El Tribunal Constitucional ha declarado ilegal el segundo estado de alarma, o sea el segundo estado de excepción encubierto. Como hemos explicado en anteriores ocasiones, unos poderes excepcionales exigen en la Constitución unos controles y requisitos asimismo excepcionales. No es que el gobierno, si lo estimaba necesario dada la situación, no hubiera podido declarar el estado de excepción, lo que hizo sin embargo es declarar de hecho un estado de excepción, con los poderes excepcionales inherentes a tal estado, pero como si fuera un estado de alarma, para no tener que estar sometido a los controles y requisitos excepcionales propios del estado de excepción. Asimismo el gobierno se inventó un estado de alarma de 6 meses de duración, absolutamente arbitrario, frente a los 15 días prorrogables que prevé la Constitución. Decir que durante casi todo 2020 Pedro Sánchez se comportó como un tirano y estableció una especie de dictadura no sería exagerar demasiado la situación.
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Nota de prensa – Adelanto de parte dispositiva | El Pleno del TC declara inconstitucional la prórroga de los seis meses y el nombramiento de autoridades competentes delegadas fijada en el Real Decreto 926/2020 del segundo estado de alarma https://t.co/iJD0o8sBHU pic.twitter.com/PZt7hVl00e
— Tribunal Constitucional de España (@TConstitucionE) October 27, 2021
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Si en este momento dimitiera en pleno el gobierno, o se convocaran elecciones, o fueran procesados todos los miembros del gobierno en aquel momento, la situación sería grave, pero mucho menos grave que si después de todo lo sucedido no pasa nada. Y no está pasando nada.
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La necesidad de que pase algo por declarar un estado de alarma ilegal es evidente. En caso contrario, ¿por qué iba cualquier gobierno a declarar un estado de alarma o excepción, recortando a todo el mundo los derechos más fundamentales, sin estar justificado o sin atenerse a las exigencias y a los controles democráticos que exige la declaración de ese tipo de situaciones excepcionales? No puede ser que sea lo mismo si el gobierno declara estados de excepción legales o ilegales. Si al gobierno le da lo mismo hacer las cosas dentro o fuera de la Constitución, ¿por qué iba a limitarse a hacerlas dentro de la Constitución? ¿Y para qué sirve entonces la Constitución? No estamos hablando de cualquier cosa, estamos hablando de suspender ilegalmente los derechos fundamentales de todos los españoles. No puede ser que declarar ilegalmente un estado de excepción no acarree ningún tipo de responsabilidad ni política ni judicial.
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Si el gobierno puede declarar impunemente un estado de alarma ilegal, que en realidad es un estado de excepción, y no pasa nada, lo que pasa es que aquí la dictadura no ha empezado sólo al declarar el estado de alarma ilegal, ni se ha acabado al terminar el estado de alarma ilegal. Lo que pasa es que existe una dictadura de hecho en virtud de la cual el cumplimiento de la ley por parte del gobierno es optativa. A lo mejor nos hemos dado cuenta de lo que sucede al ver que el gobierno puede implantar una pseudo-dictadura sin que le pase nada, pero para que no le pase nada por hacer eso tiene que haber una situación de anormalidad ya antes del suceso. Una anormalidad política, judicial, mediática y social. Si después de declarar un estado de alarma ilegal el gobierno tiene que responder por ello entonces habríamos vuelto a la normalidad. Si no pasa nada habrá que ver el nombre que le ponemos a esto que ya no es un estado de derecho normal.
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3 respuestas
Nos han tenido secuestrados y con el Parlamento cerrado ilegalmente, pero da igual, perro sanxe ha salvado 500.000 vidas, por lo menos. En otros países dimiten por comprar encuestas (como el CIS) o por falsificar tesis, pero aquí el PSOE está por encima de esas nimiedades.
Ese atropello solo puede darse impunemente dentro de una sociedad anestesiada, acomodada, subvencionada y miedosa. Menos quejarse y más actuar. Tenemos lo que nos merecemos.
Ah!!. Y a esa gente no los sacas del gobierno ni con agua caliente. Ya se ocuparán, si es necesario, de modificar lo que haga falta para seguir atados al pesebre.