces casi seguro que habría citado el convenio y los fueros, hablando de interdependencia y colaboración.
5 respuestas
Independientemente de la razón o del sentido común, los nazionalistas y sus aliados temporales los sozialistas y komunistak, lo que quieren es la independencia para hacer frente a su dependencia de la droga dura del presupuesto. Tan grande es su dependencia que son multidependientes, de los presupuestos de ayuntamientos, diputaciones, gobiernos, manGomunidades. Y no pararán hasta el chute final.
Ya saben todos ustedes cual será el resultado.
Me gusta mucho esa diferencia que dice ,yo soy Patriota,amo mi patria,sin embargo un Nazionalista antepone el odio a su vecino.
¿Estan hablando de los nacionalistas españoles?
A CIU, ERC, Iniciativa y la CUP no les hace falta hacer campaña, solamente con oir Libertad Digital, 13tv e Intereconomía, el si a la independencia está asegurado. Y cuando se vaya Catalunya y el estado español se desmorone, seréis los primeros en pedir a gipuzcoanos, alaveses (en Araba ya hay mayoría abertzale) y vizcainos la unión.
Je je, esto es la monda. Para NC cualquier cosa sirve para atacar al nacionalismo vasco y a las izquierdas.
No sé que es más cómico, si el a
fán de NC de relacionar todos los temas con lo vasco y la izquierda, o la rapidez con la que algunos comentaristas se aprestan a soltar los exabruptos habituales.
Eso sí, del nacionalismo español, ni pío.
Mi pregunta es: ¿esta es toda la seriedad de la que es capaz la derecha navarra nacionalista española?
Que decepción, la verdad es que me esperaba algo un poco más estimulante intelectualmente………