Con la reforma del PP habría segunda vuelta para elegir alcalde

Mariano Rajoy compareció ayer ante los medios para hablar de la reforma electoral en relación con la elección de alcaldes y dejó 4 mensajes:

1-Se ha empezado a criticar la propuesta del PP cuando ni siquiera se ha presentado aún la propuesta.

2-La propuesta del PP será la misma que presentó el PSOE en su programa electoral.

3-Con la reforma que se propondrá, el alcalde será nombrado por elección directa de los ciudadanos y no por los pactos y alianzas post electorales de los partidos.

4-Es un sistema normalizado en Europa y empleado por algunos de los países más importantes.

Las críticas contra la idea de reformar el sistema de elección de alcaldes han venido dadas sobre todo por los supuestos fundamentos de la reforma tal como los publicaron algunos medios. Al menos por lo que se deduce de las palabras de Rajoy, estos hipotéticos fundamentos podrían ser falsos y no corresponderse con la reforma que se prepara. Las críticas le han llovido al PP por pretender, presuntamente, que quien obtuviera el 40% de los votos y un 5% de diferencia sobre el segundo automáticamente fuera nombrado alcalde. De este modo un partido con el 41% de los votos podría hacerse automáticamente con alcaldías en las que, por ejemplo, otro partido con un 30% y otro con un 29% sumaran el 59% de los votos.

Sin embargo, si como declaró ayer Rajoy la reforma sigue las pautas de la propuesta del PSOE en su Programa Electoral del año 2004, el sentido de la reforma sería completamente distinto.

En concreto, lo que el PSOE proponía en su programa electoral era esto:

Reforma Electoral: acercar los representantes a los representados

Elección directa de los Alcaldes, en votación diferente pero simultánea a la de los concejales, en un sistema de doble vuelta que refuerce la gobernabilidad de los Ayuntamientos y en el que se reconozca el derecho de sufragio a todos los que residan legalmente en España.

¿En qué consistiría entonces la doble vuelta?

Pues en que si ninguna candidatura obtiene la mayoría absoluta, los ciudadanos voten en segunda vuelta entre las dos candidaturas más votadas. En Pamplona, por ejemplo, la segunda vuelta en 2011 habría sido entre Enrique Maya y Uxue Barkos.

Racionalmente el sistema no es menos democrático que el actual.

En realidad, podría ser más bien al contrario.

Lo que sucede es que, en vez de dejar la elección del alcalde en manos de los partidos y sus pactos postelectorales, la reforma dejaría la elección en manos de los ciudadanos en una segunda votación.

¿Por qué sería menos democrático que para ser alcaldesa Uxue Barkos tuviera que ser elegida en segunda vuelta por los ciudadanos en vez de ser elegida por los partidos en los despachos?

Y si Moscoso hubiera querido ser alcalde con esta reforma, ¿por qué sería menos democrático que se hubiera tenido que presentar en coalición con Geroa Bai antes de las elecciones en vez de formar esa coalición a posteriori sin que la refrendaran los ciudadanos?

Es cierto que la reforma, aparentemente, quita fuerza a los partidos minoritarios. Pero también habría que reflexionar un par de cosas respecto a los partidos minoritarios.

En primer lugar, si para formar mayoría hay dos partidos con el 49% de los votos y un tercer partido con el  2%, ese tercer partido con el 2% de los votos tiene un poder inmenso. Seguramente similar a cualquiera de los otros dos partidos, pero con muchos menos de sus votos. ¿Es eso más democrático que una segunda vuelta?

En segundo lugar, ese partido con el 2% de los votos, para evitar la segunda vuelta, podría presentarse a la primera vuelta en coalición con uno de los otros dos partidos. Si no lo hace, a lo mejor es porque esa coalición no le gusta al electorado, ese partido minoritario genera rechazo, los dos partidos suman menos juntos que por separado y, lo que teóricamente en un pacto post electoral sería el 51% de la representación, si pueden votarlo directamente los ciudadanos obtiene muchos menos votos. ¿Pero es entonces más democrático hacer los pactos electorales después de las elecciones para evitar las preferencias de los ciudadanos?

El problema más grave que tal vez tiene el sistema de segunda vuelta es que, aunque los ciudadanos elijan un alcalde, este seguiría teniendo minoría, salvo que con la legitimidad de haber sido elegido directamente en segunda vuelta se refuercen sus poderes. El PSOE propuso en 1998 no sólo la segunda vuelta, sino una «prima electoral» para reforzar la mayoría del alcalde electo. Por otra parte, el sistema de segunda vuelta tampoco empeora la situación actual de los alcaldes en minoría ni impide que los partidos puedan pactar y negociar el día a día, simplemente deja en los ciudadanos la elección del alcalde. Y a juzgar por lo que pasa en Francia, Alemania o Italia, donde rige el sistema de segunda vuelta, tampoco parece que les vaya tan mal. En el Reino Unido existe un sistema algo distinto, en el que los ciudadanos votan su favorito y su segunda preferencia. Esta segunda preferencia se tiene en cuenta si nadie obtiene la mayoría absoluta. Todos estos sistemas resultan aún más dinámicos si se abren y desbloquean las listas, puestos a dar ideas.

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3 respuestas

  1. Si la propuesta del PSOE es lo que finalmente se desea aprobar, ¿cóm demonios puede estar el PSOE en contra?
    La propuesta deja con el culo al aire a todos los que se llenan la boca con palabras como «regeneración» y «democracia»…en cuanto les aumentas la dosis salen despavoridos.
    Desengáñese la gente, esos partidillos del «to pal pueblo pero sin el pueblo» en lo único que piensan a la hora de decidir el alcalde, es saber quién se queda de Concejal de Urbanismo y Pelotazos. Lo demás, palabrería hueca. La reforma es cojonuda, como el espárrago navarro. Y los ciudadanos a votar, sin componedas de despachos, ni maniobras de Obras Públicas orquestadas en la Oscuridad.

  2. Cuanta más cordura menos tiene la oposición.Hay una oposición muy pobre en todos los aspectos,unos políticos pésimos,sin vergüenza,sin valores,lamentable oposición,de país bananero.

  3. La reforma electoral ya está tardando, incluso deb extenderse en las elecciones generales y autonómicas y luego “ A quien Dios se la dé San Pedro se la bendiga “. Sobre todo para evitar la vergüenza a los votantes de un partido socialdemócrata que se dice de ámbito nacional , PSOE, y ver como luego a virtud de pactos entran en los gobiernos otras formaciones del que llamaban socialismo “ real “ , que adoptan nombres según las distintas comunidades e incluso con partidos separatistas partidarios de la secesión , todos en amable compaña y que acaban destrozando todo lo que tocan. O bien se tiene por partidos nacionales que pactar puntos concretos con separatistas , diz que moderados y que blasonan de ayudar a la gobernabilidad del Estado. Ya hemos visto a lo que ayudan e incluso un dirigente catalán que un periódico nada menos llegó a nombrarlo hace cierto tiempo español del año – . Lo dicho “mutatis mutandis” sirve para los gobiernos municipales.

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