Pese a lo que podría pensarse, la izquierda abertzale ha mostrado una gran debilidad entre el alumnado de la UPNA. En realidad, el revés para los abertzales ya se produjo en el momento en que fueron incapaces de presentar una lista con 24 candidatos. Ikasle-Abertzaleak no sólo es un clásico, sino que obtuvo la segunda posición en las anteriores elecciones para ahora desaparecer por completo.
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Tras la votación del martes, la lista ganadora ha sido Estudiantes por la Universidad Pública, que ha obtenido 13 de los 24 asientos en disputa. La segunda candidatura más votada, Compromiso UPNA Estudiantil, obtuvo 8 puestos en el claustro y Aula de la Experiencia, la tercera formación más votada, 3.
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Es preciso señalar que, como de costumbre, la participación de los estudiantes ha sido llamativamente escasa. De los 8.275 estudiantes censados, sólo han emitido un voto válido 1.086, de los que Estudiantes por la Universidad Pública obtuvo 584. Tradicionalmente, por tanto, Ikasle-Abertzaleak obtenía una amplia representación que no era tanto un reflejo del verdadero sentir de los estudiantes como de su falta de participación. En este caso la participación ha seguido siendo escasa, pero ni aún así la izquierda abertzale ha conseguido su cuota de poder al no haber conseguido movilizar apoyos ni para presentar una candidatura.
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Como resultado de la escasa participación y la indiferencia generalizada del alumnado, lo mismo que se podía cuestionar la representatividad de Ikasle-Abertzaleak por una elección en la que no vota a ninguna candidatura el 87% también se puede cuestionar la de Estudiantes por la Universidad Pública o cualquiera de las otras candidaturas. Es más, se puede cuestionar la propia representatividad de los 24 asientos estudiantiles entre los 120 del Claustro. Un Claustro en el que quien a pesar de todo tiene menos peso no son los estudiantes sino los que pagan la universidad, los contribuyentes. Unos deciden y otros pagan, ya saben, como casi todo en esta sociedad.
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En cuanto a la candidatura ganadora, se trata de una plataforma que incluye colectivos como Talde Feminista y Eraldatu, y que en su programa incluye además puntos como el apoyo al colectivo LGBT y la promoción del vascuence en la UPNA. Sin embargo, hay algunos elementos que conviene sopesar a la hora de analizar su victoria.
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En primer lugar, por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, resulta ilustrativa esta pancarta de Estudiantes por la Universidad Pública colocada encima de otra de Ikasle-Abertzaleak. Lo que ha pasado con las pancartas es una buena metáfora de lo que ha pasado también con las dos organizaciones.
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En segundo lugar, Estudiantes por la Universidad Pública ha obtenido 13 de 24 puestos. Es decir, pese a la incomparecencia de Ikasle-Abertzaleak no se ha producido un aluvión de voto abertzale sobre esta candidatura que justamente obtiene la mitad más uno de los claustrales en disputa.
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En tercer y último lugar, Talde Feminista y Eraldatu son dos ingredientes significativos sin duda en la candidatura de Estudiantes por la Universidad Pública, pero a estos dos colectivos les hubiera pasado algo parecido a la izquierda abertzale si hubieran intentado sacar adelante la lista por sí sólos. Debido a la importante presencia de independientes, el retrato de Estudiantes por la Universidad Pública sería incompleto si sólo se menciona a Talde Feminista y Eraldatu. El resultado no es seguramente el vuelco que mucha gente querría ver de la noche a la mañana en la UPNA pero, pese a la apariencia a primera vista, se ha producido una significativa pérdida de poder e influencia por parte de la izquierda abertzale y otras fuerzas radicales, respecto a la que tenían.
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5 respuestas
Pues ahí tenemos la cantera de politiquillos que aspiran a malgobernarnos en futuro. ¿Cuantos de esos electos, aspiran a vivir del contribuyente? ¿Cuantos tienen previsto montar su propia empresa y crear riqueza al terminar la carrera?. Venga chavales, menos sindicalismo, menos carpa y más estudiar. Ya me gustaría ver qué harían estos si tuviéramos aquí el sistema universitario de EEUU.
Representación ninguna, y no por la poca participación sino por el sistema.
La baja participación es síntoma y no causa de la falta de representación originada por un sistema de listas.
Con ese sistema se les va adisestrando a los estudiantes para que sean buenos siervos votantes en el régimen de partidos. Es un prototipo del fraude que vivirán después en la política.
Para representar a todos, lo suyo sería un sistema de representación uninominal por carreras, que sería el prototipo de un sistema político de representación por distritos. Y así «la juventud más preparada» estaría también educada en lo que significa ser un representante y no solamente un obediente lacayo del que prepara las listas.
Creo que es interesante analizar el asunto de la representación estudiantil. Durante años en la Universidad del País Vasco sólo hubo representación estudiantil afín a la izquierda abertzale, el mencionado grupo Ikasle Abertzaleak (Estudiantes Patriotas, que dicho en castellano suena bastante peor). Aproximadamente en las elecciones para escoger representantes estudiantiles sólo votan los afines a la causa abertzale, muy movilizados e ideologizados. El resto, simplemente, no participa porque no tiene opinión. Posiblemente la inmadurez de los jóvenes de 20 años les lleve por un lado a tener opiniones muy dogmáticas sobre la «independentzia» o la «llibertat dels pobles oprimits», y por otro les lleve a no tener ninguna opinión en absoluto, más allá de las integrales, la filosofía kantiana o las reducciones redox. La opinión ya vendrá cuando sean un poco más mayores y vean el mundo.
Pero esto sin duda es un demérito de la sociedad. Si la única salida «política» que se da a los jóvenes es la más cruda manipulación y el dogmatismo más descarnado, ¿qué futuro ideológico les espera? Cuando esos jóvenes que hoy votan a Ikasle Abertzaleak tengan 30 años y nazcan sus hijos, o sus padres enfermen, verán el mundo de otro modo. Madurarán. Pero mientras, los sociólogos y psicólogos del mundo abertzale saben que habrán «plantado» la semilla de la diferenciación en estos jóvenes. Saben que se considerarán nacionalistas por toda la vida. Saben que de manera más crítica, serán condescendientes con ideologías extremistas y/o populistas. Esa es su batalla, y la ganan al conseguir que IA cope las elecciones estudiantiles mientras la mayoría «pasa».
Por otro lado, no sé porqué la representación estudiantil debe estar politizada, es decir, tener ideologías. No sé porqué debe haber un grupo de izquierdas, otro de derechas, otro liberal, otro… ¿Esto ocurre en Harvard o Caltech? Estos días la Universidad Autónoma de Barcelona es un bullir de política, con el rectorado posicionado al lado del movimiento independentista. ¿En qué beneficia a la universidad de Barcelona este posicionamiento? ¿Atraerá más estudiantes, más investigadores…?
A veces creo que vamos para atrás, como los cangrejos. Pero ojalá IA desaparezca, los estudiantes se movilicen para que la universidad funcione bien y seamos un país políticamente aburrido, como los mejores del mundo.
¿Para cuándo una auditoría del modo de funcionamiento, gestión, amiguismo…de las universidades?
Desde luego, Bastiat, y algo parecido hay que hacer con los sindicatos, pero… ¿quien lo hará?. Estamos atrapados por la incompetencia y la partitocracia.