¿Cuáles son los valores republicanos de Araiz o Alzórriz?

Fango, fango, fango. Así denunciaba ayer Ramón Alzórriz, el inefable portavoz del PSN, la noticia de que el PSN había aprobado junto con sus socios una moción tildando de corrupta a la monarquía. Todo mentira según Alzórriz, que para demostrarlo publicaba el punto de la moción que se había aprobado, un punto en el que el Parlamento de Navarra se limitaba a mostrar su “firme compromiso con los valores republicanos”.

El caso es que repetir fango, fango, fango no es un argumento. La verdad es que el punto aprobado es uno de los dos contenidos en la moción presentada, y que la moción contiene una exposición que es la que justifica los dos puntos propuestos. Los dos puntos propuestos son la conclusión de las premisas presentadas en la exposición. Aprobar sólo uno de los puntos en vez de los dos no significa rechazar las premisas de la exposición, sino una de sus conclusiones. Por lo demás, la exposición de la moción efectivamente contiene un párrafo denunciando que “la monarquía representa la corrupción sistemática no como un caso aislado, sino como la característica que ha definido la relación histórica de la Casa de los Borbones con el Estado”. O sea, que nada de fango sino la exposición de la moción uno de cuyos puntos el PSN ha apoyado.

La exposición, como puede apreciarse, contiene otras bonitas reflexiones sobre la monarquía como la de que “simboliza la institución patriarcal por excelencia en la que se transmite el poder por herencia y donde se constitucionaliza la prevalencia del varón sobre la mujer, en contra del principio más elemental de igualdad entre las personas”. También asegura que la monarquía “como principio choca con la democracia porque niega la capacidad del pueblo para dirigir el Estado. El poder monárquico no solo es el rey, es también esa minoría privilegiada que manda sin presentarse a las elecciones, que se atrinchera en el aparato del Estado y en los consejos de administración de grandes empresas y no acepta la soberanía popular. La contradicción, así, está entre monarquía y democracia”. Ya llegados a ese punto tan sólo faltaba culpar a la monarquía de las caries, el cambio climático y la alopecia.

Una vez aclarado que la prensa no se ha inventado el texto de la moción, y que el PSN no rechazó totalmente la moción, rechazando por tanto sus premisas sino tan sólo una de sus conclusiones, cabe reflexionar sobre la lógica de todas esas premisas.

Asociar indisolublemente la monarquía a la corrupción, por ejemplo, es una afirmación gratuita. Hay corrupción en las monarquías y hay corrupción en las repúblicas. Podríamos citar numerosos ejemplos de presidentes de una república corruptos, desde Berlusconi hasta Chirac. O de reyes honrados. La corrupción es algo que está mucho más en la naturaleza humana que en tal o cual institución. Allá donde haya humanos puede haber corrupción. O virtud.

La misma falta de lógica afecta al intento de enfrentar monarquía y democracia o asociar democracia con republicanismo. A nadie se le escapa que Suecia o Dinamarca son democracias y China, Cuba o Venezuela son repúblicas tiránicas. Muchos de los grandes tiranos y genocidas de la historia reciente han sido presidentes de una república, como Mao, Stalin o Castro.

Que la monarquía es una institución impuesta y no democrática tampoco tiene sentido. Tenemos una constitución monárquica igual que podríamos tener una republicana. La monarquía no es una imposición mayor ni menor que el estado autonómico, por decir algo. La corona se transmite por herencia porque hemos decidido que haya una monarquía y la corona se transmite por herencia. Y la monarquía podría cambiarse igual que podría cambiarse el estado autonómico. Que pongan en marcha esa iniciativa si creen que tienen mayoría, nada se lo impide y están en el gobierno. No es más complicado pasar de una monarquía a una república que de una república a una monarquía. Por lo menos si la república es democrática. En la Segunda República, por ejemplo, era ilegal ser monárquico. El artículo 1.6 de la Ley de Defensa de la República, de octubre de 1931, establecía como supuestos de “agresión a la República”, pasando por tanto a estar prohibidos, actos como la “apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras”.

Más razón tiene la moción cuando denuncia la preeminencia del hombre sobre la mujer en el orden sucesorio, pero esto, aparte de que podrían cambiarlo mañana si quisieran, no es un asunto propio de la monarquía sino una peculiaridad desfasada de la nuestra. Se puede eliminar esa disposición sin ningún problema y seguir siendo una monarquía. Por poder se podría diseñar una monarquía súper feminista en la que sólo las mujeres pudieran llegar a la corona, como las avispas.

Otrotanto se puede decir de la inviolabilidad del monarca. La inviolabilidad de la que habla la Constitución se basa en el refrendo. Es decir, puesto que el rey en nuestro régimen se limita a refrendar las leyes y disposiciones que emanan del gobierno y del Parlamento, los responsables de ellas serán el gobierno y el Parlamento. Pero esto no significa que si el rey comete un asesinato no se le puede juzgar, o por lo menos sería una interpretación muy discutible de la Constitución. Si por ejemplo no se ha juzgado a don Juan Carlos es más porque no ha existido esa voluntad política que por una imposición constitucional.

Recapitulando todo lo anterior, seguro que existen argumentos muy potentes para hacerse republicano, pero por alguna extraña razón en la moción presentada en el Parlamento de Navarra contra la monarquía no aparece ninguno. Lo que si aparece en la exposición de la moción es una vinculación entre monarquía y corrupción que, pese a las protestas de Alzórriz, el PSN de algún modo hace suya al aprobar uno de los puntos de la moción. O rechazas de plano la moción por negar sus premisas, o aceptando alguna de las conclusiones haces buenas las premisas. La pregunta es si el PSN de Alzórriz no sabe lo que vota, o quiere votar una cosa y después vendernos otra, o quiere votar a la vez una cosa y su contraria. Pero que no llamen fango al lío que tienen consigo mismos o a la falta de entendimiento de lo que están aprobando.

Por lo demás, cualquiera sabe qué son los valores republicanos con los que el cuatripartito muestra tan firme compromiso. Puesto que apoya la moción, deben ser unos valores que también adornan a Bildu. O a lo mejor es que intentan vendernos que la belleza, la honradez, la sinceridad o el coraje son valores republicanos en vez de valores universales, como si no pudiera haber republicanos feos, tontos, totalitarios y mentirosos o monárquicos guapos, inteligentes, honrados y sinceros. Como señalábamos anteriormente algunos de los regímenes más monstruosos de la historia, desde la Rusia soviética hasta la China Popular o la Cuba castrista, pasando por la Venezuela chavista, han sido o son estados republicanos. Peor aún, algunos de los partidos firmantes de la moción no parecen ver contradicción entre algunos de esos regímenes y los valores republicanos, o incluso ven una identificación entre ambos.

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2 respuestas

  1. Como decía un amigo la república o la monarquía es el campo de futbol, lo importante son los jugadores. Un, dos, tres: ¿Repúblicas del mundo? Corea del Norte, Cuba, Venezuela … ¿Monarquías del mundo? Suecia, Reino Unido, Noruega. Y ojo que soy partidario de la república, pero de la República constitucional como la definió Garcia Trevijano, es decir que a todos los políticos los elijamos los ciudadanos y no sus jefes, en contra, por tanto, de la “partitocracia” que defiende el PSOE.

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