Retrocediendo en la información foral hasta principios de agosto, una de las noticias más abyectas de los últimos tiempos fue que el Ayuntamiento de Echarri Aranaz, gobernado con mayoría absoluta por Bildu, había cedido el privilegio de lanzar el Chupinazo que da inicio a las fiestas de la localidad a los hijos de los etarras del pueblo que están en la cárcel.
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La teoría de Bildu es que resulta preciso solidarizarse con el sufrimiento de estos niños que tienen a sus padres etarras presos en cárceles lejanas. O sea, que los papis son presos que se encuentran dentro de la ortodoxia de la banda, que no se han arrepentido, que no han pedido perdón, que no han colaborado en la investigación de los crímenes de la banda pendientes de esclarecimiento y que están sometidos a la disciplina de las organizaciones de presos. Por eso no han accedido a beneficios penitenciarios y se encuentran lejos de sus lugares de origen.
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Naturalmente hay algunas razones por las que los presos de ETA son juzgados en la Audiencia Nacional o cumplen sus penas lejos (relativamente, España no es Canadá) de su lugar de origen. Por un lado, se juzga a los etarras en la Audiencia Nacional para que el juez no sea un tipo que después de condenar a un etarra tenga que vivir en Alsasua, que es un poco como si un juez italiano tiene que vivir en Sicilia después de condenar a un capo de la mafia. Obviamente la mafia reclama que el juez sea siciliano y saber dónde vive y dónde lleva al colegio a sus hijos.
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En cuanto al motivo para dispersar a los presos, todo el mundo sabe que es para facilitar la famosa reinserción, evitando que poniendo juntos a los presos en unas pocas cárceles de Navarra o la CAV la banda pueda ejercer fácilmente un control absoluto sobre ellos.
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A estas alturas a pocos se les escapa la paradoja de que la mafia, que es la que con su actividad provoca la necesidad de unos tribunales específicos o la dispersión, sea la que más dice lamentar la suerte de sus presos. La de los que mantienen la disciplina, por supuesto.
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Como es obvio, no sólo los presos de ETA tienen familia e hijos. En ningún lugar, sin embargo, se encarga el lanzamiento del cohete que abre unas fiestas populares a los hijos de los violadores de la ciudad, a los hijos de los hombres que asesinaron a sus mujeres, o a los hijos de los asesinos en serie. ¿Alguien se imagina tirando el cohete de las fiestas a los padres o los hermanos del “prenda”? Esto es así porque, en el fondo, Bildu piensa que los etarras no son delincuentes sino héroes, por eso seguramente los trata como a tales.
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Añadamos además la obviedad de que los etarras están en la cárcel por sus propios actos, siendo responsables de ellos también ante su familia. Por lo demás, el sufrimiento inhumano de la madre de un etarra para ver a su hijo en una cárcel de Sevilla es el mismo, o menos, que cuando su hijo vivía en Sevilla como miembro del Comando Andalucía, por ejemplo. O igual de inhumano que el sufrimiento que provoca un hijo a su familia cuando decide casarse con una chica sevillana e irse a vivir a Andalucía. Si el día que sale a la calle un etarra decide irse a vivir a Canarias, ¿qué hacemos con la pancartita de presos etxera? ¿Están obligados todos los expresos de ETA a seguir viviendo todo el resto de su vida en la CAV y Navarra para que sus familiares no tengan que viajar para verlos? Y si el primo del exeterra casado con una sevillana muere al ir a hacerle una visita, ¿hay que anotarlo como9 otro asesinato del etarra o éste es un accidente-accidente? Y si la casa del primo en Rentería se quema mientras está en Sevilla, ¿entonces le ha salvado la vida el viaje a Sevilla? ¿Cómo como computa todo esto en el absurdiario anertzale?
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La nietísima tirando el Chupinazo sería delirante, pero los hijos de los presos etarras es normal
Dicho todo lo anterior, aplicando la lógica de Bildu, cabría preguntarse si el año que viene no debería lanzar el Chupinazo de los Sanfermines doña Carmen Martínez Bordiú, la nieta de Franco, por poner ejemplo. Es decir, aparte de ser hijos de etarras y sufrir porque tienen que viajar para ver a sus familiares, ¿qué mérito acumulan los hijos de los etarras que no tengan los descendientes de Franco? Es más, si el mérito para lanzar el Chupinazo consiste precisamente en tener algún ascendiente con problemas relacionados con la violencia y el derramamiento de sangre, ahora que van a desterrar a su abuelo y a llevárselo a quién sabe dónde, ¿no sería el momento de solidarizarse con el sufrimiento inhumano de doña Carmen? ¿O es mucho más absurdo ver tirar un cohete a la nieta de Franco que a los hijos de los etarras del pueblo?
Un comentario
Nefasta ocurrencia comparar a un heroico benefactor de España con los matarifes del tiro en la nuca.
¿O no salvó Franco España del comunismo? Fue él quien realizó «el milagro económico» español creando industria y clase media. Mantuvo España independiente, sin permitir que la manejaran interés de potencias extranjeras.