Partiendo de la aritmética parlamentaria existen distintas posibilidades. Una cosa, sin embargo, está clara: por primera vez se ha producido una mayoría no nacionalista. El cambio es fundamental gobierne quien gobierne. El Plan Ibarretxe ya no sería posible.
Duelo de pistoleros zurdos: ZP contra Patxi López.
Otra cosa es que de esa mayoría no nacionalista se siga necesariamente la presidencia de Patxi López. Y no previsiblemente por la actitud del PP o de UPD, sino por el conflicto de intereses entre Zapatero y Patxi López. Un enfrentamiento directo entre el PSOE y el PNV no interesa a Zapatero, que regularmente necesita los votos del PNV para formar una mayoría en el Parlamento. Sin el apoyo del PNV, sin ir más lejos, Zapatero no hubiera podido sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2009.
Paralelismo con Navarra.
No se trata de la única circunstancia que conspira contra la posibilidad de que Patxi López acabe convertido en lehendakari. El PSOE vetó el pacto con Nafarroa Bai temiendo el negativo impacto electoral en el conjunto de España que podría haber provocado esta alianza. En virtud de esa misma lógica, tampoco parecería lógico un pacto en la CAV con el PNV. Quedaría por ver además que el PNV aceptara pactar con el PSE cediendo la presidencia a Patxi López. Si no resulta posible un pacto entre el PSE y el PNV, la otra opción es un pacto con el PP y UPD, lo cual nos retrotrae al punto anterior y al conflicto con el PNV.
Patxi López, Fernando Puras y la unidad de grandes quemados… socialistas.
Desde el punto de vista de Zapatero, tendría sentido por tanto deducir que no le interesa desplazar en la CAV al PNV. De este manera, por un lado, evitaría el conflicto dejando gobernar al partido más votado. Por otro, sin embargo, lideraría una oposición con mayoría parlamentaria. La posición de Ibarreche en la CAV sería tan precaria como la de Sanz en Navarra. Esta situación no sólo evitaría el conflicto con el PNV, sino que de hecho dejaría al PNV en la CAV, y por tanto en Madrid, totalmente en manos del PSOE. El gran perjudicado en esta estrategia sería Patxi López, a quien nadie le bailaría un aurresku al bajar del coche. Algo que quizá Rodríguez Zapatero pudiera llegar a soportar y de lo que puede dar testimonio Fernando Puras.
Hay que ser conscientes, sin embargo, de que la situación no es idéntica a la Navarra. En nuestro caso se trataba de incorporar al gobierno a los nacionalistas, mientras que en el de la CAV se trata de desalojarlos. Ambas cosas no pueden tener en la opinión pública española el mismo impacto. De lo que tampoco cabe duda es de las dificultades por las que pasará Zapatero ante el Legislativo en caso de perder el actual apoyo de los seis escaños del PNV.
El mapa de la ETB.
Como es natural, no podemos dejar de señalar que una de las consecuencias del cambio de mayorías puede ser un nuevo mapa del tiempo en la ETB respetuoso con Navarra. La ETB, por el momento, no se da por enterada. Hay que recordar sin embargo que el director de la ETB lo nombra el Parlamento vasco. Un cambio de la línea editorial de la ETB hacia posiciones más neutrales no sólo afectaría –con ser todo un símbolo- al mapa del tiempo, sino también a la capacidad de impacto mediático del nacionalismo en la CAV y en Navarra.
La Ertzaintza.
Un cambio en el gobierno vasco pondría sin duda también a prueba la pasada con la futura eficacia antiterrorista de la Ertzaintza. Recordemos por ejemplo que la única actuación antiterrorista de la Ertzaintza, durante el año 2007, fue intervenir una mochila.
¿Un voto menos?
Quien no sabemos si ayer pudo acudir a votar fue Emilio Gutierrez, el vecino de Lazkao que la emprendió a martillazos contra una herriko-taberna después de que la ETA destruyera su casa. Alguna relación, no obstante, parece haber entre el terrorismo y las herriko-tabernas cuando hay que abandonar la CAV después de romper los cristales de una. Sirva su caso, no obstante, como ejemplo de los miles y miles de vascos que tampoco han podido participar en estas elecciones –ni en muchas otras anteriores- a causa del exilio al que les ha forzado el terrorismo nacionalista de ETA.
La abstención y el quesito: caen dos mitos en Galicia.
Hablemos por fin también de las elecciones gallegas, donde ayer Núñez Feijoo derribó un par de mitos con su mayoría absoluta. El primero de ellos se refiere a que los abstencionistas son de izquierdas y la abstención favorece a la derecha. Fraga perdió la mayoría la mayoría absoluta con una participación del 63%, mientras que Feijoo ha barrido con una participación del 70%.
No es el único mito que Feijoo ha destruido. Recordemos el quesito de nuestro presidente Miguel Sanz. Feijoo ha obtenido su mayoría absoluta obteniendo el 60% del 84%. La derecha puede hacerlo.