Hemos de confesar que Puigdemont nos ha vuelto a decepcionar. El PSC sigue delante en las encuestas porque al fugado de Waterloo le ha faltado el valor. Era obvio que la campaña electoral de Pûigdemont tenía que haber sido venir a España, ser detenido ante una nube de fotógrafos y pedir el voto desde una celda con un mono naranja, aunque el mono naranja lo hubiera tenido que comprar en el Primark. Esa era la imagen que necesitaba para movilizar a los suyos, para polarizar el voto, para centrar el debate en su persona, para convertirse en el nuevo Companys redivivo, para victimizarse, para ofrecer al electorado nacionalista la anhelada imagen del presidente de la Generalidad encarcelado por el estado español opresor. Politica y mediáticamente la operación era perfecta para Puigdemont pero había un pequeño problema: tenía que entrar en prisión. Qué pequeño hay que ser sin embargo para renunciar a la gloria sólo por evitar pasarse un mes o dos en prisión, a cuerpo de rey, como Junqueras, con un régimen excepcional. Claro que a pesar de todo el flojeras de Puigdemont todavía puede ganar.
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Una ventaja de Puigdemont sobre los demás es que no está claro si se presenta por una candidatura o por dos. O sea, el que quiera que Puigdemont sea presidente en principio debe votar a Junts, pero parece probable que el voto del PSC también sirva para hacer presidente a Puigdemont. Desde luego el fugado ya ha avisado a Pedro Sánchez de que el precio por seguir en Moncloa es que Illa no sea presidente. ¿Y quién será el presidente entonces?
Puigdemont dice que la única opción que Sánchez tiene de seguir en Moncloa es que Illa no sea president.
— Benita dos Carallos (@criaturina) May 4, 2024
El panorama político catalán tras las elecciones promete ser un puzle complicado, pero no parece que para Junts tenga mucho sentido apoyar a Sánchez en Madrid y quedar relegados a la oposición en Cataluña. ¿En qué les convertiría eso? ¿En una mera muleta de Sánchez? ¿Qué le importa a Sánchez la amnistía? Al final podría tener a todo el mundo apoyándole casi gratis, ¿cómo justificaría eso el nacionalismo? Junts necesita alguna contrapartida tangible para no acabar padeciendo la suerte electoral de ERC. O peor suerte electoral que ERC. Todo indica que ERC va a sufrir un fuerte castigo por parte del electorado nacionalista por haberse convertido en un mero apoyador de Sánchez, a pesar de que a cambio preside la Generalidad. ¿Qué castigo electoral no merecería Puigdemont si sigue apoyando a Sánchez y encima ni siquiera acaba presidiendo la Generalidad?
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La amnistía es un asunto escandaloso, un atropello al estado de derecho, a la justicia y a la igualdad ante la ley. Comprarle los votos para ser presidente a un delincuente a cambio de su amnistía es algo que, aparte de inmoral, si cabe dentro de la legalidad hay que dinamitar la legalidad, pero así y todo es una cuestión bastante irrelevante para el votante separatista catalán. Es decir, la amnistía se carga una serie de principios fundamentales del estado de derecho y la Constitución, es inmoral, es acaso ilegal, pero no acerca nada la independencia a un separatista. Para lo único que sirve es para resolver si acaso la situación procesal particular de una serie de personas. Nada más. Un separatista se puede pasar la vida viendo cómo se condena o se indulta a los líderes del separatismo sin que avance un milímetro la separación.
Illa anuncia durante el debate de TV3 que quiere recuperar al mayor Trapero como jefe de los Mossos si sale elegido president https://t.co/bvaSdjHFvU pic.twitter.com/XXEL09QK9p
— 20minutos.es (@20m) May 8, 2024
El problema del PSOE es que, aparte de saltarse toda norma legal o moral, ha desarmado al estado de derecho frente a una nueva tentativa golpista, por parte de unos golpistas que por otro lado anuncian que lo volverán a intentar. El PSOE no sólo ha restituido en el poder a los golpistas sino que les ha hecho más fuertes y les va proporcionando nuevos instrumentos para que su próxima intentona tenga más probabilidades de éxito. Sánchez ha convertido la cuestión catalana en una bomba de relojería en la que, a cambio del poder, consigue retardar un poco la espoleta pero incrementando en cambio la cantidad de explosivo. A partir del domingo veremos además si la candidatura de Illa era una candidatura real o es una candidatura fantasma, una candidatura que realmente no quiere competir, un mero comodín para convertir en presidente a Puigdemont a cambio de otra bombona de oxígeno para Sánchez en Madrid.
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Por otro lado algo tiene que hacer el PSOE para que no sea ERC quien empiece a preguntarse qué saca a cambio de mantener a Sanchez en el poder, si Aragonés pierde la presidencia de la Generalidad. ¿Se presenta al PSC a las elecciones catalanas queriendo ser realmente alternativa o no? ¿Puede serlo sin cargarse a Pedro Sánchez o no? Y si no puede serlo, ¿para qué sirve votar al PSC? ¿A quién se vota realmente votando al PSC?
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