Crónica políticamente correcta del atentado de Mánchester

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El lunes en Manchester el mundo ha podido comprobar una vez más que Occidente se empeña en vivir de espaldas al dolor que provoca en el mundo y que de vez en cuando le es devuelto como un boomerang. Siembras lo que recoges. En este caso el golpe lo han recibido los niños y adolescentes opresores del Islam que asistían a un decadente concierto de una cantante pop.

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Como en todo este tipo de atentados, lo que hay que hacer antes y por encima de todo es eliminar de raíz cualquier posible atisbo de islamofobia. Sería injusto establecer algún tipo de vínculo entre hechos como el del lunes y el Islam cuando continuamente conocemos casos de gente que pone bombas en conciertos, eventos, trenes o aviones sin ser musulmana. ¿Alguien cree de verdad que si no hubiera musulmanes tampoco existirían atentados islamistas?

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En segundo lugar es preciso señalar que el Islam es una religión de paz. El pluralismo, la tolerancia y la mansedumbre son característicos de todos los países musulmanes y las sociedades donde esta religión es mayoritaria. Incluso en los países no musulmanes, en los barrios musulmanes es donde se respira más libertad, particularmente las mujeres. Basta ver un mapa de los conflictos mundiales para ver que todos los países del mundo fronterizos con el Islam tienen garantizada la paz. Tras un atentado como el de Manchester es más necesario que nunca dejar claro a todo el mundo que no hay ninguna relación entre la religión musulmana y los atentados y que quienes no somos pacíficos somos nosotros. El problema de los yihadistas es que no son lo bastante creyentes en Mahoma; es decir, lo bastante pacifistas.

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En virtud de la teoría del kilómetro moral valoramos mucho que hayan matado a 22 personas en Inglaterra, pero Occidente con su capacidad militar y su violencia indiscriminada mata todos los días a cientos de milllones de musulmanes inocentes, particularmente niños y niñas musulmanes, para conseguir petróleo y alimentar la maquinaria capitalista. Como sabemos todos los que nos preocupamos por todas las víctimas que no son occidentales, fuera de Occidente los muchachos del ISIS adoran a los niños y los territorios bajo su dominio son un oasis de paz. ¿Qué esperamos? ¿Aún nos creemos con capacidad moral para condenar al hijo de unos refugiados a los que acogimos y ayudamos porque con este minúsculo gesto para lavar nuestra imagen pensamos que comprábamos su docilidad? Hay que ser increíblemente fascista para esperar que sólo porque has acogido a alguien cuando necesitaba refugio y les has dado gratis Sanidad y Educación eso sea suficiente para esperar que sus hijos no te pongan bombas.

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El patriarcado y la tracción animal, verdaderas causas ocultas del atentado

Todos sabemos en el fondo que, si Occidente no existiera, el resto del mundo viviría en un perpetuo estado de paz, abundancia, respeto y felicidad. Cuando nos atacan, como en Manchester, Niza, París, Nueva York o Madrid, lo que debemos hacer es pensar qué hemos hecho mal para merecer el ataque y si no mereceríamos un ataque mil veces mayor. ¿Qué daños podría provocar un conductor suicida con una bicicleta? Sacrificamos las ciudades al dios automóvil y ahora pretendemos quejarnos de que nos atropelle un yihadista. ¿Qué hemos hecho mal desde que vivíamos en las cavernas para que en la actualidad haya atentados islamistas? Ahora que se nos ha caído la URSS, ¿en qué clase de mundo viviríamos si el yihadismo, Maduro o Kim Jong-Il no estuvieran ahí para garantizar los derechos de todos y todas frente al heteropatriarcado y el capital?

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La generación más preparada de la istoria debe hechar a los berdaderos responsables

Los atentados islamistas son el último problema a resolver en un mundo que no puede ir a peor. El planeta era una Arcadia feliz de tribus autosuficientes y naciones étnicas hasta la romanización. Por otra parte, además de abandonar el regadío, el monoteísmo y la depilación, si queremos evitar actos como estos en el futuro lo que debemos hacer es abrir las fronteras a la inmigración masiva de los países musulmanes y abstenernos totalmente de cualquier acción en Oriente medio, ya sea que Iraq invade Kuwait, que Bashar al-Ásad o los enemigos de Bashar al-Ásad gasean los hospitales, que los sunitas se matan con los chiítas, que pierden los menos malos, que los talibanes salen de Afganistán para secuestrar aviones y estrellarlos contra rascacielos o que el ISIS masacra a la población de varios estados a la par que se extiende y la lanza contra nuestras fronteras. Si no lo hacemos nosotros no es genocido, así que  pa´ qué meternos.

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Puestos a adoptar alguna medida contra la inmigración, sería la de intentar explicar a los pobres inmigrantes y refugiados lo tontos que son tratando de venir a vivir a los países que los oprimen y bombardean. Deberían escuchar a Pablo Iglesias o a Otegui y huir en la dirección contraria. ¿Alguien se imagina a los judíos huyendo hacia la Alemania nazi? Afortunadamente, pese a las leyes mordaza, para encontrar solución a los problemas ahora tenemos a la generación más preparada de la historia y la sabiduría concentrada en 140 caracteres de Cassandra, Valtonic y Barbijaputa. Asumamos que la culpa de todo es nuestra y de los cristianos que viven en Oriente Medio, por no cerrar los ojos ante lo que pasa allí y dedicarnos al surf. ¿Alguien cree que habría antentados islamistas, hambre o escasez de tíos y tías macizas en un mundo de surfistas? Que todo el mundo votara a Podemos y a Bildu también ayudaría bastante a la paz en el mundo y a que dejara de haber atentados, pobreza, caries e invierno. La verdadera amenaza para nosotros no son los yihadistas sino Amancio Ortega y el Vaticano. No es un pacto anti-yihadista lo que necesitamos sino un pacto antioccidentalista. Pensemos en ello todas y todos, si disculpan ustedes esta expresión binaria y retrógrada.

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