La propuesta del PSN es clara: que las VPO que promueven los sindicatos no se adjudiquen mediante convocatoria pública y baremo. Es decir, que todos (de una u otra forma) paguemos las VPO de los sindicatos, pero que luego no todos los que las necesiten puedan acceder en igualdad de condiciones a esas viviendas. Que haya una puerta para todos y otra para los sindicatos. Resulta el evidente el poder que con ello se otorga a los sindicatos.
Promocionar el clientelismo político.
Curiosamente, el más claro al pronunciarse en esta ocasión ha sido Txentxo Jiménez, señalando que ya “en otros tiempos hemos comprobado cómo la cercanía o pertenencia a ciertos sindicatos abrían o cerraban puertas a las personas”, y que con esta propuesta se pretende “romper el principio de igualdad en beneficio del clientelismo político o sindical”.
José Andrés Burguete se opuso a la medida que calificó de “quiebra del principio de publicidad y transparencia”. Señaló además que esta medida “puede volver a aportar muchas dudas sobre todos los procedimientos de adjudicación de vivienda protegida”.