Resulta difícil establecer qué porcentaje de pederastas existen en el mundo o en un determinado colectivo. De esta manera, cualquier análisis tiene que tener un carácter aproximativo. No obstante, existen algunos datos objetivos. Por ejemplo, en algunos países como Australia, las autoridades han creado registros públicos de pederastas. A 1 de marzo, en este registro había 10.940 personas. Teniendo en cuenta que la población de Australia es de poco más de 20 millones de personas, el porcentaje de pederastas sobre el total de la población sería del 0,05%. Partiendo de la base de que no exista un factor que predisponga especialmente a los australianos hacia la pederastia, puede resultar un porcentaje orientativo partiendo de un registro objetivo.
Aplicando este porcentaje al clero católico en este momento, que supera los 400.000 sacerdotes, podría haber unos 200 curas pederastas en el mundo. Una cifra congruente con los datos que maneja la propia Iglesia Católica. Como es lógico la cifra sería superior si tomáramos el número de sacerdotes que ha habido durante los últimos 50 años. Igual que si tomáramos el número de pederastas australianos durante los últimos 50 años.
Más sorprendente podría resultar aplicar el mismo porcentaje a los lectores de el diario El País, como ha osado sugerir el escritor Pío Moa en un artículo. En tal caso nos encontraríamos que, entre los 2.200.000 lectores del periódico de cabecera del progresismo español, estadísticamente tendría que haber unos 1.100 pederastas. Más que los correspondientes al clero católico en todo el mundo. Desde este punto de vista, podría pensarse que el País debería estar mucho más preocupado por la pederastia entre sus lectores que entre el clero católico.
Linchamiento mediático de la Iglesia Católica.
La existencia de un 0,05% de pederastas significa la presencia de un pederasta en cualquier colectivo, por pura estadística, cada 2.000 personas. Suponiendo que a la Iglesia Católica le corresponda una parte alícuota, llama la atención cómo su 0,05% de cuota acapara el 99% de los titulares. En esta misma línea de pensamiento resultaría extraño que si al PSOE, por poner un ejemplo, sólo le correspondieran un 40% de los casos de corrupción (en todo caso mucho más que un 0,05%), los medios le dedicaran a la corrupción socialista el 99% de los titulares en España. Un escenario ante el que habría que preguntarse si la lucha de los medios era realmente contra la corrupción o contra el Partido Socialista. El mismo razonamiento vale para la Iglesia.
5 respuestas
¿Y en el PSOE? ¿Y en el lobby gay? No hay que olvidar que el problema de la pederastia es fundamentalmente homosexual (el submundo del submundo).
Acabo de leer la noticia de que el Arzobispo Dolan suscitó un aplauso de 20 minutos en la catedral de San Patricio de Nueva York tras defender públicamente que el Papa «es el líder en purificación, reforma y renovación que la Iglesia tanto necesita».
Mucho más cerca, el cardenal Sistach aconsejó ayer a sus fieles que recen para que Dios «conforte» al Papa en su sufrimiento y mantenga el «coraje y firmeza que respira en todas sus actuaciones».
En este envenenado clima de polémicas, intencionadamente sobredimensionadas, que combinan en una misma «fórmula» abusos sexuales, celibato, homosexualidad e Iglesia, las dos acciones parecen atinadísimas: rezar por el Papa y por las víctimas de los abusos, y defender explícitamente a los fieles sacerdotes. El propio San Pablo decía: «De esta suerte, si padece un miembro, todos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los otros a una se gozan.» (I Cor 12, 26).
¿Cuantos pederastas hay en el PSOE, IU, NaBai etc. y en todos estos grupúsculos que critican tanto a la Iglesia? Con uno que haya en cada partido o grupo ya superan con creces el tanto por ciento de la Iglesia. ¿Será que no hay problemas más importantes para solucionar en estos momentos?
Efectivamente, el problema del abuso de menores es fundamentalente un problema de homosexualidad reprimida y mal dirigida.
Es responsablidad eclesial, y es responsabilidad legal y es responsablilidad humana básica, impedir los abusos -vengan de quien vengan y contra quien sea- y más si provienen de las personas (ministros del culto) que han de reunir la más alta medida de probidad que se pueda exigir.
Culpable la Iglesia por silenciar, y favorecer a los abusadores con su absurdo sistema de trasladarles. Culpable penal (por no denunciar, deber que tenemos todos) y culpable civil (hay responsabilidad civil frente a los perjudicados). Esto es aplicable a la Iglesia Católica y a todas las personas, e instituciones, publicas, privadas, religiosas, artisticas, o de cualquier naturaleza.
Logico que los cristianos,que asumimos que nuestra iglesia es pecadora y limitada (que es el Clero, dada la conformación actual de la Iglesia-institución) premiemos su valentía en hacer lo que se debe hacer. Pero tamién es lógico que censuremos su cobardía al esconder la cabeza bajo el ala, y huír hacia delante. Criticar no es denostar, es recordar a uno que su dignidad no le permite caer en comportamientos que no lo son. Y luego, perdonar y premiar la fidelidad y el valor.
Como creo que todos hacemos con este Papa, que está plantando cara valientemente a este problema.
¿Que los que odian a la Iglesia aprovechan para atacarnos? ¿Y qué? Ya sabemos que los carroñeros buscan su beneficio, no la reconstitución de nada. Aprovechemos la ocasión para hacer una profunda renovación de prácticas (a partir de ahora, nada de silencio o encubrimiento, denuncia y expulsión del clero al que escandaliza y prácticas higiénicas -inspecciones- más intensas).
Yo creo además que la Iglesia debe abrir su ministerio al casado y a la mujer. Eso contribuiría a «limpiar» el ambiente que favorece el refugio de homosexuales (y heterosexuales, el último asunto del parroco que se publicitaba en paginas de contactos, es de traca) con problemas de madurez afectiva, que precisan tratamiento y no estan en condiciones de asumir una tarea tan dura y tan exigente como la soledad del celibato.
¡Cuantos excelentes cristianos, con capacidad para comunicar la fe, con amplitud de miras, con enorme experiencia vital, capacidad de discernimiento y acompañamiento podrían ocupar puestos en el ministerio de la fe! El celibato no ha sido, ni es universal en todos los rincones de la iglesia católica: no lo es en la ortodoxa Grecia, por ejemplo, ni en todos los momentos históricos. No es una verdad de fe,sino una determinada solución práctica que no tiene sentido (a mi juicio) mantenerlo a ultranza.
Nos enfrentamos a un envejecimiento en la edad media de los sacerdotes que además, nos aboca a una INEVITABLE ampliación del ministerio sacerdotal a casados y mujeres. La Iglesia lo hará bien, además, y eso renovará su sacerdocio, lo acercará a la mentalidad actual, y lo hará más sano, más participativo, más ejemplar…
Alguien saca(rá) provecho de la sobredifusión de estas noticias, amparados en nuestro aborregamiento postmoderno.
La mayor parte de los abusos sobre niños son cometidos por personas casadas y muchos de ellos se realizan en el entorno familiar. Son, sin duda, hechos repugnantes, como el incesto o el infanticidio; algunas farisaicas vestiduras se rasgan por los cotidianos titulares mientras amparan, aprueban, promueven o simplemente callan ante el aborto.