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La pasaba madrugada tuvo lugar en el centro comercial de La Morea un simulacro de atentado terrorista destinado a evaluar la capacidad de reacción «ante una acción terrorista en la que se buscan múltiples víctimas”. En el simulacro participaron Guardia Civil, Policía Foral, Protección Civil, Cruz Roja, DYA y múltiples figurantes en el papel de terroristas y clientes.
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Naturalmente el simulacro se limitó a la reacción material y la respuesta a la acción terrorista por parte de los sanitarios y las fuerzas de seguridad, pero ya puestos echamos en falta un simulacro con las reacciones políticas, para terminar de reproducir un escenario real.
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De este modo, podía haberse incluido en la simulación una rueda de prensa de la consejera de Interior, desaprobando la actuación de la Guardia Civil, las detenciones y la hora en que se llevaron a cabo.
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Faltó también en el simulacro una concentración en apoyo de la comunidad islámica de Euskal Herria.
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Faltó el simulacro de la presidenta apoyando a su consejera de Interior, lamentando la incomprensión de las victimas, condenando la violencia de los terroristas, condenando la violencia de la policía, la violencia de Mola y Sanjurjo, la violencia machista, la violencia homófoba, la violencia de los nazis contra los judíos, la violencia de los judíos contra los nazis, la violencia de Escipión, la violencia de Nabucodonosor y la violencia de Atila.
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Faltó asimismo el simulacro de los artículos llamando, por encima de cualquier otra consideración, a evitar la islamofobia como resultado del atentado.
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Faltó el simulacro de una iniciativa parlamentaria del cuatripartito reclamando que las fuerzas de seguridad se hubieran dirigido en vascuence a los terroristas rodeados para respetar su derecho a vivir en euskera, si así lo hubieran querido.
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Faltó, si es que se dio la posibilidad, la repulsa por la presencia de un cura atendiendo espiritualmente a los heridos.
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Faltó el simulacro de tres declaraciones de condena, ninguna unánime, una de ellas de no condena, en el Parlamento de Navarra.
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Faltó el simulacro de declaraciones culpando a Trump, a Aznar, a Rajoy, a Merkel, a Hollande, a la UE, a Amancio Ortega, a la UE, a la política de precios de Lecrerc y al arzobispo de las causas profundas del atentado.
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Faltó también la simulación de algún portavoz que cuestionara las circunstancias del fallecimiento de tres de los terroristas durante el asalto, uno de ellos supuestamente inmolado, reclamara una investigación a la vista de los frecuentes montajes policiales en esta Comunidad y declarara su preocupación por los yihadistas detenidos, así como su inquietud ante la posibilidad de que estuvieran siendo torturados o no se estuviera respetando su derecho a la oración, a la dieta sin carne de cerdo o a no tener que relacionarse con funcionarias sin velo.
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Ante todas estas carencias no se pude calificar el simulacro más que de irreal, ficticio y totalmente carente de realismo, obviamente sólo desde el punto de vista político.
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2 respuestas
Así es. Buena ironía de hasta qué extremos nos lleva esa nefasta amalgama de corrección política + sectarismo que vivimos.
jajajajaaaaaaaa….., lo malo es que aunque parezca ironía el articulo, lo que dice el articulo es una VERDAD COMO UNA CATEDRAL DE GRANDE jajajaja, vamos que si los islamistas toman por las armas ese centro comercial con la bandera del PNV (hoy en día RECICLADA en un PROYECTO de NUEVO PAIS) en sus manos, las SUCURSALES que tenemos en nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA les pondrían una ALFOMBRA ROJA a los ISLAMISTAS jajajaja, y todo ello con el consentimiento de las SEDES CENTRALES en el norte del REYNO de CASTILLA (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones), y si ya de paso los islamistas piden que los presos TERRORISTAS ETARRAS vuelvan a sus casas…. ya sería bingo jajajaja.