La Comunidad de Madrid, en virtud de un desacomplejado pacto entre el PP y VOX, ha decidido reducir el número de diputados de su Asamblea de 136 a 91. Un interesante artículo de Ana Yerro, la directora de Institución Futuro, aborda hoy en Diario de Navarra esta cuestión. Para empezar, Yerro indica que esto de reducir parlamentos no es una novedad. No ya porque en Navarra mismo lo haya planteado en el pasado la propia Institución Futuro, sino porque reducir el número de diputados es algo que, antes de Madrid, ya se ha hecho en 2014 en Castilla La Mancha, de 53 a 33, o antes en Cantabria, de 39 a 35. Fuera de nuestras fronteras también es algo que se ha visto recientemente en Italia en 2020, donde pasaron de 945 diputados y senadores a 600.
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La directora de Institución Futuro aporta el dato de que todas las cámaras autonómicas tienen un coste de 385 millones de euros. En 10 años hablamos por tanto de 3.850 millones de euros. Por supuesto el Parlament de Cataluña es el más caro, con un coste anual de 63 millones de euros. El Parlamento de Navarra con sus 22 millones de euros de presupuesto se encuentra por debajo de la media en cuanto a coste absoluto, pero su coste por habitante es el segundo más caro de España.
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Aunque la cuestión planteada en el artículo es si de verdad resulta necesaria la reducción de diputados ya sea del Parlamento de Navarra o de otros, en realidad lo lógico debería ser lo contrario. O sea, lo que habría que justificar no es una reducción, sino el tamaño actual. ¿De verdad se encuentra justificado el tamaño actual? ¿Por qué hay diputados que apenas intervienen ni hacen nada discernible a lo largo de toda la legislatura? De los 50 diputados del parlamento foral, ¿cuántos podría nombrar un navarro informado promedio? Todos los demás, ¿no deberían dejar su escaño?
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Nos encontramos ante una crisis económica brutal, expresada en la dificultad de las familias para llegar a fin de mes pagando la cesta de la compra, la luz y el combustible. Del coste de todas esas facturas, particularmente de la energía, pese a ser cuestiones de primera necesidad una gran parte son impuestos. Bajar todos esos impuestos en este momento a lo mejor no es ya una cuestión optativa, si el gobierno no quiere enfrentarse a un estallido social. Sin embargo las administraciones se cierran a cualquier bajada de impuestos para aliviar la situación de las familias al mismo tiempo que anuncian bonos de 400 euros para comprar el voto joven, o 20.000 millones de gasto en políticas de Igualdad, o 385 millones en cámaras autonómicas, por no hablar de todos los miles de millones que se van en televisiones públicas, subvenciones a los medios y publicidad institucional. O de lo que cuestan los partidos y sindicatos. O de todo lo que se podría ahorrar en la cosa pública ofreciendo los mismos servicios pero con una gestión más eficaz. Tener a 13 empleados para hacer lo que podrían hacer 11 no es eficaz. Que los 13 empleados cobren 140 para un trabajo que fuera de lo público se paga a 110 no es eficaz. Todo eso que ya es grave que sea injusto y dinero despilfarrado en tiempos normales, es insostenible al borde de un estallido social.
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Si entramos en la web del Parlamento de Navarra y utilizamos su buscador, nos encontramos con 443 entradas conteniendo en término “Sahara”. Ahora que ya hemos vendido definitivamente a los saharauis y no tiene sentido volver a sacudir inútil e hipócritamente este asunto y otros igual de ridículos, sin duda el Parlamento de Navarra puede prescindir de 9 diputados sin ningún tipo de problema. Así nos quedamos en 41 diputados lo cual no requiere una modificación de la LORAFNA y tenemos además un número impar.
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