En las últimas horas han sido detenidos 15 inmigrantes en Santa Coloma de Gramenet por una agresión sexual y un apuñalamiento. Los hechos tuvieron lugar cuando un grupo de magrebíes comenzó a acosar a una chica en el metro, a la cual siguieron en una parada hasta un ascensor, dentro del cual la sometieron a múltiples tocamientos. En el lugar de los hechos apareció el novio, al que la chica había llamado por teléfono, comenzándose una pelea que terminó con el novio apuñalado. La policía detuvo ayer a 15 personas, de las cuales han quedado en libertad 8. Los sospechosos han sido detenidos en un piso okupa donde se han verificado además unas condiciones totalmente insalubres y que todos estaban infectados de sarna.
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Hace apenas dos semanas, la periodista Susana Griso amonestaba en su programa Espejo Público a un tertuliano, por señalar que los autores de una violación y asesinato en Roma, que tuvieron conmocionada a Italia en esas fechas, eran inmigrantes, señalando que ante este tipo de delitos no se debería indicar la nacionalidad de los sospechosos. No se trata de un caso aislado y existe una corriente de opinión contraria a señalar la nacionalidad de los sospechosos, basándose en los argumentos de que no se señala cuando un sospechoso es español o que de este modo se señala y demoniza a todo el colectivo de inmigrantes. Sin embargo, cuando no se señala que un sospechoso es español es porque, estando en España, precisamente se presupone que un detenido es español salvo que se señale lo contrario. Por lo demás, a nadie se le ocurre que, en los casos de la llamada violencia pasional o doméstica, no se señale el género del agresor. Por el contrario, en ese supuesto directamente se crea todo un capítulo específico de “violencia machista”, que por supuesto no existe para por ejemplo una “violencia inmigrante”. Así y todo, cuando se insiste en ocultar la nacionalidad de los delincuentes extranjeros es porque existe una creciente impresión de que, de algún modo, existe un vínculo entre delincuencia e inmigración, ¿tiene alguna base esta impresión? Si la base no es real, ¿no sería mejor aclarar que ocultar?
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El problema es que, consultando las bases estadísticas del INE, al menos algunos años es posible encontrar las cifras por el tipo de delito y nacionalidad del autor. En 2007, por ejemplo, el 41,8% de las agresiones sexuales tuvieron como responsable a un autor cuya nacionalidad no era española. En 2011 el porcentaje se elevó hasta el 46,3%. El INE también ofrece el dato de que la población inmigrante que vive en España alcanza los 4,57 millones de personas, lo que es algo menos del 10% del total de la población. Que un 10% de la población cometa el 41,8% de las agresiones sexuales obviamente suscribe la impresión de que sí hay una relación entre inmigración y violencia sexual. O si se quiere entre inmigración no integrada, marginalidad y violencia sexual. Es probable que esta relación desproporcionada la encontremos en alguna medida en muchos otros delitos y no sólo en los casos de agresión sexual.
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Al mismo tiempo que periodistas que, paradójicamente, pretenden ocultar información, nos encontramos con que una noticia como la de Santa Coloma que referíamos al principio está teniendo muchísima menos repercusión mediática que, por ejemplo, el caso de la manada. ¿Dónde están ahora los colectivos feministas? ¿A qué hora y dónde hay convocadas manifestaciones? ¿Cuándo es el escrache a los jueces para que les impongan una pena ejemplar? ¿O el feminismo y la denuncia de las agresiones sexuales quedan suspendidas cuando el sospechoso es un inmigrante? La moral selectiva obviamente no es una doble moral, no es ni siquiera una moral.
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Ayer mismo en el Ayuntamiento de Pamplona y el Parlamento de Navarra, a cuenta de los exabruptos emitidos previamente en el debate sobre SKOLAE, la extrema izquierda y el nacionalismo (bajo los que están creciendo las agresiones sexuales) volvían a remover las acusaciones a UPN de no haber dado la suficiente publicidad durante su época de gobierno a las agresiones sexuales que se producían, de que se querían ocultar las agresiones sexuales, de que los críticos con SKOLAE no quieren luchar contra las agresiones sexuales y que no les importan las agresiones sexuales. A la luz de todo lo anterior, visto que esas fuerzas políticas son las mismas que quieren eliminar todo control fronterizo, derribar las vallas y repartir papeles para todos a los inmigrantes ilegales, que cierran los ojos a la correlación objetiva entre inmigración y violencia sexual, o que rechazan informar de la nacionalidad de los agresores sexuales, ¿podría decirse de esas fuerzas políticas que quieren ocultar agresiones sexuales, que no quieren luchar contra las agresiones sexuales o que nos les importan las agresiones sexuales?
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No es la inmigración, sino la marginalidad, el caos y las llegadas en cantidades inasumibles
Es evidente que las personas de fuera de España no son peores que las personas de dentro de España, pero también es evidente que Uxue Barcos, Bakartxo Ruiz, Asirón, Laura Pérez, Tere Sáez o Ainhoa Aznárez tienen en su casa una puerta y un portero automático en el portal para filtrar las entradas. Y es asimismo obvio que cuando se sobrepasa el nivel de inmigración que se puede absorber sin que aumente el paro, se sobrecargan los costes públicos y se empiezan a crear guetos y barrios marginales, comienza a haber problemas. O que el choque cultural con alguna inmigración es superior que con otra. Una política seria de inmigración no se puede basar en censurar selectivamente la información o en cerrar los ojos a la realidad. Por el lado positivo, gracias a esta doble vara de medir los jueces del caso de Santa Coloma podrán enjuiciar el caso sin una multitud manifestándose frente al juzgado, que es lo deseable y normal.
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