Las cifras oficiales de muertos son un escándalo diario. Apenas pueden quedar ya dudas de que el gobierno está tratando de maquillar las cifras oficiales para bajar a España de los puestos de cabeza en las muertes por millón de habitantes. España ha liderado por mucho tiempo la peor posición del mundo y seguramente permaneceríamos aún en ella si contáramos bien los muertos. A fin de cuentas, incluso dejando de contar los muertos aún seguimos siendo casi los campeones del mundo de coronavirus.
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Todos los días hay uno o tres motivos para que tuviera que dimitir medio gobierno, empezando por su presidente. Precisamente por eso no lo hace, o no se le exige lo bastante: los motivos se acumulan tanto que se diluyen. Al revés, el presidente sale ante las cámaras y dice que es el mejor presidente del mundo y el que mejor se ha enfrentado al coronavirus. Hay quien sostiene que las mentiras cuanto más gordas más se las cree la gente. Si la teoría es cierta el gobierno del PSOE y Podemos lo debe estar petando. De algún modo, para esta teoría de la mentira, a la gente le parece que mentir tan descaradamente no es posible, ergo supone que el gobierno debe decir la verdad. O de algún modo estamos ya en un nivel en que, cuando los tuyos te pasan cualquier mentira, por qué contentarse con mentiras pequeñas o medianas. Ya puestos y al mismo precio mintamos de forma totalmente desmedida.
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Naturalmente toda esta política provoca una creciente fricción incluso entre las propias cifras oficiales, teniendo en cuenta que las cifras del Momo, Sistema de Monitorización de la Mortalidad, son cifras que afloran de los registros civiles y son por tanto también oficiales. Eso sí, las cifras del Momo dependen del control judicial y no del gubernamental.
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La actualización de ayer del Momo refleja en Navarra un exceso de muertes sobre los años anteriores de 683 personas, entre el 22 de marzo y el 25 abril. Es decir, que cuando se actualicen todos los datos hasta el presente la cifra todavía será mayor. No obstante, ya con esa cifra tenemos 165 muertos más de los que reconoce actualmente el gobierno foral y 193 muertos más de los que reconoce el gobierno central.
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La gráfica del Momo, por lo demás, resulta bastante expresiva respecto al impacto del COVID19 sobre las estadísticas habituales de fallecimientos en los pasados meses del año. Ese enorme pico que se observa en la imagen desde comienzos de marzo hasta hacer cumbre a principios de abril refleja el brutal aumento de los fallecimientos en Navarra respecto a los habituales otros años en esas fechas. Por otro lado ese pico ayuda a explicar bastante bien la situación. Ante un pico de semejante magnitud los recursos habituales es imposible que sean suficientes. Ningún sistema puede sostener unos recursos 10 veces superiores a los habituales, por ejemplo, por si se produce o no un suceso excepcional. La clave por tanto es la aptitud de los dirigentes políticos. Una crisis como esta sólo se puede afrontar si se la ve venir con antelación y se incrementan con tiempo suficiente los recursos o se toman las medidas para poder contenerla. Es obvio que tenemos una de las peores cifras de contagios y fallecimientos del mundo porque nuestro gobierno ha fallado de manera estrepitosa. No supo ver lo que se nos venía encima y no supo tomar medidas a tiempo. En lo último que le queda una oportunidad de ser bueno es en tratar de borrar las huellas de su fracaso. Desde luego está en ello.
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