Para sumergirse en las nuevas verdades de la ideología de género, fundamento de las más exuberantes piezas del repertorio actual de lo políticamente correcto, es preciso distinguir algunas cuestiones que el resto de los mortales solía vivir confundiendo. Así, por ejemplo, que una cosa es el sexo biológico, otra la identidad sexual y una tercera distinta la atracción sexual. Es decir, que una cosa es tener el cuerpo de un hombre, otra ser un hombre y otra que a un hombre le gusten las mujeres. Para la ideología de género, se trata de cuestiones no sólo absolutamente independientes, sino que plantear su relación es un pensamiento opresivo, oscurantista y reaccionario.
Si esta escisión interna de los seres humanos, no obstante, la tradujéramos a cualquier aspecto de nuestra vida que no fuera el sexual, sus consecuencias rápidamente nos llevarían al absurdo. Porque absurdo sería que una persona que ha nacido en Pamplona y se llamara Fermín, de repente pensara que aunque ésa es su identidad biológica su identidad real es la de Napoleón Bonaparte, pretendiendo además dar la vuelta a la historia asumiendo el mando de las tropas rusas contra las tropas francesas. Se trata, sin embargo, de una transposición bastante exacta de la idea de que hay que separar radicalmente nuestro cuerpo, nuestra identidad y nuestras tendencias consiguientes. Toda esta construcción ideológica y su admisión como normal resulta necesaria para que a su vez resulten normales cuestiones como el matrimonio homosexual o la transexualidad. Lo contrario sería pensar que la sexualidad normal parte de un hecho tan insólito como que los seres humanos son una especie que se reproduce sexualmente y se divide en dos géneros que se atraen mutuamente, algo completamente contrario a la evidencia además de reaccionario e inaceptable.
No obstante, para aclarar este tipo de cuestiones, la Universidad de Navarra organizará entre el 9 y el 11 de febrero el I Congreso Internacional de Ideología de Género. Puede tratarse de una cuestión confusa, pero hay remedio para ello.
Un comentario
Estoy de acuerdo con vuestro enfoque. Es que no sé de donde sacan estas peregrinas, po no decir maquiavélicas, ideas, cuando la realidad no es así, desde hace miles de años. Y a base de la propaganda, hasta suena bien. «una mentira, repetida mil veces, se convierte en una verdad», dijo Goebels, jefe de propaganda del aparato nazi.