En un día como hoy resulta curioso recordar el gesto agresivo y desencajado, por oro lado habitual a lo largo de toda su presidencia, con el que Uxue Barcos comparecía en mayo de 2016 para ofrecer explicaciones sobre el contrato del que su hermano arquitecto había sido beneficiario por el Departamento de Educación para las obras en un colegio.
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Según publicó navarra.com, Javier Barcos Berruezo fue adjudicatario de un proyecto de remodelación en el Instituto de Huarte por valor de más de 30.000 euros, a través de un proceso en el que, en vez de tras una convocatoria pública y abierta, primero su estudio fue seleccionado expresamente por el departamento de Educación, formando parte de un grupo de estudios «invitados» a presentar una propuesta, la cual finalmente le fue adjudicada al estudio del hermano de la presidenta.
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Como señalábamos al principio, la cara de Barcos a la hora de explicar esta adjudicación, y sus palabras aproximadamente también, venía a decir que había que ser muy sinvergüenza para osar pedirle explicaciones a ella por esta adjudicación al estudio de su hermano. Barcos declaró que «contratar a mi hermano es legal, ético y estético«, a lo que añadió que «No existe tal caso de corrupción” y que “Este gobierno no contrata hermanos, sino profesionales de acreditada solvencia».
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Desde luego los detectives de Génova podrían ponerse las botas con la elefantiásica estructura del actual Gobierno de Navarra y su sector público empresarial, en la que tan pronto podrían encontrar a la esposa del vicepresidente Remírez como a la cuñada del consejero de Educación, pasando por mujer de Joseba Santamaría.
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Por lo demás probablemente Uxue Barcos tuviera razón y no hubiera nada raro en la adjudicación a su hermano, en realidad este hecho no tuvo posterior trascendencia judicial sino periodística. Ahora bien, lo que sí resulta muy llamativo es la doble vara de medir de lo legal, desde luego de lo ético y de lo estético, según los hermanos, los cuñados o las parejas lo sean de un político de la derecha o de la izquierda y el nacionalismo. Todos los que respaldaron sin fisuras a Barcos estarán hoy pidiendo la cabeza de Ayuso. Legal puede ser. Etico, quizá. Estético, discutiblemente. Coherente, desde luego que no.
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Un comentario
lo de siempre, la hiperlegitimidad que da el ser de izquierdas, la gente de izquierdas es de buen corazon, porque siempre estan dispuestos a repartir, (pero lo de los demas)